Secciones
Servicios
Destacamos
Ángela Casado
SANTANDER.
Viernes, 12 de julio 2019, 07:25
El hemiciclo del Parlamento cambió ayer a los políticos por los jóvenes saharauis que participan en el programa Vacaciones en Paz, a los que acompañaban sus familias de acogida. Allí, fueron los propios niños quienes tomaron la palabra para narrar, en primera persona, sus ... vidas en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia), donde el pueblo saharahui reside desde hace 43 años y para reivindicar su derecho «a ser un pueblo libre».
Tras la bienvenida del presidente del Parlamento, Joaquín Gómez, tomaron la palabra Sudani, de trece años, y Benna, de doce; ellos fueron los encargados de transmitir, desde de la tribuna de oradores, las peticiones e impresiones de todos sus compañeros y sus familias. A pesar de estar algo nerviosos, no tardaron en templar la voz y leer con determinación sus discursos. Ella en castellano y él en árabe.
«Nos gusta venir a España, aquí está nuestra segunda familia», comenzaba Benna, que a continuación lanzaba su primer mensaje reivindicativo. «Pero nos gustaría poder venir cuando queramos y que nuestras familias de acogida, en vez de visitarnos en un campamento de refugiados, lo hagan en nuestra tierra». Cada párrafo que leía lo repetía Sudani en su lengua para que los niños que todavía no dominan el castellano pudieran entenderlo. «Mientras nosotros estamos disfrutando, muchos niños no pueden salir de allí, donde hay una temperatura muy alta». Los campamentos de refugiados, durante el verano, superan los 50 grados «y no se puede salir de casa». «Nuestros padres, madres y hermanos están sufriendo, ¿creéis que eso es justo?». Ambos aseguraban que «echan mucho de menos» a sus familias y que les gustaría que pudieran salir de allí y «no pasar tanto calor».
Los dos niños relataron que vienen de un lugar «donde la ayuda es necesaria, pero no suficiente». En el desierto, «hay poco agua, poca comida y mucho calor». Aseguraron que una operación médica básica es muy difícil de llevar a cabo por la falta de materiales. También quisieron poner el foco en los niños que «viven día a día bajo la presión marroquí, que van al colegio con miedo y que no pueden disfrutar del programa Vacaciones en Paz.
Benna y Sudani | Niños saharauis
Ellos también tienen derecho a vivir libres y sin miedo». Pidieron responsabilidades a España, ya que el Sáhara Occidental «era su colonia cuando Marruecos nos quitó nuestro país». Las personas «están por encima de los intereses políticos y económicos. No queremos pasar toda nuestra vida así, queremos disfrutar, con nuestras familias, de un Sáhara libre». Así concluyeron Benna y Sudani su discurso, ante los fuertes aplausos de todos los allí reunidos. Es el primer año en el que los propios niños toman la palabra mientras las instituciones y asociaciones escuchan sus peticiones.
Amparo Miquelarena, madre de acogida, también quiso tomar la palabra tras el discurso de los jóvenes saharauis. «Hablan alegres de sus familias, sus amigos y su colegio. De su vida. Pero lo que realmente necesitan es volver a su tierra, libre y soberana, sin terror». Cuenta que están en Cantabria, y en otros puntos de España, para poner cara a su pueblo, para ser embajadores. «Pido el compromiso político para conseguir su independencia».
Mueina Chejatu | Delegación saharaui en Cantabria
También quiso intervenir, desde la delegación saharaui en Cantabria, Mueina Chejatu. «Tenemos que concienciar y sensibilizar. La población cántabra es solidaria con la causa y pedimos que los parlamentarios sigan con nosotros, condenando la represión». Vacaciones en Paz cumple sus objetivos, los niños van al médico, se divierten y desconectan de su realidad. «Pero ojalá esta sea la última edición, significaría que no hace falta ninguna más».
Después del acto en el Parlamento, las asociaciones Alouda Cantabria, Cantabria por el Sáhara y la Delegación Saharaui se concentraron en la plaza Porticada de Santander bajo el mensaje 'Por la libertad y la independencia del Sáhara Occidental'.
Recordaron los 25 años del programa Vacaciones en Paz en Cantabria y los 40 desde su puesta en marcha en España. También se colocó una jaima, montada por el Observatorio Cántabro de Derechos Humanos, en la que se pudo degustar té saharaui, ver fotos, vídeos y documentales sobre la situación de los derechos humanos en esa zona y asistir a la presentación del informe de Reporteros sin Fronteras sobre la «falta de libertad de prensa en los territorios ocupados por Marruecos».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.