Disciplina y talento al servicio de una bolista nata

A Jesús y a Águeda su niña mayor les salió deportista. Las fotos de una Iris que apenas levanta unos palmos del suelo jugando con unos bolos que su abuela había comprado para su tío Santi dan fe de que la pasión por la madera le viene de cuna. Fue con 9 años cuando la cosa se empezó a poner seria. Como la propia jugadora confiesa, su padre le enseñó a jugar a la mano y Óscar González, que por entonces era monitor de la Escuela de Bolos de Orejo, al pulgar. Y debieron enseñarle muy bien, porque su palmarés contempla seis Campeonatos Regionales individuales, dos de España, tres títulos de Cantabria de parejas, 75 concursos y a nivel de peñas, cuatro Ligas y siete Copas en sus etapas en Suances, Mazcuerras, La Carmencita y Torrelavega. Este año milita en Atlético Deva.

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Dicen los que la conocen que Iris es una chica muy alegre y bondadosa y que, a nivel bolístico, se define sobre todo por su disciplina. «No conozco otro caso igual», reconoce Jana del Río, heredera de una larga estirpe de jugadores de pasabolo tablón y también jugadora de palma. «No conozco otro caso igual en los bolos, hasta que no quita un fallo no se va de la bolera. Es el ejemplo perfecto para las nuevas generaciones de jugadores y jugadoras».

Disciplinada en las boleras y disciplinada fuera de ellas. Tras acabar el bachillerato ha estudiado tres grados superiores (técnico superior de radioterapia y dosimetría, técnico superior de imagen por el diagnóstico y medicina nuclear y técnico superior de electromedicina clínica) y ejerce sus labores profesionales como técnico de electromedicina y mantenimiento en Veolia. De hecho, al día siguiente de batir el récord y disputar su partido de Liga ante Camargo una urgencia en Valdecilla le obligó a salir a la carrera hasta el hospital.

Además de bolos, Cagigas practica el tiro con arco, aunque reconoce que lo tiene abandonado, y se entretiene en su tiempo libre en ver partidos de fútbol y baloncesto, cuidar el jardín y pasar tiempo con su familia, a la que está muy unida, especialmente a su hermana Águeda, con la que comparte peña de bolos. Y, en los últimos años, ha incorporado a su repertorio el pasabolo tablón, en cuyo aprendizaje ha tenido mucho que ver la familia Del Río. «El primer día que vino a Las Cárcobas la enseñamos entre mi padre y yo tanto a ella como a su hermana Agueda nos agotó a tirar bolas, al final se quedó se quedó hasta casi medianoche»

Más allá de su estilo y su calidad si algo llama la atención de la de Cubas durante las competiciones es su capacidad de concentración, para lo que se enfunda en unos auriculares gigantes que la aislan antes de la hora de la verdad. Reconoce que en su lista musical hay un poco de todo, desde Mago de Oz o los Mojinos Escozíos a Beret o Litos. Un popurri que funciona, puesto que Iris defenderá este año el título nacional logrado el pasado mes de agosto en Ontoria.

Para el recuerdo quedan sus lágrimas tras el Regional ganado en 2020 horas después de perder a su tío Santi, su mayor fan y un soporte fundamental en su carrera. Era la liberación de una jugadora que ya es historia de los bolos pese a tener recién cumplidos los 27 años. El techo todavía está por llegar.