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Íñigo Vicente controla el balón ante la oposición de Carbó.

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Íñigo Vicente controla el balón ante la oposición de Carbó. LOF
Racing

La paparda muere en la orilla

De forma inmerecida, pero muy valiosa, el Racing empata en casa del colista en el minuto 97 y suma en la lucha por la permanencia

Sergio Herrero

Santander

Domingo, 19 de marzo 2023

Son los chavales los que le dan vidilla al lenguaje. De vez en cuando, se inventan alguna palabra que a los de más de treinta les suena a dialecto perdido de una isla de Oceanía. Ahora, al destacar, al conseguir el éxito, al ser bueno en algo le dicen 'padrear'. La definición es difusa. Como el partido de ayer del Racing en Lugo, ante el colista. Probablemente, el peor de la era José Alberto. El Anxo Carro está lejos del mar, pero olía a paparda desde allí. Alcrique, le llaman en Galicia. Los verdiblancos iban a perder. Se lo habían ganado. Regalos y dádivas en defensa e inutilidad manifiesta en ataque. Dice y repite el míster asturiano que los últimos minutos son siempre los más importantes. El 97, por ejemplo. Y ahí, Germán Sánchez, en el decimotercer córner cántabro a favor y con Parera de atacante de urgencia aniquiló al bicho de repente. En la orilla. Un punto, inmerecido, pero importantísimo. Para sumar en la lucha por la permanencia, para que no se acerquen tanto los del vagón de cola y, en lo anímico, para no marcharse con la preocupación en la maleta. Eso sí, lo de 'padrear' y sacar pecho por la salvación tendrá que esperar.

A las 17.28 horas, saltó la sorpresa en el Anxo Carro. Sin obligación de por medio, José Alberto hizo dos cambios en su once habitual. En el doble pivote, al ya insustituible Aldasoro le colocó a su lado a Juergen Elitim, en detrimento del renqueante Íñigo Sainz-Maza. Ypor delante, dejó a Pombo en el banquillo, trasladó a Íñigo Vicente a la mediapunta y le dio la banda izquierda a Marco Sangalli. Probablemente, en busca de más trabajo en el flanco zurdo ante los carrileros largos del rival. No estuvo muy afortunado el extremo vasco.

Lugo

Whalley, Clavería (Señé, min. 65), Sebas Moyano (El Hacen, min. 65), Loureiro, Andoni López, Avilés (Cuéllar, min. 78), Pirri (Castrín, min. 78), Alberto, Carbó, Calavera y Gui Guedes (Ángel Baena, min. 87).

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Racing

Parera, Dani Fernández (Unai Medina, min. 60), Saúl García, Germán Sánchez, Rubén Alves, Juergen Elitim (Pombo, min. 60), Aldasoro (Cedric, min. 87), Mboula, Íñigo Vicente, Marco Sangalli (Yeray, min. 73) y Baturina (Sekou Gassama, min. 60).

  • Equipo arbitral: Fuentes Molina, del Comité Valenciano. Asistido en las bandas por Garrido Concha (Castilla y León) y Perea Romero (Valencia). Cuarto: Fernández Buergo (Asturias), VAR:Vicando Garrido y AVAR: Galech Apezteguía (Navarra).

  • Goles: 1-0, min. 14: Avilés.1-1, min. 97: Germán Sánchez.

  • Amonestaciones: Amarilla a los locales Alberto y Cuéllar y a los visitantes Rubén Alves, Saul García, Juergen Elitim y Dani Fernández. Expulsó con roja directa a un técnico del Lugo, finalizado el partido.

  • Incidencias: Anxo Carro. Césped en buen estado en una tarde fresca. Se guardó un minuto de silencio en memoria del exjugador del Lugo, Dosi. 4.591 espectadores.

El guion debía ser similar al del partido del Málaga. Jugar con la ansiedad del rival, aunque la presión era distinta. Los verdiblancos no iban a encontrar un ambiente tan hostil como en La Rosaleda, pero sí tenían las apreturas de los resultados de los enemigos perseguidores. Especialmente, el triunfo de la Ponferradina frente al Alavés que deja a los bercianos a cinco puntos de los racinguistas. Mboula lo intentó con un tiro desde la frontal que atrapó Whalley tras tocar en una pierna perdida.

El Racing estaba más cómodo que un desesperado Lugo. Pero a veces ese confort se traduce en errores no forzados. Lo decía el míster en la rueda de prensa del viernes: «Tenemos que ir con las orejas hacia arriba». Pues no mucho. Una horrible entrega de Aldasoro le dio la oportunidad de tiro al Lugo y Avilés la mandó demasiado alta. Desaprovechada. No la siguiente. El de Rubén Alves sí que fue un buen y generoso regalo del Día del Padre. El central racinguista quiso ceder a Parera y lo que le dejó fue una gran asistencia al propio Avilés. El atacante del Lugo, pese al intento de rectificación del zaguero, hizo el 1-0. Oxígeno para el moribundo.

Porque era hora de apretar para los racinguistas, pero ahora los nervios se habían trasladado de campo. Los gallegos encontraron la confianza perdida. Dani Fernández tuvo que sacar un balón envenenado sobre la línea de gol en el segundo fuera de juego que se merendó el asistente de banquillos. José Alberto se quitó la americana. Andaba caliente la cosa.

