Seis rostros esenciales en nombre de la sociedad
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Anuario 2020 ·
Profesionales de sectores clave durante la pandemia reciben el premio 'Cántabro del año 2020' en representación de toda la ciudadaníaJuan Carlos Rodríguez | Jefe de la UCI de Valdecilla
Para resumir el 2020, Juan Carlos Rodríguez, jefe de la UCI de Valdecilla, enumera sensaciones que han cambiado conforme avanzaban los meses. Al principio el sentimiento era de «miedo». Eso dio paso a la «responsabilidad» de querer «sacar esto adelante». Un objetivo claro que se materializó en largas y duras jornadas de trabajo en primera línea contra el covid. Después de tantos meses, ese «esfuerzo» extra y diario se tradujo en el «cansancio» acumulado de la última parte del año.
El personal sanitario asumió su papel en la pandemia y «ha trabajado lo que ha hecho falta». Sin pensarlo. Turnos de muchas horas que todavía hoy continúan: «Hemos seguido a un ritmo muy alto. Las jornadas son igual de agotadoras», reconoce el profesional que el jueves recogió el premio a 'Cántabro del año 2020' entregado durante la gala de presentación del Anuario del año 2020 de El Diario Montañés. Lo hizo en representación del colectivo sanitario que ha trabajado sin descanso.
Recibir el premio fue «emotivo» y el médico lo recogió «por todos, no sólo los sanitarios», explica. Porque el pasado ha sido un año que «nos ha afectado a todos». También fue un cúmulo de sensaciones. Y el momento de «recordar» los meses más duros al escuchar los testimonios de las personas contagiadas que pasaron por la UCIy consiguieron vencer al virus. «Les conocemos aunque ellos a nosotros no porque vamos siempre con el EPI», dice.
Ese es uno de los términos que «hemos normalizado». Igual que el de la UCI. El profesional considera que la crisis sanitaria les ha dado «notoriedad» aunque ellos hacen «el mismo trabajo». Y que, cuando todo pase, la sociedad dejará de hablar de ellos. Algo que «serán buenas noticias».
Silvia García | Servicio de limpieza
Cuando cerraron los colegios, Silvia García no cambió de trabajo, pero si de localización. Pasó de limpiar los pasillos de un centro educativo a hacer lo mismo en el Centro médico de Renedo de Piélagos. «Me dijeron que hacía falta personal y fui», cuenta esta trabajadora del servicio de limpieza. Durante varios meses el «miedo» le acompañó casi cada jornada y le hizo pasar «muchas noches sin dormir», reconoce la profesional que convivió con la preocupación diaria de volver a casa y contagiar a algún familiar.
Aunque vigilaba cada paso y cuidaba las medidas, el miedo siempre está ahí. Por eso resume el 2020 con tres palabras: «Ha sido duro». La limpieza siempre ha sido «clave», opina García, pero este año ha reforzado esa necesidad. Más allá de las mascarillas y las distancias, la desinfección y limpieza han formado parte de la primera barrera contra el covid. Ahora, tras más de un año de crisis sanitaria, la trabajadora está «agradecida» de que se reconozca el trabajo de su sector que fue otro de los servicios esenciales homenajeados durante la gala del Anuario 2020 en el Palacio de Festivales.
Asumió su labor con la «responsabilidad» de saber que «te encargas de limpiar un centro médico», subraya. Intentaba estar pendiente de todo, de limpiar «cada vez que pasaba una persona». De ser casi una policía en la instalación. Y no fue fácil, pero siempre hay algo que destacar. Del año se queda con los compañeros con los que se topó en el centro: «Allí me encontré con muy buena gente y estuve contenta», comenta.
Silvia insiste en que «no hace falta» recibir un gracias, pero está «agradecida» por el premio. Sobre todo porque el año «no ha sido fácil». La gala la vivió «nerviosa». Fue «emocionante» mirar atrás para ver el camino recorrido.
Sara Gómez | Residencia CAD San Juan
Echar la vista atrás y mirar al 2020 significa revivir momentos complicados. Al ver imágenes y escuchar testimonios durante la gala del Anuario del año 2020 «recordé cómo empezó todo», comenta Sara Gómez, encargada de la residencia CAD San Juan, en Los Corrales de Buelna. Desde los días llenos de «incertidumbre», al primer contagio que a ella le pilló de vacaciones y el apoyo entre compañeros. Por eso la tarde del jueves fue «emocionante».
«Los vídeos te remueven un poco». Habla de los testimonios expuestos durante la gala que también resultó emotiva por lo que significaba: «Es un reconocimiento al trabajo porque lo hemos pasado mal y es de agradecer», comenta la profesional. Las residencias de mayores y personas con discapacidad han sido las más afectadas por la crisis sanitaria del covid que ha atacado con virulencia estos centros. En algunos la plantilla decidió confinarse con los residentes para limitar las salidas. Lo hicieron en San Juan.
Tanto ella como otros trabajadores durmieron en un pabellón y en el antiguo colegio de la Congregación de la Divina Pastora del municipio. Se instalaron allí para evitar entrar y salir de la residencia y contagiar a los residentes. «No podíamos dejarles solos», dice. «Se han portado de diez», añade Sara que cuenta como «se ha fortalecido» la relación con los usuarios y con el resto de la plantilla.
Porque durante semanas hubo un punto fundamental para no derrumbarse: «El apoyo y la unión entre los compañeros», subraya Sara. Un pilar «clave para seguir adelante». Ahora, una vez dejado atrás el «duro año», tras la llegada de las vacunas, están más «tranquilos y animados». Para los usuarios ir a tomar un café es como recuperar «la vida».
