«Les esperamos la temporada que viene en Segunda»

Visto que este equipo no fue capaz de competir estando de resaca en tierras navarras ocho días antes, Guillermo Fernández Romo le dio al botón de rebobinar y devolvió a su vestuario a lo más parecido a la rutina. Por eso recuperó su once de cabecera, con una sola variación. Esta vez dejó en el banquillo a Pablo Bobadilla y colocó en el centro de la defensa a Álvaro Mantilla.

La idea era que, tras atravesar el pasillo efectuado por el Valladolid B, los verdiblancos no viajasen en el espacio tiempo para convertirse en un equipo de broma. Esta vez, no iba a suceder. En la primera acción, el Racing le metió el miedo en el cuerpo a su rival. Con Pablo Torre tendido sobre el césped por un golpe en la cara, un centro de Soko le creó grandes problemas a Aceves. Y con el canterano aún fuera del terreno de juego, donde era atendido, otro balón colgado por Unai Medina se lo quitó el meta a Satrústegui, que entraba como una avión en el segundo palo.

Para palo, el que le dió por detrás Mikel Carro de nuevo a Pablo Torre. Nueve personas habían venido este domingo a los Campos de Sport a grabar un reportaje sobre el de Soto de la Marina para la televisión de su futuro club. Ya saben que, además de bueno, es un encajador. Otro centro desde la derecha, esta vez de Soko, lo cabeceó Cedric, pero no pudo dirigirlo hacia la portería.

El Valladolid B empezó a sacar la cabezuca de la cueva pese a que Soko encontró espacio para correr por la banda derecha. Kike Ríos parecía un alevín corriendo al lado... y luego detrás... y después lejos del camerunés. El centro del africano no tuvo mayores consecuencias, pero a los pucelanos, jugándose la vida, les sirvió para no marcharse arriba con mucha alegría. Hasta que una falta lanzada por Nieto desde la frontal se marchó cerquita de la escuadra izquierda de la meta de Parera. El balón se llevó por delante un asiento de Preferencia Sur. Claro, por eso unos cientos de aficionados portaban un chaleco amarillo, porque el estadio necesita una reforma más grande que la espalda de Julio Baptista. No es que les hubiese dejado el coche tirado a todos el mismo día.

Íñigo hizo la peregrinación al revés. Robó el balón en su campo, casi en Ampuero, no muy lejos de La Bien Aparecida y se marchó galopando hacia la portería contraria. Antes de llegar, le cedió la responsabilidad a Soko en la derecha. Yel camerunés le devolvió al capitán un caramelo que no pudo saborear. La pelota se echó encima del cántabro, que no pudo rematar con fuerza. Así que su cabezazo lo atrapó fácil Aceves. Para eso están los porteros, diría alguno. Y por eso es tan bueno Parera. Porque la primera vez que le llegaron, el balear le sacó un mano a mano inmejorable a Benito.

El combate estaba igualado a los puntos hasta que el Valladolid B, con bastante facilidad, llevó el balón hasta el área con un centro de Paulo Vitor desde la izquierda y Benito, de cabeza, mandó el esférico a la cepa del poste. Un toque de atención justo antes de marcharse al vestuario.

A la vuelta de la publicidad, Romo retiró a Arturo Molina del terreno de juego para dar entrada a Marco Camus. Pero hubo algo que no cambió durante el intermedio. Centro número ene de Soko desde la banda diestra y, una vez más, desaprovechado.

Pablo Torre degustaba sus últimos minutos como racinguista. Lanzó un córner en busca de un gol olímpico. No le salió bien, pero sonrió, pícaro, mientras la grada le pedía, por si colaba, que se quedase. Luego le quitaron el balón por tratar de regatear a media Primera RFEF. Ydespués entró a rematar un centro de Marco Camus al que no llegó. Buscaba una despedida para no olvidar. Sin embargo, salvo las travesuras del chaval, el partido era cada vez más aburrido. Con un Valladolid B incapaz y un Racing poco interesado. Han inventado una modalidad llamada 'walking football' –fútbol andando–, que permite a personas mayores seguir disfrutando de su deporte favorito. Pues en eso se convirtió el encuentro. El caso es que el Racing no se jugaba nada, pero su rival estaba a un paso de descender. Otro centro de Soko, encontró conexión ahora sí, con el propio Pablo Torre, pero el disparo del mediapunta, centrado, lo atrapó el arquero visitante.

En el minuto 68, los Campos de Sport tragaron saliva. Guillermo Fernández Romo llamó a Borja Domínguez. Se barruntaba el momento más emocionante de la tarde. En el 71, Pablo Torre se despedía de los Campos de Sport. ¿Para siempre? ¿Quién sabe? El chaval se llevó una gran ovación, que podrá meter en la maleta que lleve a Barcelona como recuerdo para cuando eche de menos su casa.

De vuelta al terreno de juego, precisamente fue su sustituto, Borja Domínguez, habilitó con un gran pase con el exterior a Manu Justo, pero el tiro del delantero se marchó demasiado cruzado. Mientras tanto, el míster ya preparaba el último cambio, con Álvaro Bustos en la banda. Un centro del asturiano desde la izquierda no llegó a rematarlo Manu Justo en boca de gol. Poco después, Satrústegui remató de volea, con poco ángulo, muy fuerte y desviado.

Pasaron los minutos hasta un final que atufaba a empate. Sin embargo, en el añadido el Valladolid B prácticamente bajó los brazos y a un Racing que le hace falta muy poco le bastó para dejar los tres puntos en Santander. Tras un córner, Marco Camus se quedó solo en el área. Controló mal de primeras, pero en la segunda tentativa encontró un hueco idóneo para hacer el triunfo de la victoria justo antes del final. El speaker, José Barba, resumió la tarde a la perfección:«Les esperamos la temporada que viene en Segunda División».