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Desde que se reunieron hace tres semanas la relación entre Alfredo Pérez y Quique Setién es «cordial». Hasta el extremo de que el exentrenador del Barça, que tiene ofertas de China y está en el punto de mira de un club de la élite ... europea, se plantea rechazar estas propuestas y seguir en Santander ante la posibilidad de un desembarco en el Racing.
El grupo de empresarios al que representa el cántabro ya le ha transmitido que está dispuesto a negociar la compra del club una vez conocido el precio que ha puesto Pitma y las pretensiones definitivas del conglomerado cántabro. Claro que debería abordarlo más allá del coste de la operación -influyen otros factores como que se queden o no porcentajes del accionariado, plazos de pago, auditorías, etcétera-, pero no es este ya el único escenario posible. Setién valora seriamente la posibilidad de desembarcar en el club siempre y cuando se den algunas circunstancias concretas, como sería con el grupo al que representa, o con cualquier otro que asuma dichas circunstancias. Es decir, que su llegada no tiene por qué significar necesariamente la salida del Grupo Pitma. Lo que sí tiene claro el cántabro es que el dinero no sería un problema en la operación. Su caché real es inasumible para el Racing, pero si entra con su grupo de empresarios, ya está todo organizado. Y si lo hiciera con otro propietario nunca pediría que se le pagara, ni lejanamente, a precio de mercado.
«Yo ya le he dicho a Alfredo Pérez que siempre estaré dispuesto a ayudar al Racing», decía ayer el técnico. «Quique Setién y yo estuvimos hablando durante dos horas y claro que hablamos de muchísimas cosas, pero sin concretar nada definitivo», acota Pérez.
VENTA
En cuanto a la venta, y como confirma Setién, el grupo de empresarios con los que trabaja están dispuestos a negociar una vez ya han conocido las cantidades que manejan y las pretensiones del Grupo Pitma, que no les han parecido inasumibles. Ahora son Pérez y Pedro Ortiz quienes deben decidir si venden o no.
«No tenemos una oferta de ese grupo», explica el presidente del Racing. Y es que para que exista esta propuesta formal en negro sobre blanco el Grupo Pitma debe ratificar que está dispuesto a vender el club -el precio ya lo puso y los compradores siguen receptivos-, después de una auditoría que más allá de la que se presenta anualmente en la Junta General de Accionistas ofrezca una fotografía de la situación económica de la sociedad. Y siempre, claro, que Setién forme parte del proyecto.
SINTONÍA
El técnico santanderino valora en estos días si opta por ocupar un banquillo o apuesta por el complicado reto que significaría regresar al Racing. Siempre, claro, que Pérez y Ortiz vendan el club, decidan presentarle una propuesta ellos mismos o lleguen a cualquier otro entendimiento. «Los empresarios con los que trabajo ven bien que entrara antes en el club con ellos o sin ellos; eso no significaría que dejara de interesarles, pero sí me han dicho que solo entrarían en ese proyecto si es conmigo», explica el cántabro.
El primer contacto directo y formal entre Setién y Pérez tuvo lugar poco antes del ascenso del Racing a Segunda División. Posteriormente hubo otro, pero sin que se llegara a concretar una oferta firme. De nuevo, ni el Grupo Pitma ni los potenciales inversores dieron pie a que hicieran una oferta formal.
Pero durante este mes de enero las circunstancias que atraviesa el Racing, además de una relación cordial que se ha establecido entre el presidente y el Flaco ha propiciado un mayor acercamiento. Lo que sí transmitió el Grupo Pitma en su momento es que el Racing tiene un precio: la deuda que el club tiene con su matriz como consecuencia de la línea de crédito abierta, el capital social y las otras deudas vinculadas. La línea de crédito ronda entre los 15 y los 20 millones de euros a los que podía haber llegado -incluso superado- si el Racing no hubiera conseguido aplazar su último pago concursal.
DIFICULTADES
La llegada de un nuevo grupo inversor supondría una inyección de capital muy necesaria para reforzar el equipo sin forzar aún más el músculo financiero del Grupo Pitma, que, como cualquier otra empresa o conglomerado, sufre las consecuencias de la crisis económica derivada de la pandemia de covid. Es decir, el Grupo Pitma solo se muestra dispuesto a vender si el comprador asumiera la deuda del club y compra además sus acciones al precio que indica el capital social. Esta es al menos la postura oficial que traslada Alfredo Pérez cuando se le cuestiona por el asunto. Y siempre con la coletilla, en esa hipotética venta, de dar paso «a una gente que pueda hacer una gestión deportiva mejor que la nuestra». También se les propuso una entrada como socios, con una participación, pero al menos hasta ahora Pérez y Ortiz lo han tenido claro: o controlan la sociedad o salen completamente del accionarioado; no quieren ni ser socios minoritarios ni tener que pactar cada decisión estratégica con otros compañeros de viaje.
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