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«Hay que repensar el MAS para que sea un museo potente a la altura de proyectos como el Centro Asociado Reina Sofía o el Espacio Pereda», aseguraba el pasado jueves Javier Ceruti, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santander, en el inicio de ... las obras de rehabilitación del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS). Han pasado más de cuatro años desde que un incendio obligara a cerrar sus puertas y ahora, en el momento de abordar la reforma del edificio, muchas voces sugieren que es el momento de poner en marcha nuevos proyectos que le pongan a la altura de las grandes pinacotecas del país y que definan un concepto museístico distinto al que se ha desarrollado hasta ahora, tal y como han señalado a El Diario distintos representantes del mundo cultural y del sector artístico de la región.
Varios artistas de distintas generaciones así como otros colectivos relacionados con el arte contemporáneo, como es el caso de los galeristas, han querido además ofrecer sus sugerencias para esta nueva etapa. Y sus respuestas, muchas de ellas coincidentes, pasan por varias propuestas: desde una nueva dirección «que redefina el papel de la institución», a la reordenación cronológica de los fondos, pasando por abrir más espacio a los artistas jóvenes, establecer sinergias con otros museos del entorno, y que disponga de una mayor dotación económica para la celebración de más actividades y la adquisición de obras nuevas.
NUEVOS TALENTOS
Asociación de Galeristas de Arte Contemporáneo
Desde la Asociación de Galeristas de Cantabria se pide una nueva dirección en el MAS. «Consideramos que la nueva etapa que se va a iniciar después de la reforma del Museo, debe estar tutelada por un nuevo director, capaz de sacar al museo de la lamentable situación a la que ha llegado -un profesional seleccionado para cumplir con un proyecto de gestión durante unos años concretos, en base a un presupuesto fijado de forma previa por el Ayuntamiento y que puedan ser evaluado y revocado si fuera el caso- y que redefina el papel de la institución, y su integración en la nueva realidad cultural de la ciudad», afirma Juan Silió presidente de la Asociación en nombre de los galeristas de la región.
Carmen Quijano
La presidenta hasta hace pocos meses del Instituto de Arte Contemporáneo en Cantabria cree que el Ayuntamiento de Santander debería convocar una reunión en la que los agentes culturales puedan ofrecer sus sugerencias al tiempo que conozcan de primera mano las iniciativas que se han marcado las autoridades para el futuro museo. Carmen Quijano, que habla a título personal, cree que la comunicación entre autoridades y el sector debe ser fluida y que el mundo del arte debe ser escuchado.
Roberto Orallo
De entrada, el artista quiere resaltar que el tiempo transcurrido -cuatro años desde el incendio en el edificio- hasta el inicio de las obras ha sido demasiado largo. Luego pide que se respete el diseño del edificio de Leonardo Rucabado. De cara a la nueva etapa sugiere que se presenten las obras en sentido cronológico. «Sería muy útil para el estudio de los movimientos artísticos que se han dado a lo largo de los años, sobre todo de cara a las visitas escolares». Además, dedicaría una planta para la exposición de obras de los últimos cincuenta años, «dando cabida a jóvenes creativos ya situados tanto a nivel regional como nacional». Por último instalaría un acceso por la calle del Rubio. «Me parece imprescindible porque hay muchas personas con dificultades físicas para subir la escalera hasta la entrada principal».
Sara Huete
La artista Sara Huete coincide en muchos puntos con Orallo, por ejemplo en el de ordenar los fondos de forma cronológica según los distintos estilos artísticos y en darle más protagonismo a los artistas jóvenes. Entre sus sugerencias también está «la creación de un buen equipo pedagógico que organice actividades con estudiantes y alumnos». Además espera que el Museo tenga una relación más estrecha con los artistas de Cantabria. Y por último pide «que el MAS no sea un coto cerrado si no que esté abierto a todos los artistas y a todas las sugerencias», dice.
Faustino Cuevas
Faustino Cuevas también apunta que se podría aprovechar esta reestructuración del Museo para acabar con la forma de mostrar las obras que se ha seguido hasta ahora, una especie de «popurrí», tal y como él mismo define, que hace que cuadros de vanguardia se expongan al lado de otros más históricos y pone un ejemplo. «Al lado del Goya no debería mostrarse una pintura de un artista de última generación».
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Yolanda Novoa
Las sugerencias para el Museo por parte de la creadora santanderina pasan porque se convierta en un lugar «más dinámico y activo» con un programa de actividades atractivo para todas las generaciones que conviertan al MAS en una especie de 'fábrica de ideas' o 'fábrica del conocimiento' del mundo del arte. Además le gustaría que tuviese un espacio de referencia abierto a los institutos de arte o la Universidad. «Un lugar con una buena biblioteca que albergue archivos, catálogos y documentación de todo tipo en el que se puedan preparar tesis doctorales, por ejemplo». Entre sus peticiones no olvida «incrementar el presupuesto económico para poder acometer las funciones propias del Museo».
Eduardo Gruber
«Siempre he pensado que estando libres los locales de la antigua imprenta Martínez, que se ubican junto al edificio del MAS, se podría hacer una ampliación del museo», explica el artista. Su sugerencia para la nueva etapa del MAS está relacionada con esa idea. «Me parece que ahora que se está llevando a cabo esa gran renovación se podría aprovechar para adquirir esos locales y hacer en un mismo museo dos áreas diferentes. Se podría dejar una en el actual edificio, similar a la que ha existido hasta ahora, con la colección y los cuadros más históricos y dedicar esos antiguos talleres a exposiciones más contemporáneas. «Soy consciente de que esto puede parecer muy complicado viendo que se han tardado cuatro años en empezar la rehabilitación y que esta propuesta puede llevar mucho tiempo, pero creo que el MAS debe mirar al futuro y tener una nueva visión que permita que convivan dos conceptos de museo».
Gloria Torner
Gloria Torner, decana de los artistas cántabros, es bien concreta en su sugerencia para nueva etapa del Museo. «Abierta la puerta todos seremos el MAS», afirma. A continuación solicita «que represente la historia del arte cántabro, que podamos ver y conocer los trabajos de los pintores históricos que no se pueden ver en otros museos y que mantenga una línea de apoyo a los nuevos».
José Cobo
Para este artista el rigor es lo más importante a la hora de definir el futuro del MAS. Es consciente de que para hacer una buena programación y que se convierta en un lugar de animación cultural de la ciudad y la región tiene que tener una buena dotación económica y esa sería otra de sus peticiones. «No puede haber rigor sin dotación económica y aunque no conozco muy bien los entresijos del Museo, por lo que se oye por ahí esa dotación no es muy boyante». En cuanto a la colección permanente, «que creo que es muy buena», no es partidario de que se muestre «tal y como parece que se estila ahora» en torno a una línea narrativa. «A veces se utilizan las pinturas y los cuadros más para apoyar una temática narrativa que para hablar sobre ellos. Yo trataría de evitar esto con esta colección».
Cristina del Campo
La artista cántabra, que en la actualidad trabaja en un proyecto en el desierto de Dubai, cree que se puede aprovechar esta remodelación para dar un giro de 180 grados al MAS: «Con una regeneración total que llene de aires nuevos al Museo con un proyecto más sólido y consensuado», asegura. «Desde el principio me pareció que era mejor tener un Museo de Bellas Artes por un lado y uno de Arte Contemporáneo por otro. La cuestión de mezclarlo nunca me ha gustado porque al final me parece que tenemos una cosa intermedia que no cumple bien ninguna de las dos funciones», asegura. En otro orden de cosas, también considera que se debería completar la colección que a su juicio «tiene muchas carencias en lo que se refiere a arte contemporáneo. Y no me refiero a artistas jóvenes, si no de todas las edades».
Juan Manuel Puente
«Me gustaría que en esta nueva etapa el MAS apueste más fuerte por el arte contemporáneo», explica el veterano creador quien también pide que se proporcione «una buena dotación económica que le permita realizar proyectos de primer nivel». Para Juan Manuel Puente es importante la presencia de artistas jóvenes, pero también la celebración de muestras antológicas de creadores ya consagrados. «Creo que la labor de un museo también es la de recuperar las obras de artistas consagrados que por distintas causas ya están un poco olvidados».
Pedro Calderón
Pedro Calderón también es otro de los que pide que se ordene la colección por orden cronológico. «Me parece que ahora mismo prevalece una gran mezcolanza en la que se exponen juntos los cuadros de distintas épocas que poco tienen poco que ver unos con otros. A lo mejor eso se puede hacer en momentos puntuales y en determinadas exposiciones, pero no de forma permanente», opina. Por otra parte organizaría de forma periódica exposiciones con las obras de los artistas de los años sesenta y setenta locales. «Porque creo que no están muy reconocidos por el público y, sin embargo, gracias a ellos existe ahora mismo una generación que nos dedicamos a la creación artística», comenta. En lo que se refiere al edificio, cree que se podría aprovechar mucho más los jardines o la propia fachada del museo para proyectar imágenes. «En los accesos se podrían ofrecer representaciones teatrales o conciertos, lo que permitiría además unir distintas formas de crear».
A finales de 2019, cuando se cumplían ya dos años del incendio del MAS y en paralelo a la incertidumbre en la que estaba sumido el museo santanderino, la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Cantabria (Agacc) se reunía en Asamblea General para avanzar en cuestiones que se consideraban fundamentales en el diálogo sobre el destino del Museo en el futuro de Santander como ciudad cultural. El debate sobre la mesa era coincidente con la celebrada puesta en marcha de la figura de la Dirección de Cultura (cargo asumido por Enrique Bolado en primer lugar y en el presente por Eva Guillermina Fernández) lo que suponía que el Ayuntamiento de Santander cumplía con una de las principales demandas del sector que aparecía reflejada en el Plan Director de Cultura, elaborado con asociaciones profesionales de muy distinto ámbito.
Entre las demandas expresadas en su día se aludía a la necesidad de iniciar los trámites necesarios para dotar al Museo de una nueva dirección.
El nombramiento de «un director con un proyecto y por un periodo limitado de tiempo» para el Museo de Santander, era calificado como «un paso clave para desbloquear esta inercia en la que ha entrado una institución que claramente ha perdido su rumbo desde hace tiempo, y que en estos momentos, con el parón tras el incendio, entendemos que es el momento indicado para dar este paso».
En estos más de cuatro años desde el siniestro se ha recordado a menudo que en 2014 fue creada una comisión asesora destinada a reconducir la situación, de modo que la gestión del museo se adaptara a las leyes de transparencia haciendo públicos sus objetivos y programas. Una de los objetivos reiterados e implícitos en ese nuevo escenario era el de devolver el MAS a su trabajo prioritario de «un riguroso trabajo de acompañamiento a los artistas de nuestro territorio».
De igual modo, los galeristas encabezaron una reivindicación que vuelve a aflorar ahora: «Rectificar el planteamiento del museo, teniendo en cuenta los nuevos equipamientos culturales y artísticos de la ciudad»: Centro Botín, Fundación Enaire, Espacio Pereda y Sede asociada del Reina Sofía con los fondos del Archivo Lafuente.
Los galeristas apostaban, además, por regresar a la denominación original y sus funciones, es decir, la vuelta al Museo de Bellas Artes de Santander.
«Generar un programa museológico construido para poner en valor fondos, artistas, movimientos y corrientes desde una perspectiva regional; trabajar con el valor histórico del territorio» fueron otras de las peticiones.
Asimismo, desde el galerismo y otros sectores se hizo hincapié en que la singularidad del Museo sea, por ejemplo, la de «mostrar los fondos de los paisajistas montañeses, entre otros, y artistas de un ámbito regional, exhibiéndolos con otros de movimientos y corrientes similares pero de implantación nacional e internacional, así como la puesta en valor de los fondos que numerosas colecciones privadas atesoran en Cantabria».
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