Los guerreros cántabros

Llegan henchidos los verdiblancos por su gran arranque de curso y ese tope salarial que les coloca como uno de los equipos con mejor salud de Segunda (aunque todo el club se afana en rebajar las expectativas y recela e incluso teme a la euforia) y en alza un Sporting que arrancó titubeante pero acaba de ganar el derbi. Un contexto en el que los verdiblancos parecen favoritos, pero en realidad no lo son tanto. No por deméritos propios, sino por el potencial del adversario, que no es poco. En ese mismo contexto hay anotar el césped, que se estrenará esta tarde y estará previsiblemente algo blando tras su sustitución contra reloj. Si no se levanta –el club no lo cree o al menos espera que no– se habrá puesto fin a la crisis que ha afectado a un club que tras más de una década de sufrimiento vive casi siempre con el viento a favor, pero que todavía colecciona algún disgusto.

Con un tiránico arranque liguero que ha enfrentado ya a los cántabros a tres candidatos al ascenso en cuatro jornadas y le trae esta tarde la visita del quinto, el buen saldo de puntos y, sobre todo, el juego desplegado invita a un optimismo sin autocomplacencia ante un rival que sabe ver portería. Y ese sigue siendo el talón de Aquiles verdiblanco. Sumar ocho puntos en cuatro partidos encajando cinco goles –Ezkieta solo vio su portería en blanco frente al Tenerife– tiene mucho mérito, y todo apunta a un duelo de pegada, aunque el fútbol tiene la costumbre de romper con frecuencia los pronósticos.

JAL tiene dos opciones. Una, la continuidad; la que se sospecha.Tocar solo lo imprescindible en una alineación que repitió tenaz –y con bastante buen resultado– en los tres primeros partidos y en la que solo cambió un futbolista en la cuarta jornada; ese relevo de Karrikaburu por Arana para que el canario saliera en el segundo tiempo para revolucionar o desatascar, como se prefiera, el partido. Otra, impulsar uno de esos giros de guion de los que echa mano de vez en cuando. No lo ha insinuado, pero de tenerlo pensado, tampoco lo haría. Aun así, todo apunta a que seguirá el rumbo marcado.

Un cambio está claro en el once verdiblanco: Mario por Saúl. Canerano (veterano) por canterano (en progresión) después de que el de Vioño fuera expulsado ante el Tenerife. Por lo demás, la duda de si JAL devolverá la titularidad a Arana, que dio el susto el martes, cuando tuvo que abandonar la sesión con molestias en la rodillo, pero entrenó después con completa normalidad, tras su gol de la victoria –el único– en Santa Cruz. La otra opción es mantener a Karrikaburu como 'nueve'. Claro que siempre tiene la alternativa de jugar un 4-4-2 o incluso sentar a Pablo Rodríguez.

Una buena noticia es el regreso de Ekain y Jeremy, que una vez superados de sus respectivas lesiones han entrado en la convocatoria para dar más pólvora y, sobre todo, muchas más alternativas a un ataque racinguista en el que los citados Arana y Karrika compiten por la titularidad con ventaja, al menos por el momento, para el canario. Quien deberá seguir esperando es Mantilla, ya único lesionado en el primer equipo y junto a Saúl la otra baja para el partido de esta tarde.

Como decorado, aunque ya resulte casi tópico, el buen ambiente entre ambos equipos, tanto institucional como, sobre todo, social. De ahí la jornada de convivencia que han impulsado las directivas. Y, por supuesto, de forma tan redundante como afectiva, la figura de Manolo Preciado, el entrenador que obró el milagro –junto a los favores mutuos que ambos equipos se hicieron en la primera década del siglo– de que los Campos de Sport cambiaran el 'Oviedo capital, Gijón sucursal' (también había frases a la inversa) por el 'Amigos para siempre'. Una filosofía que prevalece aunque haya quienes –pocos– pretendan socavarla.

El Sporting llega feliz tras ganar el derbi al Oviedo y Albés ha hecho en Gijón exactamente lo mismo que José Alberto en La Albericia: repetir alineación en tres jornadas y hacer un solo cambio en la cuarta, de modo que no se esperan grandes sorpresas más allá de la obligada por lesión en la defensa.

Los asturianos partieron ayer a las seis y media de la tarde hacia Santander para hacer noche en el Santemar con Jordy Caicedo entre los convocados después de tres jornadas de entrenamiento en las que ha demostrado su recuperación, aunque no apunta a titular. La mayor duda que ha sembrado Albés es quién acompañará a Curbelo como central para suplir la lesión de Diego Sánchez. Los candidatos son Nikola Maras y un Róber Pier también en plena recuperación, con lo que el serbio, que incorporado casi sobre el cierre de mercado aún no ha debutado, parece partir en ventaja.

Un partido que, en resumen, promete celebración, fiesta y espectáculo. Para que sea completa el Racing necesita quedarse tres puntos que, de conseguirlos y darse otros resultados, pueden colocarle incluso como líder.

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