![Los jugadores celebran con la grada la victoria](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/05/11/racing23-U22087637624ZjC-U22085734115C0C-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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¿No es verdad, Racing de amor, que en esta asardinerada orilla, más pura la Luna brilla y se respira el 'play off'?. La situación del equipo verdiblanco es pura poesía. Después de lo vivido, lo sufrido, lo tragado, lo digerido... Nadie quiere lanzar las ... campanas al vuelo ni dar nada por hecho, pero en los Campos de Sport hay cierto aroma a fase de ascenso. ¿A qué huele? Pues como las nubes, supongo. Se sabe, se barrunta y ya está. Una victoria que se quedó corta para una primera parte genial frente al Mirandés pone al Racing cerca, muy cerca, del objetivo.
Con las bajas, todas ellas importantes, José Alberto adaptó el once a las circunstancias, aunque con las garantías que da el rendimiento pasado. En los laterales, lo previsto y casi lo puesto. Marco Sangalli entró por Dani Fernández en la derecha y Saúl García, por Mario, en la izquierda. La principal incógnita era ver cómo resolvía lo de suplir a Peque en la mediapunta. Una vez que el míster decidió dar descanso al renqueante Íñigo Sainz-Maza, la fórmula estaba clara: Íñigo Vicente por detrás de Arana, con Mboula –derecha– y Lago Junior –izquierda– en las bandas. A Andrés Martín lo guardó como bala en la recámara para la segunda parte.
Y vaya, que lo de Mboula tenía pinta de que, después del gol ante el Elche, el míster volvía a apostar por el catalán para recuperarle de cara al tramo final de la competición. Y funcionó. El Racing robó en la izquierda, Íñigo Vicente recibió en el medio y el vasco abrió hacia la derecha. Otra asistencia más y van doce. El extremo recibió, entró en el área y no se paró demasiado a pensar. Disparo, que tocó en la pierna de un defensa antes de colarse en la meta de Ramón Juan. El autor del tanto cogió velocidad hacia el banquillo, atravesó todas las líneas de abrazos que encontró a su paso, incluida la del míster. Buscaba a alguien. Unos meten goles. Otros los paran. Están los que idean las estrategias. Y luego, los que salvan vidas. Su destino era el doctor Fernández-Divar, que reanimó por dos veces a un aficionado de Preferencia Sur en el anterior encuentro. Reconocimiento.
Racing
Ezkieta, Marco Sangalli, Saúl García, Manu Hernando, Rubén Alves (Juan Gutiérrez, min. 88), Aldasoro (Íñigo Sainz-Maza, min. 88), Iván Morante, Mboula (Ekain, min. 72), Lago Junior (Andrés Martín, min. 60), Íñigo Vicente y Arana (Grenier, min. 87.
1
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0
Mirandés
Ramón Juan, Barbu (Luna, min. 71) Barcia, Tachi, Gabri Martínez (Martón, min. 71), Reina, Tomeo, La Gumina (Lautaro, min. 65), Gómez y Juan María (Ilyas Chaira, min. 46) y Carlos Martín.
Equipo arbitral Fuentes Molina, del Comité Valenciano, asistido en las bandas por Jiménez Yustos (Balear) y Martínez Caballero (Valenciano). Cuarto: Fernández Buergo (Asturiano); VAR: Sagués Ocoz (Vasco) y AVAR: García Urbaneja (Catalán).
Gol 1-0: min. 1, Mboula
Amonestaciones Amarilla a los locales Marco Sangalli, Ekain y Aldasoro y a los visitantes Juan María, Reina, Barcia y Barbu
ncidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde soleada primero y lluviosa después. 19.883 espectadores.
Si no estuvieron allí, después del gol se pueden imaginar cómo se pusieron los Campos de Sport. Y si lo presenciaron, pueden revivirlo. En el minuto 3, ya estaba la práctica totalidad del estadio botando y con el soniquete de la ilusión en la boca. Ese dichoso mantra. Una persecución que no cesa. Y que no cese.
El equipo cántabro salió dispuesto a ofrecer un monólogo ante un rival abrumado y al que, fuera cual fuera el plan que tuviese, vio cómo se le iba por el sumidero en el segundo minuto del encuentro. Los verdiblancos, sin embargo, no cambiaron de registro. Toque, velocidad, toque, apoyo, toque, pared. Más a gusto que un arbusto. Lago Junior cayó en el área, pero ni el colegiado ni el VAR vieron nada. Sí que vio el meta Ramón Juan venir una bola de cañón hacia su cara. El disparo fue de Arana y el meta, felino, mano fuerte, evitó el segundo tanto racinguista.
16 minutos y 45 segundos tardó el Mirandés en arrimarse por el área de Ezkieta. Un taconazo desde la línea de fondo que no encontró rematador y un cabezazo en el segundo palo de Gabri Martínez que no encontró portería. Por cierto, el extremo del Mirandés, al que la grada le estuvo recordando, por si se le había olvidado, el escupitajo a Mantilla de la primera vuelta. Y, sorprendentemente, del sol se pasó la lluvia intensa en segundos.
