Un ascenso que sembrar

El cuadro rojillo no pierde en su feudo desde el 15 de octubre. El Real Unión fue su último verdugo foráneo. A partir de ahí, todos han pasado por la guillotina o, como mucho, han conseguido escapar con un punto. ¿Le vale un empate al Racing? Puede que sí, pero no. Si el Deportivo pierde dos horas después, algo es algo. Sin embargo, el actual rival a batir de la competición no puede conformarse con tan poco. Favorito siempre. La ambición en aumento es lo que le ha llevado hasta aquí.

El Plan de Guillermo Fernández Romo sigue adelante. Sembrar y recoger. En eso ha consistido su estratagema. Mientras las críticas arreciaban por el timorato juego de su equipo, él, con el chaleco impermeable puesto, aguardaba los brotes. Al Deportivo se le malogró la cosecha, quedando a la vista, allá al fondo, los frutos del trabajo verdiblanco. Ahora es el momento de no echarlo todo a perder.

Después de afanarse durante toda la campaña en tener a todo el mundo en canción, en este sprint final Romo parece haber elegido a su tropa de vanguardia. Su 'Equipo A'. Un once y sus matices. Así que los racinguistas ya prácticamente pueden recitar la alineación de memoria.

La portería será para un Miquel Parera que, tal y como reconoció el jueves en rueda de prensa, se acerca a la renovación automática según un número de partidos que tiene estipulado en su contrato. Y delante de él, los cuatro de casi siempre. De derecha a izquierda, Unai Medina, Bobadilla, Pol Moreno y Eneko Satrústegui. Mantilla ha hecho méritos para estar entre los elegibles, pero lo cierto es que sus cuatro compañeros están dando un nivel alto y el míster tiene sus preferencias.

Borja Domínguez se redimió ante el Zamora con una fantástica asistencia en el apurado gol del triunfo. Sin embargo, la dupla conformada en el doble pivote por Íñigo Sainz-Maza y Fausto Tienza se antoja ya indestructible. Bueno, hoy una cartulina amarilla al extremeño -apercibido, como Pol Moreno y Arturo Molina- puede separar a los mediocentros, pero ya si eso para otro día.

Justo por delante de ellos, Pablo Torre. Sin discusión. Las únicas dudas se hallan en los extremos. Tres futbolistas para dos puestos. Soko por la derecha; Marco Camus, por la izquierda y el comodín Arturo Molina para cualquiera de los dos lados. Podría entrar también en la quiniela Álvaro Bustos, pero ahora mismo el asturiano parece un poco por detrás en las plegarias.

A quien no va a mover de su puesto ni la Guardia Civil es a Cedric. Si le piden el DNI, ahí pone cinco goles en dos partidos. Continúe. El nigeriano ha tardado en llegar, pero lo ha hecho justo a tiempo para abrir el camino del ascenso a su equipo. Arado verdiblanco. Y, como dice Guillermo Fernández Romo, sólo verle ahí ya debe imponer miedo a los defensas. Además, el escaso debate que pudiese haber se cae con la baja por lesión de Manu Justo, la única que tiene el míster para la cita de hoy en Calahorra.

El Racing tiene una cuenta pendiente esta tarde. Así como en los Campos de Sport su nivel tiende a ser alto -más allá de que ante el Zamora no destacase por su brillo-, lejos de casa -como es lógico, por otra parte- aún le falta un poquito para alcanzar la excelencia. Quitarse el mal sabor de boca de Talavera. La primera parte de Riazor o la actuación en Salamanca como referencias.

Como teoría está bien, pero ahí es donde entran el escenario y el rival. Un campo de La Planilla modesto, con sus peculiaridades, un poco fuera de lugar en la presunta profesionalidad de la Primera RFEF. Pero nadie le puede echar nada en cara en este aspecto a un Calahorra que se ha ganado su sitio en la tercera categoría del fútbol español por méritos propios. Incluso por delante del Racing la pasada temporada. Pero no sólo eso. Aquí seguirá, porque ya tiene en su mano la permanencia. Y sin responsabilidades tampoco hay techo. Nada que perder. Tiene el play off de ascenso a tiro y no va a renunciar a ello tan fácil. Además, con la dinámica de resultados que lleva, como dice Guillermo Fernández Romo de Cedric, el equipo riojano, por muy modesto club que sea, ahora también infunde respeto.