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El equipo de Raúl Pesquera quiere desactivar la huelga de médicos de Atención Primaria convocada a partir del 7 de noviembre, sabedor de que un conflicto sanitario en el tramo final de legislatura puede pasar factura en las urnas. Aunque no parece que el Sindicato ... Médico, convocante de la protesta, esté por la labor de ponérselo fácil. Al menos, con la propuesta que el gerente del Servicio Cántabro de Salud, Rafael Sotoca, puso sobre la mesa ayer al comité de huelga y que emplaza a negociar el lunes. Una propuesta que, por otro lado, cumpliría con varias de las reivindicaciones sindicales que se arrastran desde hace años, algunas también planteadas por otras organizaciones con representación en la mesa sectorial. Es por eso que esta semana Sotoca ha completado la ronda de reuniones con cada una de ellas con el objetivo de calmar los ánimos –no hay que olvidar que el colectivo de enfermería (Satse) amenazó con sumarse a la huelga y que CSIF recordó las cuentas pendientes que tiene la Consejería desde 2019– y «garantizar la mejor atención sanitaria a los cántabros».
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El aumento de las agresiones a sanitarios es uno de los asuntos para el que urgen solución. Desde el SCS recuerdan que se instalarán 42 cámaras en el interior de los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) –contrato previsto en el presupuesto de 2023– y que a partir del mes que viene «se contratará seguridad privada para los centros de salud con mayor riesgo de agresiones». Asimismo, dice que «la aplicación Alertcops se instalará en todos los teléfonos corporativos». Medidas «insuficientes» para elSindicato Médico, toda vez que «no se contemplan sanciones administrativas, que son esenciales para cortar esta lacra». No obstante, desde la Consejería aseguran que «hay una veintena de expedientes sancionadores en marcha», aunque ese punto no está reflejado en el documento presentado ayer.
Tampoco hace referencia a la limitación de la agendas a 28 pacientes al día por médico (35 en circunstancias excepcionales), como se firmó en 2019, que es una de las líneas rojas del sindicato. En cambio, en su intento por evitar la huelga, el SCS avanza que se reforzará el presupuesto destinado a la autocobertura (trabajo extra por cubrir la ausencia de compañeros) –no especifica si se ampliará a las enfermeras, como reclama Satse– y a los programas especiales de absorción de la demanda (consultas por la tarde), en vista del aumento de la demanda y la dificultad para encontrar profesionales. Y no sólo eso, sino que propone «identificar los puestos de difícil cobertura», tanto por acceso geográfico como por carga asistencial, para «acompañarlos de incentivos económicos y no económicos» y que sean más atractivos.
1. Tolerancia cero con agresiones. Habrá 42 cámaras de seguridad en los SUAP y vigilantes en los centros de salud de mayor riesgo.
2. Plazas. Se harán fijos a 141 médicos, 67 en el proceso de estabilización y 74 de nueva creación.
3. Contratos de continuidad. Con complemento retributivo por el desplazamiento entre centros.
4. Coordinadores. Tendrán una retribución por esa función. Yse adecuará la atención continuada.
5. Carrera. Se pagará el reconocimiento pendiente a los interinos en el primer trimestre de 2023.
6. Autocobertura. Habrá presupuesto para compensar ese trabajo extra y para programas especiales de absorción de demanda.
7. Más incentivos. Para las plazas de difícil cobertura y medidas para reducir la carga burocrática.
Respecto a los nuevos contratos de continuidad asistencial, categoría que rechaza el Sindicato Médico porque «no estará asignado a un centro de salud sino a todos los situados en un radio de 50 km», Sotoca expone que los profesionales que «estén sujetos a movilidad disfrutarán de un complemento por esos desplazamientos». También se compromete a abonar una retribución a los coordinadores de los centros, a pagar al personal facultativo interino el reconocimiento pendiente de carrera en el primer trimestre del año 2023 y a adecuar el complemento de atención continuada –peticiones que le había trasladado CSIF, con quien el gerente se reunió el miércoles–.
Sobre ese último punto, el Sindicato Médico responde que «el documento recoge las cifras que nosotros les pasamos hace casi dos meses, pero sin el 4% de subida que tiene que experimentar en 2023 y sin carácter retroactivo. Es decir, pretenden ahorrarse dos años de atrasos y la subida salarial».
La propuesta del SCS recuerda el plan para hacer fijos a 141 médicos de familia: 67 dentro del proceso nacional de estabilización de interinos, más otras 74 plazas de nueva creación, que están ahora ocupadas por sustitutos. La lista de compromisos (que está por cuantificar el desembolso que supondría para Sanidad), se completa con la propuesta de disminuir carga burocrática de los médicos, dejando en manos del hospital la gestión de las bajas en caso de ingreso y con las mejoras relacionadas con los avisos para la prescripción.
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