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Los médicos de Atención Primaria volverán a trabajar con normalidad a partir de este jueves, después de que la asamblea de profesionales celebrada este mediodía por el Sindicato Médico, impulsor del paro, decidiera aceptar la última oferta de la Consejería de Sanidad.
Fue, la de ... este miércoles, una mañana ajetreada para los negociadores de ambas partes, que desde primera hora mantuvieron una reunión para tratar de aclarar los detalles de la propuesta que la Consejería presentó en la noche del martes, con la que trataba de salvar los últimos obstáculos que impedían el acuerdo: la autocita y la gestión de los pacientes que excedan los 35 a que se debe limitar la agenda diaria de los profesionales.
«Básicamente, el compromiso de la Administración es que hará llegar a las áreas de admisión las instrucciones de lo que hay que hacer con el 'paciente 36': sí se van a hacer protocolos que digan dónde va a ir, qué solución se le va a dar sin que recaiga esa responsabilidad en el médico que ya tiene su agenda cubierta con los 35», explicó el vicepresidente del Sindicato Médico, Santiago Raba.
Indicó que Sanidad pondrá en marcha programas de absorción de demanda extraordinarios para garantizar las agendas de 35 sin que se genere lista de espera, y para ello se habilitarán partidas extraordinarias para hacer frente a ese posible exceso de demanda.
«Lo que hemos negociado es que esas instrucciones ya estén vigentes el próximo lunes, que ya haya programa de absorción de demanda por encima de los existentes; el plazo que nosotros nos damos es que de aquí a fin de año ya estemos trabajando con esas agendas de 35», añadió.
Lo que supone esa absorción de la demanda es que los pacientes que no puedan ser vistos por sobrecarga en un horario normal serán atendidos por los médicos que estén disponibles en un horario prolongado, fuera del normal en su centro de salud.
La asamblea de médicos aprobó entre aplausos los resultados obtenidos por el equipo negociador del sindicato, acordando así poner fin a la movilización, que hoy cumplía diez días. Técnicamente, la huelga queda aplazada o congelada a la espera de que se ratifique el acuerdo, que pasará por la Mesa Sectorial, que la Administración convocará la próxima semana, antes de ir al Consejo de Gobierno y ser publicado en el Boletín Oficial de Cantabria.
La firme voluntad de la Consejería de terminar de una vez por todas con el paro se mostró ya anoche, cuando el gerente del Servicio Cántabro de Salud (SCS), Rafael Sotoca, su representante en el conflicto, envió al sindicato convocante del paro un escrito en el que aclaraba la oferta de la Administración para dar respuesta a los detalles que ponían en riesgo un posible pacto. La oferta del SCS contempla una «agenda de calidad, flexible en su contenido y limitada a 35 pacientes por médico y día, de los cuales 20 citas estarán disponibles para los pacientes en la web, vía telefónica o en el mostrador para consultas presenciales; otras cuatro citas reservadas para el día de la consulta para casos que no se pueden demorar, una hora para actos médicos administrativos, sin presencia del paciente, y el resto para consultas programadas por el propio médico y atención a domicilios». También se compromete a aportar «los procedimientos necesarios a los mostradores de los centros para la atención a los pacientes que sobrepasen el límite diario pactado», que podrán ser citados en otros días, en agendas extra, de absorción de demanda, o derivados a los servicios de Urgencias en caso de ser necesario.
Aun así, hicieron falta cerca de cuatro horas de reunión esta mañana antes de que los representantes del Sindicato Médico se presentaran con una oferta firme y por escrito ante la asamblea. Disipadas las dudas, la propuesta del SCS recibió el apoyo entusiasta de los huelguistas.
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La propuesta del SCS contempla una «agenda de calidad, flexible en su contenido y limitada a 35 pacientes por médico y día, de los cuales 20 citas estarán disponibles para los pacientes en la web, vía telefónica o en el mostrador para consultas presenciales; otras cuatro citas reservadas para el día de la consulta para casos que no se pueden demorar, una hora para actos médicos administrativos, sin presencia del paciente, y el resto para consultas programadas por el propio médico y atención a domicilios». También se compromete a aportar «los procedimientos necesarios a los mostradores de los centros para la atención a los pacientes que sobrepasen el límite diario pactado», que podrán ser citados en otros días, en agendas extra, de absorción de demanda, o derivados a los servicios de Urgencias en caso de ser necesario.
