Siete preguntas para tratar de cambiar el paradigma educativo
uimp 2021 ·
La equidad, los cuidados y el espíritu crítico vertebraron los siete seminarios centrados en el presente y el futuro de la educación. El catedrático Xavier Bonal fue el encargado de coordinar los cursos
¿Cómo debe ser una escuela que cuida y educa para sostener la vida? ¿Cómo luchar contra el abandono escolar y asegurar el éxito educativo del alumnado? ¿Qué Universidad para qué sociedad? ¿Cómo educar en la era de la posverdad? Estas y otras preguntas han ... dado cuerpo, días atrás, a la Semana de la Educación de la UIMP, un foro a varias bandas para analizar, contextualizar y proyectar el trabajo que se hace en las aulas, en las tutorías, paraninfos o despachos; el valor de los recreos y claustros; los lazos que han de tejerse con el entorno.
Profesores y maestros, investigadores, pedagogos, docentes universitarios, responsables de fundaciones, ministros, incluso, trataron la pasada semana de perfilar reflexiones y respuestas a las siete preguntas macro que dieron título a otros tantos seminarios. La meta es que esas observaciones puedan traducirse en medidas concretas. Lo explicó Xavier Bonal, catedrático de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona y coordinador de esta Semana de la Educación. El reto es «conseguir trasladar las respuestas que surjan de esta reflexión y de este debate a la agenda política».
«La educación, no la mera instrucción, ha de ser siempre el fin de la enseñanza», dejó escrito Francisco Giner de los Ríos, uno de los fundadores de la Escuela Libre de Enseñanza. En el foro de la UIMP se han mirado los currículos académicos y las cuestiones formales de los planes educativos, pero también se ha tratado de identificar metas y valores sobre las que trabajar; es decir, se ha mirado extramuros.
Hacer comunidad
El seminario coordinado por Héctor Colunga Cabaleiro, director de la Fundación Mar de Niebla, es uno de esos ejemplos de mirada amplia. El curso partía de la pregunta '¿Cómo implicamos a la escuela en la comunidad y la comunidad en la escuela?'. Ponentes y alumnado deconstruyeron esta cuestión durante tres días;de hecho, la tuvieron que reformular. ¿Por qué? «Porque la escuela ya es comunidad –y viceversa– y forma parte de un todo», explicó Colunga al término del curso.
Las reflexiones en este seminario giraron en torno a las oportunidades para reforzar lo comunitario desde varios puntos de vista: desde los centros como instituciones educativas;desde las administraciones; desde tercer sector –la sociedad civil organizada–, y también desde el profesorado. «Hemos visto lo importante de la educación conectada con el bien común y como elemento para la democracia», señaló Colunga.
Pilar Alegría, ministra de Educación y FP, y Manuel Castells, al frente del Ministerio de Universidades, participaron en el foro
La escuela es comunidad
La escuela es comunidad, es territorio y es ecosistema; se relaciona con su entorno más cercano, el barrio, y acaba haciéndolo con el mundo. Para favorecer estas interconexiones hay distintos modelos de liderazgo. Uno llamado de 'servidores', que «conecta la causa del centro con el contexto, con el mundo. Cuando te sientes parte de una comunidad conectas mejor los aprendizajes con esa realidad, y eso estimula el compromiso social», explicó Colunga. Hay también uno que recibe el nombre de 'facilitador', y este exige a los centros evolución y adaptación a las metodologías. El tercer sector –las AMPA, las entidades socioculturales...– también contribuyen y mucho a mejorar el ecosistema educativo.
«Un profesor no entra solo en un aula sino en una comunidad», continúa Colunga. Por eso, la escucha activa es imprescindible. «Sin esa capacidad no hay diálogo. Es la llave para abrir el pensamiento crítico». Y por eso hay otra cuestión fundamental:la formación del profesorado.
Cambio de paradigma
«Estamos ante una clara necesidad de cambio de paradigma. Necesitamos no innovar por innovar, sino hacerlo a partir de unos valores y objetivos que estos seminarios han ayudado a definir», comentó Xavier Bonal el pasado jueves, en la sesión final dedicada a repasar y compartir conclusiones.
El coordinador identificó tres elementos transversales para encarar esta transformación: la equidad; el «cuidado con mayúsculas» que, entre otras cosas, requiere «enseñar otras cosas, enseñar de otras maneras y enseñar para otras cosas»; y el último lugar la capacidad crítica que ayude a deconstruir dogmas e inercias.
En realidad, estas tres cuestiones atravesaron todos los seminarios, en ocasiones de forma totalmente directa, como ocurrió por ejemplo en el curso de Héctor Colunga o también en el que dirigió Yayo Herrero, dedicado este a repensar '¿Cómo debe ser una escuela que cuida y educa para sostener la vida?'. En conjunto, con las preguntas que encabezaron los cursos, el alumnado pudo asomarse a una realidad compleja: '¿Qué competencias científicas necesita el alumnado?, dirigido por Alfonso Gordaliza; '¿Qué es una educación de interés público?', dirigido por el propio Bonal; '¿Qué Universidad para qué sociedad?', coordinado por Antonio Ariño Villarroya; '¿Cómo educar en la era de la posverdad?', bajo la dirección de Digna Couso, o '¿Cómo luchar contra el abandono escolar y asegurar el éxito educativo de todo el alumnado?, dirigido por Aina Tarabini.
Tarabini (Universidad Autónoma de Barcelona) y el resto de profesionales del seminario debatieron sobre ese abandono temprano de los itinerarios educativos, «un problema grave y urgente que hay que abordar ya». El índice español en 2020 está en el 16%, cuando la media de la Unión Europea está en el 10%, pero Tarabini advierte de que la situación es muy diversa en los territorios autonómicos, con comunidades con índices alejados de ese alto porcentaje nacional. Y esa diversidad hay que tenerla en cuenta, indica Tarabini.
Las características del mercado de trabajo, por un lado, o los periodos de crisis –que se tragan los puestos menos cualificados– explican en parte la fluctuación del abandono temprano. Sin embargo, «pensar que todo el abandono se explica solo por elementos externos es un error. Si no actuamos desde el sistema, los índices no se van a mover de ahí», expuso Tarabini.
¿Qué hacer? Trabajar en la desafección de los jóvenes que no sienten la escuela como un espacio propio; y mejorar la educación posobligatoria, en especial una FP articulada con el Bachillerato. La formación de grado medio «sigue siendo una vía de segunda y esto es una anomalía en europea».
La ministra de Educación y FP, Pilar Alegría, intervino en el foro en los mismos términos: «Asistimos al nacimiento de la nueva FP, de vanguardia y competitiva. Cada vez son más los alumnos que se decantan por ella como primera opción y, aunque aún estamos lejos de acercarnos a países europeos de nuestro entorno, ya registramos una importante demanda a la que tenemos que hacer frente».
Manuel Castells, titular de Universidades, defendió por su parte una vuelta de estas instituciones académicas a los orígenes en cuanto a producción de valores e intercambio cultural.
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