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El rojo siempre es un color que no pasa desapercibido. Roja es la zona de la reserva del depósito del coche; rojo se pone le mercurio del termómetro cuando tenemos fiebre; roja es la sangre; rojo es el color de los mofletes de un niño ... al que han cazado en plena travesura y rojo es el farolillo rojo que alumbra desde la última fila. Detrás de todos. Rojo... De peligro. Ser el último es algo malo hasta para salir huyendo. Por eso hoy el Racing y el Málaga (El Sardinero, 16.15 horas) no quieren quedarse con el farolillo rojo, ese que alumbra sin alumbrar. Miedo. El que pierda se lo quedará una semana más.
Si el Racing ha empezado la Liga peor de lo previsto, qué decir del Málaga, que en verano preparó un equipo para ascender y a los dos meses pelea por no ser el último. Por el momento han hecho lo mismo -un triunfo y un empate-, si acaso el Málaga lleva más goles anotados (3 contra 6) y encajados (8 frente a 13). Bien es cierto que ambos han mejorado y se enfrentan después de demostrar que no son tan malos; los andaluces no se conformaron con el empate ante el Villarreal B y el Racing le tuteó al Eibar después de hacerlo a la UD Las Palmas y ganar en Gijón. En esa fase de recuperación se ven las caras en El Sardinero, sabiendo que quedarse colista después de casi un cuarto de competición disputado no es sólo una anécdota. No lo es.
En el Racing están contentos porque recuperan para la causa al futbolista diferencial en el que están puestas fundadas esperanzas: Jorge Pombo. El maño regresa a la mediapunta, tras su castigo en Ipurúa, y con él se activa la libreta de Romo en modo vertical. Su calidad entre líneas es la que convierte al equipo en atrevido y diferente. Junto a él también jugará Íñigo Vicente, por la izquierda, y de la conexión de ambos llegará el quebradero de cabeza del Málaga y el disfrute e ilusión de los racinguistas. Desde fuera parece que Romo no ha tenido dudas en su alineación, salvo en la banda derecha, donde los problemas físicos le han impedido tomar decisiones hasta hoy. Se han llevado con profunda confidencialidad las molestias de Álvaro Mantilla, el único lateral derecho disponible y que hasta ayer no ha saltado al terreno de juego. Sus isquiotibiales le tienen tocado al canterano y a Romo, que sabe que tapar a Gallar en esa banda es prioritario. Si Mantilla está mínimamente bien, jugará, y si no, Aldasoro es la urgencia que prepara para atar en corto al extremo del Málaga, rápido y habilidoso. Esta incógnita la mantendrá hasta que el equipo salte a El Sardinero. La otra que tampoco ha desvelado es quién jugará por delante en el mismo flanco: Mboula, Marco Camus o Arturo. El primero lleva cuatro partidos seguidos sin dar una nota, para el segundo no es su banda predilecta y el tercero es uno de los jugadores con quien mejor se lleva la libreta del míster. Hagan juego, señores.
El resto del equipo no ofrece dudas y más después de demostrar en las últimas jornadas que funciona. Así las cosas, Eneko Satrústegui, Pol Moreno y Rubén Alves acompañarán a Mantilla o Aldasoro como parapeto de Miquel Parera en la portería. En la línea de creación repetirán Juergen e Íñigo Sainz-Maza. Hay quien dice que el pasado del capitán como lateral derecho -jugó con el '2' en las categorías inferiores- le podría llevar al carril diestro, pero activar esta variable sería lo que vulgarmente se conoce como: 'Desvestir un Santo para vestir otro'. No encaja en la pragmática de Romo. Pombo, Vicente y Gassama, en la punta, no ofrecen dudas. Bien es cierto que el gran damnificado de este cambio de cromos es Matheus Aiás, que nunca lo hace mal y siempre le toca esperar.
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Y en frente un Málaga desconocido en lo deportivo, al que se le cae la calidad por el camino y que le ha dado demasiada ventaja a sus rivales. Llega a Santander con prisa. Demasiada. Con el recién estrenado Pepe Mel en el banquillo, un técnico veterano y atrevido a quien no le ha dado tiempo a mucho, pero que sabe lo que tiene. Y tiene un equipo con Rubén Castro, a quien el Racing tanteó y recibió un no rotundo por respuesta, o a Fran Villalba, otro futbolista con mucho fútbol en los pies y que también fue ofrecido al Racing en verano. Los dos prohibitivos para la economía cántabra.
Con ellos, el Málaga tiene un potencial enorme para la categoría. Un factor diferencial, al que se añade Gallar, otro puñal en la banda izquierda al alcance de pocos en Segunda. Sea como fuere, lo cierto es que el duelo por todo lo bajo hoy es de los que pueden marcar el estado de ánimo. El que gane saldrá más reforzado que lo que suponen tres puntos.
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