Que se dejen bigote

El final de 2024 fue un pequeño desastre que empañó una fantástica –que iba para histórica– primera parte de la competición. Aún así, la situación verdiblanca es privilegiada. La mala cara se tuerce en sonrisa en noventa minutos. Eso sí, la racha a abandonar es durilla. Seis partidos de Liga sin ganar. Desde el 16 de noviembre, ante el Burgos. ¿Dónde quedó?

Antes de la reanudación, el Racing recibió en Copa al Celta, de Primera División. Fue un partido raro. Con brotes verdes al principio, pero la expulsión de Mantilla en el 34 dejó la evaluación en nula, aunque José Alberto se ha empeñado y ha insistido en dar un caramelito a la actuación de sus futbolistas. En quedarse con lo bueno. Porque levantar el ánimo es lo primordial. A ninguno de ellos se le ha olvidado jugar al fútbol. Y es verdad que el conjunto cántabro mejoró y recuperó parte de su versión perdida en ciertas cosas, como el vértigo ofensivo o la intensidad en la presión. Pero volvió a dar muestras de flaqueza en defensa. Aún así, en los entrenamientos de esta semana ha habido caña y, cuando el relajo lo ha permitido, también bromas.

Claro, el rival tiene poco que ver. El Albacete no es el Celta, pero es que hasta hace unas semanas al Racing le daba igual jugar contra el Brasil de Garrincha o ante el de 'Días de fútbol'. No ganaba a nadie. Al menos en Liga. El caso es que el cuadro manchego tampoco está para tirar cohetes. Es decimoquinto, con cuatro partidos sin ganar –tres empates y una derrota– y esos mismos sin ver portería.

Mikel Martija debió pensar que si los jugadores verdiblancos no se dejaban bigote, habría que traer los mostachos de fuera. El nuevo fichaje verdiblanco llegó el jueves a Cantabria y ayer ya se subió en el autobús de la expedición. Valladolid, Santander, entrenamiento, Bilbao, Valencia, Albacete en poco más de 24 horas. Si no es titular será por decoro con los que ya estaban, pero que va a tener minutos es seguro. Manu Hernando llegó la campaña pasada y, casi sin cambiarse de camiseta, salió de inicio ante su exequipo. De todo hay.

Por lo demás, tiene pinta de que José Alberto volverá, más o menos, a su idea más habitual, aunque hay dudas en la posible alineación. Michelin en el lateral derecho y el regreso de Montero al centro de la zaga son fijos. Falta por saber los otros dos puestos de la retaguardia. Manu Hernando apunta un poco por delante de Javi Castro. YSaúl García quizá repita en el flanco zurdo.

Vencedor y Aldasoro se han hecho fuertes en el doble pivote aunque la llegada de Meseguer puede romper la pareja de hecho. Quizá más adelante. Y luego, Andrés Martín e Íñigo Vicente se antojan fijos en la línea de tres cuartos y el otro bigote, el de Pablo Rodríguez, es el mejor posicionado para el tercer puesto –ya sea el extremo izquierdo o la mediapunta–. El míster tendrá que elegir arriba entre Karrikaburu y Arana. El canario viene renqueante por un golpe en la rodilla izquierda y tampoco anda fino. El navarro tampoco marca gran diferencia.

Si al Racing le da por ganar en Albacete, las cosas volverán a verse con una mayor claridad. Esta semana en el vestuario nadie parecía plantearse otro escenario que no sea el de dar carpetazo definitivo a la crisis. Sensaciones. Si pierde... Venga, no pensemos en ello. Como suelen decir los entrenadores modernos, por estadística ya toca vencer.

Luego están los tópicos habituales en los cambios de año. Que si adelgazar. Que si aprender inglés. Que si ser mejor persona. Que si dejar de fumar... En el caso del Racing, que si volver a ganar. Yen caso de que quieran darle una vuelta a su estilismo, pues siempre tienen la opción de dejarse bigote y no afeitárselo hasta que pierdan o, mejor aún, hasta conseguir el ascenso. Hace 52 años, en Albacete, a unos señores como ellos la ocurrencia les dio suerte. Pablo Rodríguez, Unai Vencedor y Meseguer ya han empezado. El resto, de momento, se lo puede pintar, como Chinchón.