Un piloto con el camino trazado

Al murciano le había elegido como uno de sus dos pilotos para este curso la escudería alemana Pruestel, un equipo mediano pero que había tenido una muy buena experiencia con Marco Bezzecchi, al que hizo subcampeón del mundo el año en que Jorge Martín se llevó el título de Moto3. Aunque Pruestel decidió cambiar sus planes por cuestiones económicas y el desconocido piloto de Mazarrón se quedó en tierra. «Hace menos de un año me quedé sin equipo, eso la gente no lo ve», recordaba el protagonista de este domingo en Portugal. «Pero Aki y Red Bull no me dieron un equipo, me dieron una familia que ha confiado en mí desde que me subí a esta moto. Y han confiado desde que empecé a ganar, cuando no iba bien a mitad de año y nunca han perdido la sonrisa. Por eso creo que este campeonato no lo he ganado yo solo, lo hemos ganado todo el equipo, porque yo sin ellos no soy nada. Lo ha ganado todo el círculo que me acompaña día a día para dar ese extra más, para estar ahí, para no perder la concentración», agregaba.

Una historia con un capítulo intermedio que no ha sido muy publicitado. Otro equipo, el BOE Owlride, reunió en pocas horas el presupuesto necesario para hacerse con los servicios de Acosta una vez fueron conocedores de que no iba a correr con Pruestel, aunque el acuerdo no llegó a fructificar por la aparición de Aki Ajo. El 'team manager' finés hizo vale su experiencia para dar un último y definitivo giro a la previa de lo que iba a ser un gran año, muy por encima de lo que cualquiera podría haber previsto.

«El boom que se generó a mi alrededor creo que nadie todavía lo ha asumido. Fue como cuando Alonso fue a la F1. Había que abstraerse de todo, hacer lo único que sabemos hacer. He crecido mucho como persona porque he tenido la suerte desde pequeño de tener gente a mi lado que me diga las cosas claras, que me diga cuándo lo hago mal. Y luego verme tan pequeño aquí, correr con gente mucho más mayor y con más experiencia», comentaba el campeón de Moto3.

De esa gente, Acosta señala siempre a su padre deportivo, Paco Mármol, amigo de su padre biológico y que le ha criado como piloto desde pequeño. También a los miembros de su equipo, liderado por Ajo, un hombre al que en su momento Emilio Alzamora, el manager de Marc Márquez, definió como 'el mago'. Porque con el finés fue campeón del mundo por primera vez el astro español, también un 7 de noviembre, en este caso de 2010 y en 125cc; y antes, en esa misma cilindrada, en 2008 Mike di Meglio; y en 2012 y 2016, en Moto3, Sandro Cortese y Brad Binder, mientras que Jack Miller y Miguel Oliveira fueron subcampeones en 2014 y 2015, y tercero y jugándose el título hasta el último domingo de 2013 el malogrado Luis Salom.

«Ha habido muy buenos momentos este año, pero también los ha habido malos. No es tanto por las caídas o por salir atrás, ha sido más por problemas físicos por haber crecido este año. Al final pasan las cosas tan rápido que no nos damos cuenta. Ha sido el año en que más he ganado, como persona he crecido mucho, como piloto también, pero creo que me ha ayudado más a dar un pasito mental y centrarme en mi trabajo. Por eso estoy tan pesado dando las gracias a mi equipo. Ellos nunca han perdido la sonrisa, me han ayudado a sobreponerme, aunque un fin de semana fuera mal», concluía emocionado uno de esos campeones que ha entrado también en la categoría de 'elegido'. Un piloto señalado para escribir muchas (más) páginas de oro en el Mundial de motociclismo.