![El vicio de sufrir](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/09/10/racing10096744-U210119349238ElC--758x531@Diario%20Montanes.jpeg)
Secciones
Servicios
Destacamos
En el mismo momento en que el Amorebieta alcanzaba su cielo futbolístico con el primer ascenso a Segunda División, el Racing se estrellaba contra el suelo tras perpetrar la peor temporada de sus 110 años de historia. Infierno particular. Era la temporada 2020-21. Para ... hacer bueno ese refrán de que no hay mal que por bien no venga, ese trompazo sirvió al club cántabro para tocar fondo y coger impulso. Ayer, ambos se vieron las caras fuera del barro. Hay cosas que cambian. Y otras, que no tanto. Porque lo de sufrir es intrínseco a este equipo. Hace tiempo que no se avistan papardas por El Sardinero. José Alberto no pierde en casa desde marzo –0-1 contra el Levante– y suma una sola derrota en sus catorce encuentros como local. Bienvenidos, de nuevo, al Huerto del Francés. Sin embargo, al Racing le costó seguramente más de la cuenta. Tuvo un primer cuarto de hora fantástico, pero después le faltaron muchas cosas en ataque ante un rival que bueno, que vale, que serio, pero que tampoco muchos aprietos. El míster tiene que seguir dándole rodaje al equipo, porque las bases principales, las de la actitud, la intensidad y la fortaleza defensiva las tiene. Y ese ya es un buen comienzo.
La alineación de José Alberto era la que se podía barruntar. La lesión de Lago Junior justificó aún más su salida de un once del que también marchó Yeray. Así, Íñigo Vicente regresó a la banda izquierda y Peque recuperó la mediapunta. Y en el extremo diestro, Andrés Martín, más tarde que temprano, iba a coger la parcela. No se hizo esperar. Casi la única duda que quedaba por despejar era la del acompañante de Aldasoro en el centro del campo y, en detrimento de Iván Morante, Íñigo Sainz-Maza entró de nuevo con su caja de herramientas en la sala de máquinas.
Racing
Ezkieta, Mantilla, Saúl García, Germán Sánchez, Rubén Alves, Íñigo Sainz-Maza (Grenier, min. 88), Aldasoro, Andrés Martín (Yeray, min. 72), Íñigo Vicente, Peque (Marco Sangalli, min. 57) y Arana (Ekain, min. 57).
1
-
0
Amorebieta
Magunagoitia, Etxeita, Manu Hernando, Dorrio, Jauregi (Morci, min. 58), Eraso (Da Graca, min. 78), Álvaro Núñez, Rayco (Avilés, min. 58) (Quintero, min. 66), Sibo (Erik Morán, min. 78), Carbonell y Félix.
Equipo arbitral González Díaz, asistido en las bandas por Romano García y Novoa Hernández, todos ellos del Comité Asturiano. Cuarto: Román Román (Castilla y León); VAR:Trujillo Suárez (Canarias) y AVAR: Landrove Lago (Galicia).
Goles 1-0, min. 9: Andrés Martín
Amonestaciones Amarilla para los locales Rubén Alves, Germán Sánchez, Marco Sangalli y Arana y los visitantes Sibo y Álvaro Núñez.
Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde soleada y calurosa. 12.488 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Marruecos.
La grada respondió al llamamiento de las peñas. El verde y el blanco fueron dominantes, más que nunca, en las plateas de los Campos de Sport. Hasta en el palco, donde los propietarios, Manolo Higuera y Sebastián Ceria, cumplieron con la tendencia marcada. Con los colores de guerra, la peña empezó enchufada.
Y ya se sabe que la grada y el terreno de juego están unidos por un cordón umbilical invisible. Así que el equipo salió intenso. Fuerte. Lo que exige el míster. El Racing no tardó en tener la primera. Un córner botado desde la izquierda por Íñigo Vicente lo cabeceó, poderoso, Germán Sánchez. Se elevó por encima de todos, pero no dirigió bien el balón. Fuera.
Íñigo Vicente tenía el día revoltoso, pero el gol verdiblanco, a los nueve minutos, no iba a salir de sus botas. El Racing buscaba huecos en la frontal. Andrés Martín recibió de espaldas y vio la incorporación de Mantilla, más libre que los demás. El camargués inventó un pase interior que, con la fortuna justa tras tocar en la pierna de un defensa, llegó de nuevo al sevillano, esta vez solo ante la salida de Magunagoitia. Toquecito. Adentro.
Noticias Relacionadas
Sergio Herrero
Marcos Menocal
Aser Falagán
El equipo de José Alberto jugó ese primer cuarto de hora en cámara rápida. A un ritmo brutal que cansaba hasta al que lo estaba viendo sentado, con las pipas en la mano. Sin dar excesivos pasos atras, los verdiblancos quisieron cambiar el rol. De modo rodillo a modo castigador. Cedieron parte de la posesión al abrumado Amorebieta para, a partir de ahí, buscar el robo, la transición rápida y el hombre del mazo. Otra cosa es que no salió tan bien como esperaban. Porque ni hurtaba fácil ni, cuando lo lograba, era capaz de mantener la posesión más de tres pases. Y encima el árbitro andaba más revuelto que revoltoso y los verdiblancos ya llevaban tres tarjetas a la media hora, dos de ellas para sus centrales. En el otro sentido, González Díaz prefería hacer de Mateu Lahoz. Para no desgastar las cartulinas.
