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El pasado sábado en la Junta General de Accionistas del Racing, el presidente del club, Alfredo Pérez anunciaba una nueva iniciativa para crear racinguismo: Todos los niños nacidos en 2021 en Cantabria tendrán un carné del Racing de forma gratuita. La idea no ... es nueva. Ya se le ocurrió hace 20 años al tío de Martín Solar (Santander, 2000) cuando acudió a las taquillas del club para sacar el abono a su sobrino recién nacido, eso sí, pagando. Verdiblanco desde la cuna. Desde el primer aliento. «Soy racinguista desde el minuto cero y eso es un extra», explica el mismo mientras un brillo delator se asoma a sus ojos.
Desde que debutó con el primer equipo en la recta final de la temporada pasada, con el Racing ya prácticamente descendido, el chaval dejó claro que podía aportar algo diferente. Un eje creativo polivalente y atrevido. Con esa cercanía que se da en llamar carisma. Y el pasado sábado ante el Barakaldo tuvo ocasión de demostrarlo. Dos goles y la mitad de otro, porque el santanderino clavó una asistencia a Jon Ander que el vasco no desaprovechó para mandar el balón al fondo de la red. Martín Solar siempre había soñado con debutar en los Campos de Sport. Lo hizo hace casi un mes ante el Alavés B y no había vuelto a pisar el verde hasta el sábado. Pero el canterano confiesa ni sentía ansiedad por no tener minutos ni le pesaba como una losa la incertidumbre de qué pasaría ahora. Al contrario. Esperaba con paciencia su oportunidad y reservaba fuerzas para no desaprovecharla. «No que va, estaba muy tranquilo. Estaba entrenando bien, pero el míster decidió que tienen que jugar otros, como pasa en todos los equipos. Yo estaba sereno porque entrenando y trabajando poco a poco te llegará algún día la oportunidad». Y ese momento llegó ante el cuadro fabril. Y también en El Sardinero.
El sábado Martín hubiera preferido saltar al terreno de juego para calentar con una cálida ovación que lo acompañara y le hiciera entrar en calor más rápido que mil carreras y ejercicios por la banda. Disfrutar del apoyo de los suyos, que no faltan a una cita en el campo, para que fuesen testigos directos de su estreno como goleador. