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Me siento en el sofá, miro mis manos con extrañeza. Pienso en si el coronavirus...

Me siento en el sofá, miro mis manos con extrañeza. Pienso en si el coronavirus...

Cuadernos de excepción, día 3 ·

Miércoles, 18 de marzo 2020, 07:20

El día que se decretó el confinamiento, andaba yo con el pelo un poco largo. En un primer momento, como las peluquerías iban a permanecer abiertas, pensé en reunir el valor suficiente para ir a cortármelo, arriesgándome a ser contagiado. En esas estaba ... cuando el Gobierno rectificó y anunció el cierre de las peluquerías. No me queda otra que esperar o, si el encierro se alarga demasiado, cortármelo yo mismo como pueda. Abandonarse es el comienzo de la barbarie. Supongo que por eso, tras unos días con ropa de estar en casa, me pongo una camisa para ir al supermercado.

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