Esta última oferta parece satisfacer las reivindicaciones de los médicos de Atención Primaria que están secundando el paro, y así ha sido que, en el transcurso de la reunión previa a la asamblea, Sanidad se ha esforzado en aclarar y matizar cualquier extremo ante los negociadores del sindicato, para eliminar cualquier sombra de duda, y ha obtenido el visto bueno del colectivo para aprobar el pacto y terminar con la huelga.
También desde el SCS se celebró este acuerdo, que «va a permitir tener agendas de calidad y sin sobrecarga» y, a la vez, «desconvocar una movilizacion que afectaba al día a día de las consultas», como declaró Rafael Sotoca.
El colectivo de médicos de continuidad (sustitutos) también aplaudió que las negociaciones hayan logrado reconducir las condiciones laborales que planteaba de inicio el SCS, a través de las 74 plazas de nueva creación, que iban a estar sujetas a movilidad entre diferentes centros, en un radio de 50 kilómetros, y sin cupo de pacientes asignado. El acuerdo final garantiza su progresiva integración en los equipos de Atención Primaria o SUAP, salvando la figura del médico de familia que veían «condenada a desaparecer» con el modelo de plaza propuesto de entrada. No obstante, esa rectificación de Sanidad llegó en pleno «desbarajuste» con la renovación de los contratos que finalizaron el martes. «Es indignante que, haciendo falta médicos, nos obliguen a apuntarnos al paro, porque desde la Gerencia no han podido gestionar a tiempo nuestros contratos», se quejan los afectados, alrededor de una treintena, que ayer no pudieron incorporarse a sus puestos porque aún estaban pendientes de esa llamada para formalizar su nuevo destino.
Los profesionales de continuidad lamentan que «haya sido necesaria una huelga para sacar a la luz la precariedad de los contratos con los que se estaban gestionando los puestos de trabajo de los médicos sin plaza fija. Pero el peregrinaje entre centros de salud ya ha sido recorrido, la enfermedad de nuestros pacientes ya ha perdido seguimiento y las jornadas de guardias maratonianas ya han sido bregadas», señala el médico César Granja, en una carta remitida a este periódico.
«Ha sido necesaria una huelga para hacer ver que la sanidad no es una cadena de montaje donde más pacientes al día son mejores resultados», continúa el texto. «Pero el verbo atender ya ha sido sustituido por despachar, la satisfacción de curar ha sido reemplazada por ideas continuas y recurrentes de un trabajo mal hecho y el sentimiento de cansancio y hastío ya se ha convertido en el sentimiento común entre pacientes y profesionales».
Miguel Ángel revilla
D. Martínez
A las 13.45 horas, casi al mismo tiempo que los convocantes de la huelga anunciaban el acuerdo, el presidente Miguel Ángel Revilla respondía en rueda de prensa a preguntas sobre el conflicto laboral. Recordaba que la negociación seguía activa «mañana, tarde y noche», pero también señalaba que, «afortunadamente», el impacto para los ciudadanos no estaba siendo muy elevado. «No es un impacto que en este momento suponga, de cara a los pacientes, que tengan problemas», afirmaba el regionalista. Aunque el grado de importancia de ese impacto sea subjetivo, lo que sí se puede cuantificar son las consultas pendientes que se han perdido. El Servicio Cántabro de Salud se limita a decir que son «miles». A falta de cifras oficiales, si se tiene en cuenta el número mínimo de citas que atiende cada médico de familia o pediatra que ha secundado la huelga, son más de 45.000 consultas perdidas. El presidente de Cantabria iba un paso más y relativizaba la importancia del paro de los profesionales médicos: «Están en huelga 150 o 130 de un conjunto sanitario en Cantabria que son 10.000 personas». Una reflexión similar a la que lanzó con gran polémica hace unos días a la oposición la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La popular aseguró que 34 médicos –los que requiere cada centro de salud cerrados en la capital– «no justifican dos huelgas y un boicot», en alusión a las protestas de Madrid.
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