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El miércoles salió del campo en volandas. Sostenido por dos técnicos de los servicios médicos del Racing para poder caminar. No quiso utilizar la camilla y tampoco que se le notase demasiado el rictus de dolor, pero le traicionó un gesto para evitar que asomase el llanto. En medio de una ovación cálida y espectacular que estremeció a El Sardinero, el capitán abandonó el campo intuyendo ya que iba a tardar mucho tiempo en pisarlo de nuevo. A Íñigo Sainz-Maza no le queda más remedio que decir adiós a la temporada. El miércoles, en el partido ante el Córdoba, Theo Zidane lo cazó en la medular y lo derribó. El chasquido delató que la cosa era seria. Aldasoro se echaba las manos a la cabeza y el propio Íñigo pidió rápidamente el cambio desde el suelo. Se hizo el silencio en un Sardinero que minutos antes rugía ensordecedor.
El resultado, rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y lesiones asociadas. Operación, que se llevará a cabo en los próximos días, según ha anunciado el club, y entre siete u ocho meses de baja como mínimo. Toda una temporada en el banquillo trabajando para volver. Y esa seguramente es una de las cosas que más le duela al de Ampuero, mucho más que la lesión. El perderse una campaña que podría ser la definitiva, la que materialice un anhelo por el que los racinguistas llevan suspirando más de doce años, el regreso a Primera, aunque el miércoles fue el propio José Alberto quien quiso poner los pies en la tierra y lanzó un mensaje en rueda de prensa que quedará para la posteridad. «Nos estamos acostumbrando a ganar, pero no os flipéis», dijo el asturiano.
Las lesión es complicada, pero a pesar de mantener al de Ampuero alejado de los terrenos de juego, no le impedirá seguir entregado al equipo. El canterano «continuará con el desempeño de un papel relevante como líder del vestuario del Racing», como explica el propio club en su comunicado.
Ser capitán de su equipo de fútbol es el sueño de todo niño. El camino para lograr ese brazalete pasa inevitablemente por el esfuerzo, la ilusión, el tesón y la constancia. Y esa es precisamente la senda que ha transitado con paso firme Íñigo Sainz-Maza . El canterano encarna a la perfección al chico de la casa, eficaz, que siempre se entrega en el campo. Con la mili hecha en el propio club. No ha conocido otra cosa que el Racing desde que llegó con 11 años a las secciones inferiores. Otros se han ido por el desagüe, pero él ha resistido. Y lo seguirá haciendo.
Desde que se conoció el alcance de la lesión la muestras de cariño del racinguismo no han parado en redes sociales, empezando por las de sus propios compañeros, excompañeros y también aficioados. «Todo el cariño del mundo para nuestro Gran Capitán. Íñigo, muchísimo ánimo», escribía José Alberto en X, antes conocida como Twitter. También Jokin Ezkieta se apresuró a dejar un mensaje de para el '8' en cuanto se hizo pública la noticia. «¡Lo haremos por ti, Toro! Te queremos», decía el portero navarro. No fueron los únicos, Marco Sangalli, Aldasoro y el exracinguista Cedric Omoigui no dudaron transmitir su apoyo y cariño a Íñigo. «¡Volveremos a celebrar juntos capitano!», decía el lateral derecho. Y su compañero en el pivote, que ahora llevará el emblema de capitán casi invariablemente, tecleó en Instragram: «Ejemplo de capitán. Volverás más fuerte amigo, estamos contigo». Cedric, que formó parte de la plantilla que logró el ascenso a Segunda División con Guillermo Fernández Romo en la temporada 2021-2022, decía: «¡A por ello amigo! ¡Muchísimo ánimo! Merecerá la pena cada día de la recuperación. Te esperamos, capi».
El nigeriano, que guarda un cariño especial por el Racing, sabe muy bien la importancia que tuvo Íñigo Sainz-Maza en el ascenso de hace tres temporadas. Y también el escenario del partido que lo cambió todo. Es, justamente, el mismo al que volverá el Racing este domingo, Riazor. Allí le espera el Depor, (16.15 horas), con quien no se ve las caras desde entonces.
