![El gol al Levante](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/03/24/82050926-kW9G--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Volar es el sueño atávico de la humanidad. Observar el vuelo de los pájaros provoca sensaciones dispares: frustración, envidia, determinación y también temor a las alturas. Recuerdo haber visto las imágenes de un loco que en 1912 saltó desde la Torre Eiffel en París con ... la intención de demostrar que podía superar la fuerza de la gravedad con un simple traje con alas. Pero su previsión aerodinámica fue un desastre y murió en la caída. Así que, cuando Quique Setién decidió emprender aquel vuelo imposible en los Campos de Sport, lanzándose en plancha en busca del balón, sentí el riesgo de quien se lanza al vacío con la esperanza de tener éxito.
El Racing, con esa crisis económica que parece haberse instalado en el club como parte de su propia naturaleza, jugaba en la temporada 1980-81 en Segunda División con aspiraciones confusas, ya que en la anterior temporada había coqueteado con el descenso. Y ya se sabe que, en momentos de crisis, se tira de la cantera. Así que pocas veces el Racing dispuso de una plantilla tan cántabra dirigida por Manuel Fernández Mora. Nada menos que 19 jugadores nacidos en la entonces provincia de Santander que estaba a punto de convertirse en comunidad autónoma. Los 19 futbolistas cántabros eran Alba, Moncaleán, Villita, Sañudo, Ruisánchez, Preciado, Piru, Juan Carlos García, Mantilla, Chiri, Díaz, López, Herrero, Víctor, Javi I, Javi II, Toño, Mazón y Quique Setién. Estos futbolistas cántabros estuvieron enriquecidos con el juego de Alarcón, Verón y Amarilla, y a pesar de un pésimo comienzo donde no se lograba ganar ninguno de los seis primeros encuentros, las cosas cambiaron a partir del séptimo. De un fútbol soso, aburrido y sin remate, se pasó a otro ambicioso, dinámico y muy provechoso a la hora de llegar a la portería contraria. Este cambio tuvo lugar precisamente en Elche, con un Racing desconocido que devoró al equipo local con un excelente juego. Se hablaba en la prensa de «explosión racinguista». Los cuatro tantos que se marcaron aquella tarde del 19 de octubre de 1980, darían origen a una racha de cuatro victorias consecutivas donde se marcaron once goles, sin que el guardameta racinguista, Agapito Moncaleán, recibiera ninguno. A partir de ese momento, el Racing se convirtió en uno de los candidatos al ascenso con una seriedad defensiva muy trabajada.
Cuando llegó el último partido de Liga la igualdad de los equipos era inaudita. Había tres plazas para el ascenso y siete clubes con posibilidades, entre ellos el Racing. En la última jornada era necesaria la victoria ante el Levante para conseguir el ascenso. Aquel año los valencianos habían dado la gran campanada futbolística al fichar para los últimos partidos a Johan Cruyff. La plantilla racinguista se sintió aliviada cuando se enteró de que el gran jugador holandés no se iba a desplazar a Santander, ya que el Levante, que había sido uno de los favoritos, no tenía opciones para ascender. Aquel encuentro se jugó el 24 de mayo de 1981. El Racing alineó a Alba, Villita, Sañudo, Javi, Preciado, Herrero, Quique, Piru, Verón, Amarilla y Alarcón. En el minuto 37 se produjo la jugada clave. Piru peleaba una pelota con Herencia cerca del córner derecho del ataque cántabro. Fue fuera de banda a favor del Racing. El mismo Piru sacó hacia Herrero y éste envió un centro a media altura que los defensas levantinos dejaron pasar con cierta pasividad.
Fue cuando Quique Setién saltó desde la Torre Eiffel. Su vuelo se dirigió paralelo al suelo para atrapar un nuevo ascenso del Racing a Primera División. Fue un remate arriesgado, ya que el defensa Ferreira estuvo a punto de patearle la cabeza. Pero el vuelo tuvo éxito. El cabezazo conectó con el cuero y batió al meta Berrie. La celebración del gol se convirtió en un jubiloso acontecimiento que se multiplicó cuando se pitó el final. El Sardinero estalló y el público saltó al césped. Todo era confusión, gritos de ánimo, y exclamaciones victoriosas. Las pancartas competían con las banderas para hacerse notar, y entre estas últimas ondeaban las de Cantabria y las verdiblancas del club.
La temporada 1980-81 en Segunda División fue la más disputada y emocionante de las que se han celebrado. Nada menos que cinco equipos empataron a 45 puntos en la primera posición: Castellón, Cádiz y Racing, que consiguieron el ascenso, más el Elche y Rayo Vallecano. Además, con opciones en los últimos partidos quedaron el CD Málaga y el Sabadell, con 42 puntos.
Aquella tarde, con su gol al Levante, Quique voló para rematar de cabeza, pero el milagro que consiguió fue el de hacer volar con aquel gol inolvidable, las ilusiones de miles de cántabros.
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