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Mboula se había llevado la moto al Anxo Carro. El catalán, con una carrera potentísima, hizo bueno un pase bien intencionado pero regulero en la ejecución de Marco Sangalli. Le ganó la carrera a su par y, ya forzado, disparó fuerte, aunque centrado. Whalley evitó el tanto con apuros.

El resto de veces, el Racing se estrellaba en tres cuartos de campo. Yel Lugo, en ventaja, a lo suyo. Saúl García se comió un centro de Clavería al segundo palo y el remate de cabeza de Avilés, flojo, lo pudo atrapar con garantías Parera. En ese momento, el partido se paró por un problema de salud de un aficionado local en la grada. Afortunadamente, no pareció revestir gravedad y el afectado fue trasladado, por su propio pie, por los servicios médicos.

El Lugo dejaba a Germán Sánchez que avanzase con el balón. Que iniciase la jugada. En campo contrario. Algo buscaban. Ylo encontraron. El andaluz falló en la entrega y permitió la contra gallega. Gracias, que Sebas Moyano, en el dos contra uno frente a Rubén Alves, le dio un pase horrible a Avilés, solo al otro lado del área. Fue lo último, mala señal, antes del descanso.

Había que redimirse

La segunda mitad iba a poner a prueba la capacidad racinguista de reponerse, de redimirse, de remontar, en definitiva. Los saques de esquina eran, hasta última hora de la tarde, una cuenta pendiente para el equipo de José Alberto. Le cuesta un mundo sacar rédito. Aldasoro, solo en el segundo palo, no pudo rematar en condiciones un balón demasiado alto. Y Mboula disparó muy duro desde la frontal. Desviado.

Avilés parecía el Vinicius rubio de bote. A Rubén Alves, después de amargarle la tarde, todavía le arrancó una amarilla. En una falta en la que, tras tocar el balón en Baturina, estuvo cerca de colarse en la portería de Parera. Que sí, que el Racing dominaba, pero los gallegos, los casi desahuciados colistas, tenían las mejores ocasiones. El extremo madrileño tuvo otra. Sebas Moyano le hizo el lío a Dani Fernández, cedió atrás para Andoni López y el medio tiro medio pase del centrocampista le cayó a Avilés en el área pequeña. No pudo controlarla. La zaga verdiblanca ya andaba invocando al padre... Al Padre Nuestro.

José Alberto llamó a tres futbolistas de una tacada. Intento de revolución. Sekou Gassama, Pombo y Unai Medina. Los sustituidos, Baturina y los amonestados Juergen Elitim y Dani Fernández. No sirvió de mucho. El equipo cántabro, en su intento de darle la vuelta a la película, era inofensivo en ataque y un caos a la contra. Y para una vez que aciertan, Sekou Gassama cabeceó al fondo de las mallas un centro de Unai Medina, mas el colegiado anuló el tanto por una presunta falta del delantero sobre Pirri.

Íñigo Vicente probó con un tiro desde la frontal que no encontró portería y el técnico verdiblanco con la entrada de Yeray en lugar de un poco productivo Marco Sangalli. El cántabro se ubicó en la mediapunta e Íñigo Vicente se marchó al flanco izquierdo. Pombo lo intentó desde Ribadeo. Fácil para el portero.

El partido era ya un monólogo incapaz del Racing. El Lugo se afanaba únicamente en defender el valiosísimo resultado y los verdiblancos tartamudeaban en cada ataque. Al tran-tran. Pero las ganas de regalar de la zaga racinguista ayer fueron enormes. Germán Sánchez le entregó un balón fácil a Cuéllar, que cedió a la izquierda a Gui Guedes, quien en una buena posición no acertó a marcar. En el otro área, Yeray se sacó una volea lejana que Whalley se vio obligado a palmear por encima del travesaño.

Muy mal debió verlo José Alberto para tirar de Cedric en los últimos minutos. Retiró a Aldasoro y dejó el doble pivote a Pombo e Íñigo Vicente. 4-4-2. De momento, la primera consecuencia, causal o casual, fue un disparo raso de Señé que obligó a trabajar a Parera. Precisamente, un remate desviado con el hombro del hispano-nigeriano fue lo único que ocurrió en los diez minutos siguientes.

El tiempo estaba agotado. 97 pasados. Enésimo saque de esquina para el Racing. Sube hasta Parera. Y el Lugo sufrió el único despiste defensivo de todo el encuentro. El más importante, porque dejó solo en el área al futbolista verdiblanco con mayor potencial en el juego aéreo. Germán Sánchez no tuvo ni que saltar. Córner botado por Yeray, cabecita y 'pa' dentro. Inmerecido. Pero esto es lo que tiene llevar la fortuna pegada a la camiseta. Al sudor, que dice José Alberto. A los verdiblancos les supo a victoria. A los albivermellos, casi a descenso. Cruel. Como a los racinguistas les ha ocurrido tantas veces, les es más fácil empatizar. En otras épocas, era siempre al revés. Que sirva para acercar la permanencia y también como aviso a navegantes. Hay bancos de papardas, alcriques o como quieran llamarlas merodeando por la zona.

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