«Santander no olvida la barbarie de ETA»

Esta mañana apenas caía una fina lluvia en Santander, cuando familiares y autoridades han depositado ramos y tallos de flores al pie del monumento en recuerdo a las víctimas del atentado de ETA en La Albericia. «La ciudad de Santander en memoria de Julia Ríos, Eutimio Gómez y Antonio Ricondo, asesinados por la banda terrorista ETA el 19 de febrero», se lee en la inscripción adherida al pequeño monolito de piedra que conmemora aquel crimen brutal. Está ubicado en el mismo lugar -ahora, una rotonda; en 1992, un cruce- en el que estalló el coche bomba que dejó tres muertos, 19 heridos y una cicatriz en la memoria colectiva.

En ese lugar se han reunido este sábado familiares, amigos, vecinos del barrio y representantes de las fuerzas de seguridad del Estado y de la vida pública de Santander y Cantabria para honrar la memoria de las víctimas en el 30º aniversario de sus muertes y rechazar una vez más lo que significó la «barbarie» de ETA.. «Santander no olvida», ha dicho la alcaldesa de Santander, Gema Igual, que ha tenido palabras para los familiares Silvia y Ramón, presentes en el acto, así como para la ciudadanía de Santander. El atentado, un «momento traumático» en la historia de la ciudad, le recuerda a la alcaldesa que «no hay hueco [hoy] para quienes alimentan el terrorismo».

La misma reflexión hecho el presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, cuando ha tomado la palabra. «El pueblo español está con las víctimas», ha dicho sobre la pequeña tribuna alzada sobre la rotonda de La Albericia, cubierta bajo dos carpas a causa de la lluvia. «Esta fecha quedará en Cantabria como una de las mayores ignominias», y «es necesario recordar par que no vuelva a ocurrir».

«Ellos no buscaban ser héroes, pero el infortunio de la vida les llevó a estar presentes en el sitio equivocado en el momento equivocado», ha dicho el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en Cantabria, Francisco Javier Rodríguez, que ha apelado a que, «sobre todo ahora que algunos quieren olvidar que existió el terrorismo», la memoria de los asesinados siga viva. Rodríguez también ha rechazado un «relato político equidistante».

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