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El matrimonio formado por Lidiya y Serhiy, con Olena, de Leópolis como ellos, y Olha, de Kiev, en un parque cercano al hotel. javier cotera
«Siento que estamos en ninguna parte, pero estamos vivos»

«Siento que estamos en ninguna parte, pero estamos vivos»

Olha huyó de Kiev, y Lidiya, Serhiy y Olena de Leópolis. Los cuatro viven ahora en hoteles de Cantabria con el Permiso Temporal: así es su vida

Marta San Miguel

Santander

Domingo, 3 de abril 2022, 10:19

Todo empieza con el desayuno y esa impresión de normalidad que tiene la capacidad de transmitir una taza de leche caliente. No saben bien qué día llegaron, ni cuánto llevan aquí, su vínculo es más bien con lo inmediato: con el desayuno, con intentar contactar ... con los que dejaron en casa, con la hora de recoger a los niños del colegio donde los han acogido «entre abrazos». Existe cierta normalidad también viviendo en un hotel porque las necesidades son las mismas en un lugar de paso o en refugio de Kiev del que salió Olha con sus hijos y su suegra. «Bajé con lo que entraba en la mochila, y con eso he venido», y enumera medicinas concretas, un par de mudas, el teléfono. «Ayer me dieron estos pantalones», dice, y se pellizca la pernera de unos vaqueros. Su inglés además de fluido destila la riqueza léxica de quien lo ha practicado a diario. Olha trabajaba como programadora informática, pero ahora, cuando mira su teléfono, solo espera que su marido o su padre, que viven sin luz, ni agua ni calefacción en Kiev, puedan conectar la batería a un generador para cargar y recibir noticias: «Así sabemos que siguen vivos». Es así desde que llegó hace dos semanas a Torrelavega: «Mis hijos están bien porque les ayudan muchísimo», dice. ¿Y ella? ¿Le gustaría trabajar? No sabe cómo lo haría al estar sola y tener a los niños a su cargo, y su respuesta suena a algo sobre lo que ha pensado muchas veces.

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