Sobre mojado, el Racing no redujo el ritmo. Continuó apretando, en busca del segundo, con Íñigo Vicente en plan travieso en la mediapunta. Recital. Los problemas físicos del portero Ramón Juan, que tuvo que ser atendido, tampoco consiguieron hacer las veces de tiempo muerto para aplacar el vendaval. El arquero estuvo a punto de hacer méritos para ganar Eurovisión. Despejó de puños un balón, a priori, sencillo y lo que consiguió fue asistir a Arana, cuya volea la sacó Barcia sobre la línea. Luego Saúl García, que andaba fino, la pegó desde la frontal buscando la escuadra, aunque le falló la puntería.
El Racing sólo le dio algo de tregua al Mirandés en el tramo final de la primera parte. No mucha. Y, aún así, la única ocasión reseñable en este tiempo fue para los verdiblancos. Un intento de Arana de buscar el palo largo que se le marchó por encima del travesaño. Eso, y tener a dos de los tres centrales rojillos amonestados fue lo que se llevó el equipo cántabro al descanso junto a la victoria momentánea y una fantástica imagen.
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Poco debió tener que modificar José Alberto en el vestuario con la actuación del equipo. Sólo insistir en busca del acierto. La línea de presión no bajó, pero el segundo no llegaba y Arana seguía en una de sus fases de pegarse contra un muro. Un tiro del canario, demasiado centrado, lo detuvo Ramón Juan.
A partir de ahí, el Racing sí que cedió algo de terreno o es que quizá el cuadro burgalés espabiló, porque hasta entonces había estado por El Sardinero prácticamente de miranda. Y no de Ebro. José Alberto buscó un acelerante que reavivase el fuego. Porque la segunda mitad se estaba poniendo sosuca. Andrés Martín sustituyó a Lago Junior. El andaluz se ubicó en la mediapunta e Íñigo Vicente se marchó a su habitual banda izquierda. Ylo que pasa cuando le echas gasolina al fuego es que la llama sube. El de Aguadulce agarró la pelota en la frontal y disparó a puerta. Agarró Ramón Juan, pero ya era un aviso.
Gabri Martínez sacó su vena más macarra también en El Sardinero. Haciendo pandilla además con La Gumina. Y con el árbitro, que lo permitió. La tuvo primero con Marco Sangalli. Y después con Aldasoro. Se marchó de rositas, pero con el chorreo de unos Campos de Sport en los que no es bien recibido.
Mientras tanto, Arana seguía con su batalla particular. El canario, con un buen movimiento, se buscó el sitio para chutar. Sacó el tiro, pero Ramón Juan respondió bien, como lo hizo también después a intento de Andrés Martín. Minuto 70 y, aunque el Mirandés había sido hasta entonces más cerdo vietnamita que jabato, el exiguo resultado dejaba un resquicio importante a la paparda. Marco Sangalli le quitó a Carlos Martín en el segundo palo una volea con muy mala intención. Nuevo cambio en el Racing: Ekain sustituyó a Mboula. El vasco se puso de mediapunta y Andrés Martín pasó a la derecha.
El choque se estaba empezando a jugar ya prácticamente en campo verdiblanco. Eso sí, con los de Alessio Lisci rozando el pasivo de balonmano y Ezkieta relativamente cómodo. Carlos Martín tuvo una buena opción que mandó a la Tribuna Norte. El Racing apelaba al vértigo de sus hombres de ataque. Una contra liderada por Andrés Martín finalizó con un remate al lateral de la red de Arana.
Íñigo Vicente andaba de capa caída en la segunda mitad después de una primera parte brutal. Pero, aún sin capa, la chistera no se la quita. Tremendo pase por encima de la defensa y Andrés Martín, de tijera según caía, se quedó cerca de haber sentenciado de una vez el encuentro.
Los Campos de Sport intentaron aportar un último impulso al equipo, mientras Pablo Álvarez llamó a los tres futbolistas que calentaban: Grenier, Íñigo Sainz-Maza y Juan Gutiérrez. Triple cambio. Mientras esperaban, Arana buscó la entrada de Ekain, pero el vasco llegó en caída y haciendo la croqueta. Arana, Aldasoro y Rubén Alves fueron los sustituidos.
El resto fue esperar a que llegase el pitido final, porque el Mirandés inquietó lo mismo o menos que hasta entonces. Íñigo Vicente se puso a azuzar a los de Tribuna Sur. Marco Sangalli, a los de la esquina Nando Yosu. Un traed hielo y sacad unas aceitunas que se viene fiesta. Final. Victoria. La camiseta retro de la temporada 1982-83 que ha sacado el club y que se agotó en dos horas no es el atuendo de moda en la parroquia verdiblanca. Ay, esa sonrisa nerviosa que no se puede esconder. Tarareo inconsciente: «Una ilusión nos persigue... La Primera División».
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