Íñigo Sainz-Maza no podrá volver al estadio gallego, pero lo que el capitán hizo allí el 16 de febrero de 2022 está grabado en la memoria racinguista. El archivo verdiblanco no falla y más de uno sonreirá al acordarse de todo el follón que se armó a cuenta del covid, un partido aplazado y una victoria balsámica. Un resultado que dio un impulso tan potente a los verdiblancos como para catapultarlos hasta Segunda División y además hacerles campeones del Grupo 1 de Primera RFEF.
Con los coletazos de la pandemia mundial que mantuvo casi dos años atenazado al mundo, el virus seguía infiltrándose en las casas, las oficinas y también en la esfera deportiva. En este caso en concreto, en el vestuario de un equipo de fútbol, el Racing.
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El caso es que el covid se coló en La Albericia y con varios contagiados en la plantilla de Romo, el club cántabro optó por pedir un aplazamiento para el partido que tenía que disputar ante el Deportivo. Y los verdiblancos no solo contaba con bajas por jugadores infectados con virus, la enfermería verdiblanca también estaba ocupada con algún inquilino que otro.
Finalmente el encuentro fue pospuesto por la Federación Española de Fútbol y eso generó malestar entre los aficionados del cuadro gallego, que acusaban al Racing de poco menos que adulterar la competición y fingir los casos de covid para que los lesionados pudieran recuperarse antes del partido. «No ha habido ningún aplazamiento por un motivo de bajas. Es una cuestión de responsabilidad con lo que estaba pasando en ese momento. Yo voy a jugar con los jugadores que tenga disponibles y a prepararlo lo mejor posible, como me ha pasado toda la vida que llevo siendo entrenador», tuvo que explicar Romo en rueda de prensa.
Finalmente el partido se jugó el miércoles 16 de febrero de 2022. Y marcó un punto de inflexión. Contribuyó a formar la tormenta perfecta. Desde entonces el Racing puede presumir de no haber regateado ni una gota de sudor hasta conseguir su objetivo. Y todo empezó con un gol de Íñigo Sainz-Maza.
Romo plantó en Riazor un doble pivote de ladrillo, con el de Ampuero y Fausto Tienza. La cosa no estaba nada clara, pero a eso del minuto 34, el capitán se animó a entrar en el área. A la guerra. Solo contra el mundo. Soko, jugueteaba con el balón en la banda e Íñigo se la pidió. La defensa del Depor, relajada, no se olía el zapatazo que descargó el canterano. La pegó con todo el alma. La pelota chocó en Mackay y se fue para adentro. Golazo. Beso al escudo, tres puntos, puño en alto y una sonrisa que parecía decir. «¡Que sí, que somos el Racing!».
Un botín que sirvió al equipo para colocarse esa jornada segundo, al acecho de los gallegos, que entonces eran líderes. Después de ese triunfo, una racha que venía de atrás, pero que se prolongó hasta 21 partidos invictos. En la siguiente jornada el Racing asaltó el liderato y se lo arrebató al Deportivo. El resto es historia.
La inesperada lesión de Íñigo Sainz-Maza deja un puesto libre en el centro del campo.Es cierto que el de Ampuero no estaba disfrutando del protagonismo del que ha gozado en otras temporadas, pero cada vez que saltaba al campo cumplía. Ahora, el Racing debe plantearse si acude al mercado para cubrir ese puesto, aunque «no tiene prisa en decidir». LaLiga permite al equipo del jugador lesionado inscribir a otro futbolista sin gastar capacidad de inscripción extra, siempre y cuando el club lo notifique a LaLiga en los 30 días siguientes a producirse la lesión. Esos 30 días son sólo para comunicar a la patronal que quiere fichar a alguien utilizando ese artículo 77, pero puede ejecutarlo más tarde, una vez abierto el mercado, porque si ficha fuera del mercado sólo podría fichar a un jugador en paro.
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