El Racing-Amorebieta, en imágenesVer 12 fotos
Aun así, Ezkieta estaba tranquilo. El Amorebieta no era dañino. Y luego, si eso, estaba Germán Sánchez. Pletórico. Señor, ¿qué desayuna usted? El Benjamin Button de San Fernando. Ahora sí, el Racing logró conectar en ataque y un disparo centrado de Íñigo Vicente hizo trabajar a Magunagoitia. Después, el mago de Derio asistió a Arana, cuyo disparo sin ángulo lo repelió el arquero, pero la falta de acuerdo entre el te la pongo y el te desmarcas dejó la acción en fuera de juego.
Hasta 43 minutos tardó el Amorebieta en llevar verdadero peligro a la portería cántabra. Un disparo lejano de Dorrio lo atrapó, seguro, Ezkieta. La primera parte terminó con el colegiado haciendo el más difícil todavía: los dos equipos mosqueados. Pero bueno, con 1-0 en el marcador, para el Racing el enfado era lo de menos.
El míster ordenó conceptos en el vestuario y su equipo salió algo mejor tras el intermedio. No al nivel del primer cuarto de hora, pero era otra cosa. Tuvo el 2-0 el conjunto cántabro. Arana, dirigiendo una contra, centró al área, donde Peque no pudo hacerse con el balón, pero sí Íñigo Vicente en el segundo palo. El disparo con la izquierda del vasco pegó en la esquina del arco. En el otro lado, una falta muy cerrada botada por Morci obligó a Ezkieta a despejar. Nada grave.
José Alberto llamó a Ekain y Marco Sangalli, que sustiyeron a los de la punta de ataque: Peque y Arana. Andrés Martín pasó a la mediapunta. Junto a ellos, el Amorebieta realizó dos cambios. Uno de ellos, Avilés, apenas duró siete minutos en el campo. Tras una falta leve de Germán, cayó mal y se marchó lesionado en un hombro. Mala fortuna.
El físico de Andrés Martín dijo basta en el minuto 72. Calambres. Su sustituto fue Yeray, con lo que Marco Sangalli se marchó al flanco zurdo. El partido llevaba un rato que no tenía mucho más que contar, lo que para el Racing no era una mala noticia, ya que Ezkieta estaba teniendo una tarde bastante cómoda.
Olviden lo que acabo de escribir. Un error defensivo dio paso a una fuerte volea de Carbonell desde la frontal que el meta navarro mandó a córner con una buena estirada. Acto seguido, Da Graca estuvo a punto de cabecear un centro al área en el que el arquero e Íñigo Sainz-Maza terminaron estrellados. La grada vio el momento de debilidad de su equipo: «Ahora más que nunca, Racing Santander».
De repente, Ekain inventó una fantástica jugada. Se fue de dos rivales, entró en el área y la puso a su derecha para Yeray, pero el chaval se obcecó y la mandó al cuerpo del portero. Grenier, Iván Morante y Pol Moreno llevaban un rato largo calentando. El 1-0 y los agobios no permitían a José Alberto y Pablo Álvarez decidir cuáles serían los últimos dos cambios. Finalmente, en el 86, tomaron una decisión. Sólo una sustitución. Sólo Grenier. El galo sustituyó al capitán, Íñigo Sainz-Maza.
Aun con media camiseta por dentro y los cordones del pantalón colgando, el último fichaje racinguista tiene más clase que todo el IES Las Llamas. A ver si con eso, debió pensar el míster, amarramos los tres puntos. Pero el cambio no iba a evitar el sufrimiento. Saúl García y Aldasoro tenían ya los gemelos pidiendo la hora. Y si el Racing no corrió peor suerte fue porque, más allá de la seriedad defensiva, el Amorebieta fue un enemigo flojete en ataque.
Entonces, Marco Sangalli e Íñigo Vicente se encerraron en una esquina. Un buen rato. Candado. Con el balón. Aquí no juega nadie. Entre los dos forzaron dos córners, una falta y un saque de banda. Aprendices de Unai Medina. Bueno, no es lo mejor para la vista, pero arañaron un buen ratuco al cronómetro.
Suficiente para dejar los tres puntos en Santander. Sufridos, pero contentos. Tres unidades muy ricas que ponen al Racing mirando más hacia arriba que hacia abajo, pero como dice el míster, que nadie deje de prestar atención al retrovisor, que lo importante es lo que queda por detrás. Después, cuando el convoy de la permanencia vaya perdiendo vagones, habrá tiempo para otros menesteres. Eso será en un futuro no muy cercano.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.