Podemos pesca entre los funcionarios; Vox, en el sector privado

En un primer vistazo al sondeo realizado por GAD3 llama la atención el origen tan distinto de las papeletas de Vox y Podemos en función de la situación laboral de sus electores. El mayor caladero de votos de la extrema izquierda se encuentra entre los trabajadores del sector público (28%), mientras que el partido de Santiago Abascal recibe la mayoría de sus apoyos del sector privado (37%). Los tres grandes (PRC, PP y PSOE) manejan cifras similares en este caso. Sus votos llegan de los trabajadores privados en una horquilla que se mueve entre el 26% y el 30%, y del sector público entre el 13-17%.

Para ellos, el mayor chorro de papeletas llega de los jubilados y pensionistas. Tanto populares como socialistas y regionalistas deben un tercio de sus papeletas a las personas que se encuentran en esa situación. Un dato coherente con los resultados de sus votos por franjas de edad. De nuevo volvemos a encontrar que un tercio de los que eligen a PP, PRC y PSOE son mayores de 65 años, mientras que otro tercio más holgado llega de la mediana edad (45-64). Los grandes partidos encuentran más dificultad para que sus mensajes calen entre los más jóvenes. El PRC solo tiene un impacto del 9% entre los electores de 18 a 29 años. El PP es aún peor, con solo un 7%, casi la mitad que el PSOE (13%).

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Unas cifras que contrastan con las que maneja Podemos, con una pirámide de votantes invertida respecto a los tres grandes partidos. En su caso, el 32% de las papeletas las depositan en las urnas los más jóvenes. Casi cinco veces más que en el PP, por ejemplo. Y, además, es el que más respaldo logra entre los estudiantes, un 13% frente al 4% del PRC, el 3% del PSOE o el 8% de Vox. Precisamente, el partido de ultraderecha también puede presumir de buena cantera, con dos de cada diez apoyos en la franja entre 18 y 29 años. Por el contrario, los mayores de 65 años confían menos en Podemos y Vox.

Otro dato llamativo es el reparto del voto entre hombres y mujeres. En todos los partidos ganan las segundas con porcentajes similares, menos en Vox, donde el 62% de sus electores son hombres.