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El balance del funcionamiento de la aplicación Radar Covid en Cantabria puede resumirse en una palabra: fracaso. Ni un solo contacto estrecho de algún positivo se ha puesto en contacto con la Sanidad regional a través del teléfono habilitado al efecto -900 612 112-.
Quizás antes de analizar las posibles razones de este revés haya que explicar brevemente cómo funciona Radar Covid: se trata de una aplicación de la Secretaría de Estado de Digitalización -bajo la encomienda del Ministerio de Sanidad-, que se descarga en el teléfono móvil y que para resultar efectiva precisa que el usuario mantenga conectado el bluetooth. De esa manera registra si algún otro teléfono móvil ha permanecido a una distancia inferior a dos metros y durante un espacio de tiempo de al menos quince minutos, que son los parámetros para considerar que alguien es contacto estrecho en el caso de que se diagnostique un positivo. Para que la alerta llegue a quienes han estado en esa situación, el usuario de Radar Covid, una vez se confirma su infección, recibe un código de doce números, con el que activa ese aviso.
¿Qué puede haber pasado para que ni una sola persona se haya puesto en contacto con Sanidad por un posible contagio a través de Radar Covid? Lo primero que hay que indicar es que el buen funcionamiento de la aplicación depende de la buena disposición del ciudadano. Para que el sistema cumpla su misión es necesario, en primer lugar, que la gente se descargue la aplicación; en segundo lugar, que mantenga el bluetooth activado para que haga su función. En tercer lugar, que el usuario de Radar Covid que ha sido advertido de que es positivo active la alerta para que los demás puedan recibir ese aviso. Y cuarto, que el que recibe el aviso haga caso de él. Por lo que se ve, en el caso de Cantabria esa cadena de buena voluntad se ha roto por alguno de esos eslabones, a no ser que -y eso es una quinta posibilidad- ninguno de los 2.420 códigos asignados a los casos positivos hasta el 25 de septiembre correspondieran a usuarios de Radar Covid, o que, de serlo, no hayan tenido un solo contacto estrecho.
«Necesitamos que descarguen y usen la aplicación más personas», insistió el director general de Transformación Digital y Relaciones con los Usuarios, Santiago García Blanco, quien recordó que su único objetivo es evitar la difusión del virus. «No supone ninguna molestia más allá de descargarla y tenerla encendida, porque incluso está optimizada para que no suponga un gasto de la batería del teléfono. Es muy importante porque constituye una ayuda al rastreo de contactos: una persona contagiada puede contar con qué amigos ha estado o con quién se ha reunido, pero si ha viajado en un autobús o en avión o si ha estado en un restaurante no podrá identificar a quienes estaban a su alrededor. La aplicación ayuda a detectar a estas personas anónimas a las que ha podido contagiar, que al recibir el aviso pueden dirigirse a su servicio de salud».
Según indicó García Blanco, la aplicación entró en funcionamiento en Cantabria el pasado 10 de septiembre, aunque pudo ser descargada ya meses antes. Desde ese momento, la Sanidad cántabra puede facilitar esos códigos (proporcionados por el Ministerio) de doce números, de un solo uso y que se asignan a cada caso positivo, como una matrícula.
Funcionamiento
VOLUNTARIEDAD
PRIVACIDAD
Cuando los rastreadores se ponen en contacto con algún paciente infectado, le preguntan si es usuario de Radar Covid; en caso afirmativo, se le proporciona el mencionado código, con el que podrá alertar a quienes han permanecido a su lado durante quince minutos en los siete días anteriores. El sistema no especifica dónde se produjo ese contacto, ni por supuesto de quién se trata, pero sí indica qué día se ha producido.
«A quien recibe el aviso, la aplicación le ofrece un listado con los teléfonos de contacto de las distintas comunidades autónomas; en Cantabria es el 900 612 112. Para nosotros, alguien que llama por este motivo es equivalente a cualquier persona que haya tenido un contacto estrecho con un caso positivo de otra comunidad, es decir, de un caso que no controlamos. Inmediatamente se le buscaría un hueco para realizarle la prueba en un coroauto y descartar o confirmar el contagio».
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Quizá aún sea demasiado pronto para exigir resultados a Radar Covid. Sus responsables de la Secretaría de Estado de Digitalización consideran que para que resulte efectivo y ayude al control de la pandemia tiene que ser utilizado por un 20% de la población. Según los datos que han hecho públicos, son aproximadamente cuatro millones las descargas que hasta la fecha se llevan contabilizadas -lo que supone más o menos un 10%-.
Un reciente estudio de la empresa Smartme Analytics eleva el porcentaje hasta el 13,6 de media en el país, con Aragón en cabeza -22,8%- y Cataluña en la cola -7,5%-. Cantabria estaría por encima del 10%, según sus estimaciones. «El Ministerio debería saber cuántos de los códigos que ha entregado a Cantabria se han introducido en la aplicación, pero es un dato que no nos ha facilitado, y tampoco el del número de descargas», explicó el responsable regional de Transformación Digital. «Que se haya llegado a cuatro millones de descargas sin que se haya hecho mucha publicidad, sin anuncios en televisión, no está nada mal. Con una campaña más potente se podría llegar a ese 20% -unos 8 o 9 millones de descargas- antes de final de año». «La aplicación no es nuestra -recordó-, pero nos estamos sumando al esfuerzo de difusión».
En opinión de García Blanco, el recelo de la población ante el posible uso de datos por parte del Gobierno puede estar obstaculizando un uso más generalizado de Radar Covid. «Puede haber cierto miedo a que el Gobierno 'me controle'. Esto ha sido debatido hasta la saciedad en el Parlamento Europeo y en la Comisión Europea. Se trata de un modelo totalmente respetuoso con la privacidad, hasta el punto de que genera dudas porque no ofrece datos sobre las personas y depende absolutamente de la voluntariedad del ciudadano, pero eso también significa que se está tratando a la población como a adultos. Es un proyecto a nivel europeo, que utiliza el mismo protocolo que en Alemania, Francia o Italia, y de hecho se está trabajando para que sea compatible para que una persona que esté en otro país también pueda recibir la alarma. La idea es que los teléfonos se comuniquen entre sí y se intercambien un ficherito cuando se encuentren a dos metros durante quince minutos, y eso es algo que se mide con el bluetooth, así que la aplicación no requiere datos personales, ni teléfono ni GPS: lo único que registra son los teléfonos con los que te vas cruzando».
Ahondando en el aspecto de la privacidad, añadió que «la comparativa que suele hacerse es que la gente se descarga sin ningún criterio ni control otras aplicaciones, como Facebook o TikTok, mucho más intrusivas y con las que se están entregando datos a multinacionales. Radar Covid es, en cambio, una aplicación totalmente respetuosa, que solo usa el bluetooth y tiene un claro interés público como para que se le pongan tantas trabas. Supongo que existe ese miedo atávico a que la Administración nos controle».
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