La legislatura del covid, de los pulsos con La Moncloa, de los trenes que no entran en los túneles, de las listas de espera quirúrgicas, del retroceso industrial y de la corrupción en Obras Públicas ha pesado demasiado al Gobierno de Cantabria. Todos esos ... hitos negativos han impactado más que las nuevas leyes aprobadas o los proyectos puestos en marcha, y solo el 19% de los 805 encuestados por GAD3 aprueba la gestión de los últimos cuatro años del bipartito PRC-PSOE. Una valoración muy baja y similar a la que detectaron las encuestas en 2015, cuando el PP perdió la mayoría absoluta en la región.
El grueso de los electores (47,6%) se decanta por una nota regular al Ejecutivo, una valoración neutra en la que pesa lo mismo lo negativo que lo positivo y, por tanto, no se puede entender como una causa directa de cambio en la inclinación de voto. Pero sí es llamativo que un 31,8% de los encuestados suspenda claramente la labor del Gobierno y que un 51,9% eche la vista atrás y considere que Cantabria está hoy peor que hace cuatro años.
Como el que no se consuela es porque no quiere, en La Moncloa lo tienen aún peor. Los cántabros están muy disgustados con Pedro Sánchez y Podemos, su socio en la mesa del Consejo de Ministros. Un 55% valora como 'mala' la gestión del Gobierno nacional, pese a que Miguel Ángel Revilla se haya mostrado agradecido por haber cumplido sus promesas y deudas con Cantabria durante la última legislatura. El pago de la deuda de Valdecilla y los tramos del AVE quizás hayan significado menos que la posición ultraconservadora del Ministerio respecto al lobo o las polémicas de la 'Ley del solo sí es sí', los pactos con independentistas que llevaron al propio PRC a no apoyar la investidura de Sánchez y la gestión de la pandemia. No en vano, solo el 17% de los encuestados y el 23% de los votantes regionalistas cree que el Gobierno de España se merece aprobar. Y tampoco es que los socialistas y podemitas estén eufóricos. Apenas un 44% de los electores del PSOE y un 33% de Podemos le da el visto bueno al Ejecutivo nacional.
Ya en Cantabria, PRC y PSOE deberán hacer un examen de conciencia en sus filas. Sus propios electores no les dan el aprobado a los últimos cuatro años. Solo el 29% de los que eligieron la papeleta de Revilla y el 31% de los que cogieron la de Zuloaga han quedado satisfechos con su decisión. Siete de cada diez votantes del bipartito en 2019 no aprueban su trabajo de los últimos cuatro años. Una cifra que, evidentemente, se multiplica entre el resto de partidos de la oposición.
Por grupos de edad el resultado es bastante homogéneo. Solo uno de cada cinco (21-22%) da su visto bueno a la labor del Ejecutivo, una cifra que cae especialmente entre los adultos de 45 a 64 años (15%), los más críticos de todos los encuestados. Peores cifras tiene el Gobierno de Pedro Sánchez en todas las franjas, desde los 18 hasta los mayores de 65 años, ninguna supera el 18% de aprobación.
Por situación laboral de los encuestados, el bipartito cántabro encuentra sus mejores respaldos entre los estudiantes (43%) y los parados (30%). Precisamente, el desempleo ha sido uno de los caballos de batalla de Gobierno y la oposición durante esta legislatura en el Parlamento. Cuando arrancó la legislatura, en junio de 2019, la tasa de paro era del 9% en la región. El último dato de la EPA registra un 9,3%. Es decir, prácticamente no se ha movido pese a que llegó a tener picos del 13,8% durante la pandemia.
Los que menos credibilidad dan al Gobierno regional son los trabajadores autónomos. Solo el 10% de ellos aprueba su gestión, pese a las continuas líneas de ayuda que desde la Consejería de Industria lanzan a este sector. La última de ellas, sin ir más lejos, una inyección de hasta 6.000 euros para reformas en pequeños comercios de la región. Pero este tipo de medidas parecen no ser suficientes, ya que Cantabria ha perdido 200 autónomos en el último año, al pasar de 41.550 afiliados a 41.350 el mes pasado. Los autónomos también son los más críticos con el Gobierno nacional, ya que solo le dan el visto bueno un 8%.
Los trabajadores del sector público de Cantabria son más benévolos con el PRC y el PSOE. Uno de cada cinco le da el aprobado.
El PP gana pero quedan abiertas todas las opciones de pactos
La encuesta de El Diario Montañés, publicada ayer, revela un escenario político muy distinto en Cantabria después del 28 de mayo. El PP volvería a convertirse en la primera fuerza de la región al escalar hasta los 12-13 diputados tras aquel resultado históricamente bajo de 2019, cuando solo pudo sumar nueve escaños. Lo hará a costa de un PRC que se desinfla después de su victoria de hace cuatro años. Los regionalistas perderían un buen puñado de los 14 diputados actuales y se quedarían con 8-9. Una bajada considerable que trastocaría el panorama político de la comunidad.
A pesar de estas diferencias, el sondeo elaborado por GAD3 deja abiertas todas las opciones de pacto. Un diputado arriba o abajo será clave para conformar el nuevo Gobierno que salga de las urnas. Sin ir más lejos, el PP acaricia esa mayoría con Vox que ya ha puesto en práctica en otras comunidades. El partido de ultraderecha consolida su implantación en Cantabria con 5 diputados y casi triplicando los votos que logró hace cuatro años. De un 5,1% pasaría a un 14,3% de apoyos. Lo suficiente para tener voz y voto en un posible escenario de pactos.
El PSOE daría un paso adelante con un diputado más (8), pero sería insuficiente para reeditar el bipartito con Miguel Ángel Revilla. Los dos actuales socios de Gobierno necesitarían que Podemos confirmara su entrada al Parlamento gracias a esos dos escaños que le da la encuesta en su franja más alta de la horquilla.
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