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Los vecinos del País Vasco no esperaron ni un minuto para acudir a sus segundas residencias en Cantabria. A partir de las medianoche del jueves, momento en el que ya estaba permitido el tránsito entre comunidades, empezaron a visualizarse los primeros vehículos procedentes de ... la comunidad vecina. Había muchas ganas de venir y los que no tenían ninguna atadura en su residencias habituales no lo dudaron ni un segundo. «Desde la medianoche del jueves se ha producido una gran afluencia de coches desde Euskadi», apuntó a media mañana de ayer el consejero de Sanidad cántabro, Miguel Rodríguez.
Pero esa llegada de vascos no fue la esperada. Nada tuvo que ver con las previsiones que había, ni con la idea que tenían muchos cántabros. Ni se colapsó la autovía A-8, ni hubo una avalancha de coches, ni se produjeron retenciones kilométricas, salvó las que tuvieron lugar como consecuencia de unas obras de asfaltado a la altura de Colindres. «Hemos llegado sobre las nueve de la mañana y no hemos encontrado caravanas», reconocía Carolina ya desde su segunda residencia en Carasa (Voto), a donde no acudía desde hacía casi cuatro meses.
Tampoco Purificación y su marido tuvieron problemas para llegar a Noja, a eso de las once de la mañana, salvo esa retención en Colindres que se disipó horas después. «Pensábamos que íbamos a tener más problemas para llegar, no ha sido para tanto».
Por la tarde, la tónica fue la misma. Así lo señala Verónica, que salió desde Bilbao después de acabar a las dos su jornada laboral «y no he tenido ningún problema para venir».
Desde la Guardia Civil de Tráfico en Cantabria ratifican estos testimonios. Pese a duplicar de tres a seis las patrullas que se encargan de controlar el tramo de la A-8 comprendido entre El Haya y Hoznayo «lo cierto es que no hemos tenido incidencias, todo lo contrario».
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Abel Verano
Tan sólo había que visualizar las imágenes de las cámaras que la DGT tiene instaladas en esta autovía, y que son públicas a través de su página web, para comprobar que, pese al aumento de tráfico, la afluencia de coches fue escalonada. «La jornada ha transcurrido como un viernes cualquiera de inicio de verano». «Por suerte no ha habido ningún problema», comentaban desde Tráfico, al tiempo que reconocían que cuando se 'abrió' la frontera, a medianoche, «se notó algo más de circulación de lo normal, aunque sin incidencias».
Pero nada que ver con lo que se preveía. Creen desde la Benemérita que el hecho de que se esperase una avalancha de coches el primer día, quizá lo que provocó es que muchos decidieran posponer su llegada a Cantabria. Ya que no sólo hay vascos que vienen a pasar el fin de semana, sino que algunos ya aprovechan para quedarse todo el verano. Aun así, la DGT calcula la llegada de entre 50.000 y 60.000 vehículos en este fin de semana.
Y superado el primer día de apertura de la circulación entre País Vasco y Cantabria, el dispositivo de Tráfico estará muy pendiente de lo que ocurra este domingo, con motivo de la 'operación regreso'. Será una nueva prueba de fuego para una autovía que en época estival suele soportar numerosas retenciones, lo que en su momento llevó a que se habilitase un carril reversible que, lejos de solucionar los problemas de tráfico en momentos puntuales, los acrecentaron.
A partir de ahí se apostó por la construcción de un tercer carril entre Solares y Ontón, valorado en 495 millones de euros, cuyo anteproyecto fue presentado en 2018 por el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, aunque no se ha vuelto a saber nada más de esta actuación.
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