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Hace apenas una década hubiera sido impensable contar en Cantabria con un tejido de empresas y desarrolladores de videojuegos. Pero el avance tecnológico y formativo, unidos a la difusión de la cultura audiovisual propia de los juegos digitales, ha dado lugar a un rico y creciente ecosistema de productores de videojuegos que, ante la complejidad y la competencia existente en este sector, ha sabido diversificar su actividad y apostar por poner las numerosas aplicaciones de la tecnología en la que se basan estas creaciones en otros ámbitos tan dispares como la educación, la industria o la sanidad.
Son empresas jóvenes y pequeñas que, pese a esos condicionantes, cuentan ya con videojuegos en las principales plataformas, desde Steam o las principales tiendas de aplicaciones para móviles hasta consolas de difusión internacional como NintendoSwitch. Las empresas cántabras cuentan con varios denominadores comunes: la necesidad de abrir mercado adaptando su tecnología a otros ámbitos, las dificultades que entrañan la gran oferta existente de videojuegos o la competencia con las grandes productoras, que cuentan con ingentes recursos para dar a conocer sus principales títulos. Pese a todo no se arredran y han conseguido consolidar en Cantabria las bases de esta industria imparable.
Manuel Pazos - Desarrollador independiente (Santander)
Si ya tienes una edad, y miras hacia atrás, te das cuenta de cómo ha cambiado el mercado del entretenimiento. Hemos pasado de casi no poder elegir y tener que consumir el menú del día a disponer de un amplio bufet en el que decidimos qué ver, escuchar o jugar en el momento que queramos. Hoy en día puedes jugar en casi cualquier lugar y dispositivo. Quién se iba a imaginar que sería posible poder jugar en un teléfono, una televisión, reloj, o incluso que tu coche incluyese juegos. Este abanico de posibilidades hace que aumente la demanda de videojuegos, y los potenciales consumidores. Pero también hace que aumente la oferta, y esto resta visibilidad a tu producto. Ese es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los desarrolladores: que los usuarios conozcan sus productos. En Cantabria contamos con jóvenes con mucho talento, que no dudan en apostar por sus ideas y que están tejiendo las bases de nuestra industria.
Los videojuegos se han convertido en el mayor pilar de la industria del ocio, un sector que aumenta su facturación año tras año y que se está abriendo nuevas oportunidades laborales y empresariales para muchísimos profesionales. Si bien, conseguir visibilidad éxito dentro de la industria cada vez es mas complejo, competir en un mercado global e instantáneo desde la propia concepción del juego obliga a tener una visión mucho mas amplia del trabajo y a tener en cuenta que el alcance de cada desarrollo es mucho mayor de lo que en un principio pudiera parecer. Hoy en día y gracias a su madurez, la tecnología empleada para la elaboración de videojuegos permite ofrecer soluciones y propuestas disruptivas en otros campos completamente alejados del ocio: industria, educación, cultura, arquitectura, decoración… En Cantabria son muchas las empresas que ya han apostado por estas herramientas con gran éxito en su día a día.
La industria del videojuego está experimentando un crecimiento tal que actualmente casi cualquier persona está en mayor o menor medida en contacto con un videojuego todos los días. Muchas veces ni siquiera son juegos «al uso» sino aplicaciones con un componente de gamificación para generar fidelidad en el usuario. Y aunque un mercado tan grande puede hacer pensar que es fácil conseguir un trozo del pastel, en realidad es tremendamente difícil hacerse un hueco en la industria. La barrera de entrada es mas baja que hace una década y todos los días surgen decenas de estudios nuevos, casi tantos como los que acaban su andadura, por lo que la competitividad es máxima y conseguir visibilidad es una batalla constante. Desde nuestra perspectiva la clave radica en apostar por proyectos que generen emociones atemporales en los usuarios y no caer en la tentación de pensar a corto plazo siguiendo las modas de turno.
Los videojuegos están tomando el testigo de su hermano mayor, el cine, como canal de transmisión de conocimiento directo. Aquellos videojuegos que hace tan solo 40 años eran considerados meros come cocos para un ocio casi marginal se han convertido en una poderosa arma de comunicación. Actualmente, gracias a la tecnología de los videojuegos y a estos mismos, campos como la medicina, la educación o el turismo han sido capaces de revolucionar la manera en la que ejecutaban sus acciones, llegando a más gente y de mejor manera. También las aplicaciones a nivel educativo y formativo de los videojuegos se han constituido como la evolución tecnológica del sistema. La realidad virtual, aumentada y mixta son ejemplos muy claros de lo que se puede obtener con tecnología de videojuegos en el campo educativo. El futuro de la educación pasa por la tecnología y las mecánicas de gamificación.
A nivel global, el de los videojuegos es un sector que genera empleo, riqueza, entretenimiento y cultura. Tiene sus particularidades y defectos a corregir, como cualquier otro, pero en general es una industria muy orgánica que avanza imparable para situarse como la forma predominante de entretenimiento del siglo XXI. En cuanto a Cantabria, no hay un tejido industrial como lo puede haber en Madrid, Barcelona o Bilbao, ya que las primeras propuestas en este sector han surgido hace pocos años. Cuando fundamos Concano Games en 2015 no había absolutamente nada, hubo que evangelizar mucho para que se conociera el sector. Actualmente tenemos tres empresas y varios estudios pero el número de empleados no es superior a 10 o 12 personas en total. Por otro lado hace falta que algún producto desarrollado aquí tome relevancia nacional e internacional para que se conozca un poco más el trabajo realizado aquí.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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