Julián Crespo | Quiosquero
Durante los meses de confinamiento Julián Crespo no fue sólo quiosquero, para muchos vecinos de la zona hizo también las veces de «recadero». Sobre todo para los más mayores que, en plena crisis sanitaria, apenas salían de casa por miedo. «Hemos repartido más de lo normal», resume. Y las visitas diarias a muchas casas le regalaron algunos momentos bonitos que hoy recuerda con cariño. Pero también otros muchos «difíciles».
A lo largo de esas entregas se topó con «mucha soledad», con gente que vivía sin más compañía que la «angustia» de la pandemia y las cifras de contagios. Y coincide con el resto de los profesionales que el jueves representaron a la sociedad cántabra durante la gala de presentación del Anuario del 2020: «Han sido meses duros y momentos muy complicados», reconoce el propietario de la Librería Virgen Grande, ubicada en Torrelavega.
«Ser quiosquero no parece difícil», cuenta. Pero en los últimos meses «se ha puesto cuesta arriba». Por eso la tarde del jueves fue «muy bonita y emocionante». Recordar el año y que «se fijen» en su profesión hace «ilusión». Ellos siempre han estado ahí, quizá de una manera discreta, pero la crisis sanitaria les concedió el título de «esenciales». Esos que no dejaron nunca de trabajar y que, para muchos, eran el único contacto.
Julián lo sabía y cada vez que llevaba el periódico a algún vecino mayor, «me quedaba cinco minutos hablando con ellos» sobre la situación, acompañando a quien más lo necesitaba. Fueron meses en los que «la información era esencial». Él lo percibió en sus clientes que leían El Diario Montañés cada día. «Como no se sabía nada...», dice el quiosquero que cree que las mascarillas nos han enseñado que «los ojos también hablan»
Sonia Grueso | Cajera de Lupa
Cuando Sonia Grueso, cajera de Lupa, volvió el jueves a su butaca del Palacio de Festivales de Santander tras recoger el premio a 'Cántabro del año 2020' en representación del colectivo de la alimentación, le ocurrió algo que le «emocionó». La señora sentada justo al lado le dio las gracias por los meses de trabajo. «Nos habéis ayudado mucho», le comentó. Un mensaje que casi hace saltar las lágrimas de la trabajadora. Y ese fue «su premio». Al que se sumó el que recogió con los «nervios» y la «emoción» que da saber que alguien está reconociendo la labor durante la pandemia.
Ella lo tiene claro: «Lo recojo en nombre de todos los que trabajamos en el sector de alimentación». Ese era el objetivo, reconocer el papel de un colectivo que ha estado «al pie del cañón» desde que empezara la crisis sanitaria. Es un apoyo que también recibieron durante el estado de alarma. Los mensajes de ánimo llegaban a diario por parte de los clientes. «Todos los días nos daban las gracias», comenta. Un agradecimiento a todo el personal. Desde el repartidor hasta las cajeras. Por eso ver los vídeos de la gala y recordar lo que ha sido el año «te revuelve un poco». Y es inevitable hacer memoria.
Durante los primeros meses, cuando la gente vaciaba las estanterías de los supermercados, fue «un caos», reconoce. Luego la empresa puso los medios y las medidas de seguridad. Aunque ella nunca tuvo «miedo» de ir a trabajar. Sí vivió la sensación de «tristeza» al ver las calles vacías de camino al trabajo. «Iba sola en coche», comenta Sonia que se siente afortunada de formar parte de un sector que «no se ha visto afectado» tanto como otros. A veces cuesta destacar algo de un año como el 2020, pero ella se queda con la «solidaridad».
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Diana Mirones | Policía Nacional
«Trabajamos por y para la sociedad», resume Diana Mirones, inspectora y jefa de Comunicación de la Policía Nacional en Cantabria. «Estar ahí» para los ciudadanos es el objetivo de la institución. Por eso recibir el reconocimiento durante la gala de presentación del Anuario del 2020 es un «espaldarazo que nos reafirma en que estamos trabajando bien», añade Mirones. Un premio por el que están «orgullosos» porque para los agentes es importante saber que «contamos el respaldo de las instituciones, de la Administración», añade. Y también con la colaboración de los ciudadanos.
El trabajo que hacen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado suele ser «en la sombra», pero la Policía Nacional buscó la forma visibilizarse durante el confinamiento porque «hacía falta que nos vieran», comenta Mirones. La sociedad «necesitaba saber que alguien estaba ahí». Buscaron la manera de adaptarse a las circunstancias, al «miedo y a la soledad».
Por eso se volcaron en los «reconocimientos, los pasacalles cuando había algún cumpleaños...». Pequeños detalles con los que intentaron «poner un granito de arena». Su manera de decir 'estamos aquí'. Como cuando pasaban por las residencias y los mayores saludaban desde las ventas. Saber que, de algún modo, estaban ayudando, a ellos les reportaba «satisfacción».
Ha sido un cambio radical en su forma de funcionar, «pero había que hacerlo», resume Mirones que aprovecha para «agradecer» a la ciudadanía su «comportamiento ejemplar» durante la crisis sanitaria. Aunque siempre hay «excepciones» que confirman la regla general. Ahora la población «confía más en nosotros». Ellos lo perciben en el aumento de las llamadas para pedir ayuda.
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