Pedro Prada, jefe de oncología radioterápica
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¿Qué hubiera pasado si Cantabria hubiera dicho sí a la primera oferta para instalar la protonterapia en Valdecilla? Han pasado casi cuatro años desde que el jefe de servicio de Oncología Radioterápica de Valdecilla, Pedro Prada, recibió la propuesta de una empresa privada dispuesta ... a realizar aquella inversión millonaria para abrir en Valdecilla el primer centro de protonterapia de la sanidad pública de España. Entonces, sólo dos hospitales privados aspiraban a incorporar esta tecnología: Quirón y la Clínica Universitaria de Navarra, que ya han estrenado sus máquinas en Madrid. Pero la iniciativa, que obligaba a recurrir a la fórmula de colaboración público-privada, nunca convenció al equipo de la entonces consejera de Sanidad, María Luisa Real, aunque desde la Gerencia del hospital, liderada por el neurólogo Julio Pascual, se insistía en que era «una oportunidad que no se podía dejar escapar». Pero se dejó.
El proyecto estuvo en cuarentena hasta el cambio de legislatura. Yaunque Sanidad siguió siendo competencia del ala socialista del Gobierno de Revilla, se dio vuelta al planteamiento con Miguel Rodríguez al mando. La protonterapia, vendida en la campaña electoral como una de las promesas del PSOE, pasó a convertirse en uno de los grandes proyectos de legislatura. Y los fondos europeos a disposición para remontar de los efectos de la pandemia fueron la llave para esa transformación: «la protonterapia llegará a Cantabria por la vía pública», prescindiendo así de los inversores privados.
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El convenio de la Fundación Amancio Ortega con el Ministerio de Sanidad para donar diez equipos de protones para hospitales públicos –Valdecilla no está entre los receptores– desinfló en parte el entusiasmo por el proyecto cántabro, que ya no tendrá la exclusividad que se presuponía de entrada. A partir de ahí, el foco se centró en ser la primera comunidad en poner en marcha este equipo de tratamiento contra el cáncer, una esperanza que no han perdido ni la Consejería de Sanidad ni el propio Prada. «Ahora es cuando creo, de verdad, que estamos más cerca que nunca de sacar el proyecto adelante y de hacerlo los primeros», admite el jefe de Oncología Radioterápica. La distancia se acorta por el tiempo perdido entre dudas y contratiempos, pero se aventura a decir que pasarán «cuatro o cinco años» hasta que cualquiera de las autonomías que recibirán las máquinas donadas por el dueño de Inditex puedan tratar a sus primeros pacientes.
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