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«Estamos ante una auténtica crisis sanitaria debido a la falta de profesionales médicos para contratar». Las palabras de arranque de la rueda de prensa ... que ofreció este lunes por la mañana el consejero de Salud, César Pascual, confirman lo que se venía avisando: se avecina un verano «muy complicado», sobre todo en Atención Primaria, con bajas que no se van a poder sustituir, con «menos refuerzos» destinados en las zonas más turísticas de la región, donde la demanda crecerá de forma exponencial; y sin el retén habitual de MIR recién terminados, ya que este año no acaban su formación hasta después del verano, porque el covid desplazó el inicio de su residencia.
Pascual admitió «las dificultades de cobertura» que afrontará el Servicio Cántabro de Salud en los próximos meses: «No se cerrará ningún consultorio rural, pero sí se va a reducir la presencia de consulta médica». Los habrá que funcionen «uno o dos días a la semana» (algunos ya lo hacen así el resto del año) o que, «de forma puntual», carezcan de facultativo durante «una semana o más». Y cuando eso ocurra, los pacientes que tengan que desplazarse al centro de salud de cabecera contarán con transporte gratuito, a cargo del Gobierno de Cantabria, que está articulando la manera de gestionarlo con los ayuntamientos.
Con las bolsas de contratación vacías y los profesionales a punto de coger sus propias vacaciones, Sanidad reconoce que, pese a que se han incorporado «diez médicos de otras comunidades» y espera fichar «a alguno más», no cuenta con personal para cubrir todos los permisos a la vista entre julio y septiembre. Y aunque defiende que la situación es menos grave que en otras autonomías, donde ya han tenido que tomar la decisión de «denegar vacaciones», aquí se garantiza que «no se limitará ese derecho».
Tras «el encaje de bolillos» que ha habido que hacer con las carteleras de los centros de salud y los SUAP, donde se incluyen las jornadas con autocobertura incluida (compañeros que asumen el trabajo del que falta), los programas de absorción de la demanda (es decir, peonadas fuera del horario de mañana) e incluso personal de Urgencias atendiendo las consultas de tarde en sus días de libranza, la Consejería se ha comprometido con los ayuntamientos, en la reunión mantenida con la Federación de Municipios (FEMP) –sin presencia de regidores socialistas–, a dibujar «para final de esta semana» un mapa de cobertura, en el que se especificarán los días en los que no habrá médico en sus consultorios rurales. Y cabe recordar que en Cantabria hay hasta 113, dependientes de los centros de las 42 zonas básicas en las que se divide la región. Pascual estima que las ausencias médicas previsibles, sin contar contratiempos, no afectarán a «más de 15 o 20», y que «el personal de enfermería está garantizado al 100%».
«Esta programación será notificada a los alcaldes para que este mes de junio sepan la situación de personal de todo el verano», explicó Pascual, y la población no se entere por un cartel pegado en la puerta. Todo ello de cara a «la solución alternativa» que se ha buscado, de la mano de la Consejería de Fomento, «que no va a servir para paliar el déficit de personal pero sí mejorará la accesibilidad de los pacientes». ¿En qué consiste? El Gobierno de Cantabria asumirá el transporte de los ciudadanos que tengan que desplazarse al centro de salud de referencia porque en su consultorio habitual no habrá quién le atienda. De ahí que en la rueda de prensa el titular de Salud estuviera acompañado por el de Fomento. «Como Gobierno único y que trabaja unido por el interés de los cántabros, nos toca echar una mano en cuestiones sanitarias», dijo Roberto Media. De esa forma, «se empezará a trabajar en un decreto de ayudas (la partida inicial será de 300.000 euros) para colaborar con los traslados de pacientes que no tengan médico en su lugar habitual», para organizar cómo llegan al centro de salud que les corresponda, «ya sea en minibús, en taxis, en VTC o con los medios propios que puedan tener los ayuntamientos», ya que cada municipio tiene sus peculiaridades y en función de ellas se decidirá cuál es la mejor opción.
Una propuesta que, aseguraron ambos consejeros, tuvo buena acogida por parte de los alcaldes presentes en el encuentro. Se sobreentiende que entre los populares, porque los socialistas no estuvieron (y no tardaron en oponerse a la idea) y los regionalistas aseguraron nada más salir de la cita que se trata de «un parche» y que su temor es que la financiación del transporte sea el principio del fin de los consultorios rurales. Precisamente, para no dar pie a esa interpretación Pascual incidió en que es una medida contemplada dentro del plan especial de verano: «Es una cuestión puntual para una necesidad puntual».
«Podíamos dejar que los problemas nos estallaran, pero nos hemos adelantado», apostilló Media. Aunque esa «anticipación» resulta más que ajustada a ojos de las organizaciones sindicales, que han criticado en los últimos días que a estas alturas aún no hubiera un plan de verano para Atención Primaria. E incluso CSIF ha amenazado con una huelga «ante el caos asistencial» que prevé en las Urgencias, tanto hospitalarias, como de SUAP y 061.
Pero entre las razones que se argumentan para no haberlo preparado es que «el Ministerio de Sanidad no ha ayudado, no ha hecho los deberes», subrayó Pascual, porque «se sabía desde hace cuatro años que los MIR 2024 no acabarían hasta octubre», ya que es la promoción que empezó con retraso debido a la pandemia. Esta circunstancia va a suponer que «durante el verano habrá dos generaciones de residentes de último año a la vez»: los que empezaron en 2020, que en lugar de en mayo, como era habitual hasta el covid, terminarán en octubre; y los de 2021, que desde el pasado mayo ya están en su último año de MIR. «La normativa establece que pueden pasar consulta de forma autónoma». El consejero aclaró que «Cantabria no ha pedido que se adelante la formación, sino la posibilidad de que esos MIR pasen consulta fuera de su centro docente (con supervisión), nunca solos en un consultorio rural».
De aprobarse ese movimiento, se dispondría de una treintena de médicos de familia más, que «vienen a ser los que se necesitan» (20 en equipos de Atención Primaria y 10 en SUAP, según sus cálculos). «Si los contratáramos tendríamos un verano tranquilo», zanjó el consejero.
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Ana del Castillo
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