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Tomas James Armstrong (Kuota) se llevó la segunda etapa de la Vuelta a Catabria-Gran Premio Gobierno de Cantabria, al ganarle a Iker Ballarín (Goierri) en una apretada llegada, pero nadie pudo con el líder, Francisco Galván, ni con su equipo, el Lizarte, ... que dio un recital de estrategia y trabajo para neutralizar la escapada que puso en jaque la privilegiada posición de su corredor y garantizó un final compacto para evitar sustos. Galván entró a apenas 13 segundos de los dos escapados y rodeado de los favoritos, dando un golpe de autoridad encima de la mesa.
El frenético ritmo al que se rodó durante los 145 kilómetros convirtió al Alto de La Montaña, que se superó en cuatro ocasiones, en una dificultad determinante, no por la dureza de las rampas ni por la longitud de la ascensión si no por la velocidad con la que se subió. El popular alto destrozó la carrera y la trampa final del cementerio de Salcedo –un repecho de 800 metros con desniveles del 15%– a tres kilómetros para la meta, puso en juego la Vuelta. Espectacular.
Kevin Suárez (Nesta), que fue tercero y dio tiempo al grupo de los 'gallos', repitió como primer cántabro y de nuevo hizo una demostración de la tremenda calidad que tiene este ciclocrosista, que a modo de preparación utiliza la carretera ante de que llegue el turno del barro.
Los ganadores de la jornada fueron Armstromg, que se llevó el triunfo parcial, y Galván, que dejó claro que sigue siendo el más fuerte de la Vuelta. El héroe sin corona fue Iván Treceño (Nesta), que fue líder virtual durante buena parte de la etapa al filtrarse en la escapada buena que mantuvo un pulso sin tregua con el pelotón y que sólo el trabajo de Lizarte pudo neutralizar. El asturiano, que marchaba cuarto en la general a tan solo cinco segundos, circuló con una ventaja superior a los 22 segundos durante las últimas tres vueltas del recorrido, acompañado por otros siete compañeros, hasta que en las faldas de la última ascensión a la Montaña fue absorbido.
En la salida de Vioño de Piélagos se palpaba la tensión. El recorrido de ayer era propicio para las fugas e indicado para hacerle trabajar a la escuadra del líder. No tardaron en ponerle las cosas difíciles al conjunto navarro, filial del Movistar, que ha venido a ganar la Vuelta. Escaramuzas sin control y un inicio de carrera ingobernable en busca de la fuga del día.Supermercados Froiz, Caja Rural... Todos dejaron la responsabilidad para el Lizarte, que no se arrugó. A falta de cuarenta kilómetros para la línea de meta, cristalizó el intento comandado por Treceño.
Hubo dudas. Nadie quería tirar. Fue entonces cuando Ibon Ruiz (Lizarte), líder de la Montaña, comenzó un trabajo inconmensurable para su líder. Se puso en cabeza y marcó el ritmo alrededor de 25 kilómetros echando abajo él solo la escapada. Decisivo. Cuatro hombres del Lizarte encabezaron el grupo, por delante de Galván, hasta la cuarta y última ascensión a La Montaña. Allí, neutralizada la escapada, llegaron los nervios. Todos querían ocupar las posiciones delanteras de cara a la aproximación al temido muro de Salcedo. En el descenso a La Montaña, el propio líder cogió unos metros que obligaron al Caja Rural y al Supemercados Froiz a tapar el hueco. Sin embargo, no fue más que una maniobra de intimidación para demostrar a sus rivales que el jersey amarillo tenía piernas para la batalla final.
El Laboral Kutxa tomó el mando para preparar la arrancada de su hombre más fuerte, Jesús Arozamena. Las rampas se empinaron y los corredores empezaron a retorcerse: 800 metros cuesta arriba y otros 900 de vertiginoso descenso. El grupo principal que comenzó el repechón de Salcedo era de 53 ciclistas, por el camino se habían descolgado más de cien unidades.
Curva, contracurva... Llegó el ataque de Arozamena. Fila de a uno y a sufrir. Tras el menudo corredor del Laboral Kutxa salió Josu Echeverria (Caja Rural), segundo en la general con el mismo tiempo que el líder. Sonó la alarma. Galván perdía metros, pero de nuevo supo medir la distancia y minimizar los daños. A falta de cincuenta metros para coronar tomaron ventaja Armstrong y Ballarín. Se lanzaron en un descenso difícil, pero su arrojo les sirvió para jugarse la victoria entre ellos. A la par, codo con codo, Armstrong fue más rápido y levantó las manos. Suárez dio tiempo a los favoritos, entre los que Galván, el líder, fue quinto.
Hasta ahora lo que queda claro es que Galván es el más fuerte y que su equipo, el Lizarte, también. Pero la estrechez en la clasificación augura hoy, en los 141 kilómetros finales, una guerra.
La tercera y última etapa se disputa este miércoles, con salida y llegada en Colindres, esconde en Hoyomenor y el Alto de la Bien Aparecida sus trampas. El Santuario de la patrona se pasará a veinte kilómetros para el final y será decisivo. El último escollo en la carrera por el triunfo de una de las Vueltas con mayor nivel del país. Todo por decidir.
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