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Los agentes de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional y sus compañeros de la Agencia Tributaria, que durante casi medio año tuvieron intervenido el móvil de Miguel Ángel Diez por orden judicial para avanzar en la investigación de ... la trama de las carreteras, pueden dar buena cuenta del gran volumen de llamadas que recibía el alto funcionario de Obras Públicas. Entre las muchas cosas que han cambiado en su vida desde que fue detenido e ingresó de forma provisional en el centro penitenciario de El Dueso está que ya prácticamente nadie se le pone al teléfono. En los últimos días ha estado intentando ponerse en contacto con distintas personas -tiene una serie de números autorizados por la dirección de la cárcel, como establece el protocolo- y no tiene respuesta más allá de su familia y su abogado, con el que también se ha reunido en prisión. Por lo que pueda pasar, ya nadie quiere verse relacionado con 'el capitán', como le conocían en las empresas beneficiarias.
La Policía Nacional entró en casa de Miguel Ángel Diez y del resto de investigados -los gerentes de Rucecan, La Encina-Cannor y API Movilidad- el 22 de febrero y dos días después fueron puestos a disposición judicial. Esa misma mañana la jueza Mercedes Compostizo redactó el auto de entrada en prisión provisional y sin fianza del funcionario, el único que está ahora mismo privado de libertad, así que Diez cumplirá este viernes tres semanas en la cárcel de Santoña, donde comparte celda con otro interno de esa misma localidad.
Fuentes penitenciarias señalan que el jefe de Carreteras se ha adaptado relativamente bien a su nueva vida. Se relaciona con total normalidad con el resto de presos y con los funcionarios de El Dueso. Su actitud es muy educada, mucho menos altiva que la que mostró durante el registro a su domicilio y a su despacho en la sede de Obras Públicas. Además, pese a que nunca antes había estado privado de libertad -no tenía ni siquiera antecedentes penales-, se muestra tranquilo. Ni rastro del miedo o la introspección propia de quien está por primera vez entre rejas. Tampoco ha reclamado un trato especial, algo que ocurre en ocasiones con los encarcelados por delitos de 'guante blanco'.
Tras un primer momento en el módulo de ingresos, fue trasladado al módulo 1, el general. En las primeras 24 horas recibió la visita del médico y del trabajador social y, posteriormente, la de un educador, que de continuar en prisión le ofrecerá un itinerario educativo. Como todos los presos provisionales, no puede acceder por ahora a ningún beneficio penitenciario. Sí que podría optar a alguna de las actividades laborales -algunas remuneradas- que se ofrecen. Desde labores de limpieza, cocina o biblioteca hasta diferentes talleres que colaboran con empresas de Cantabria.
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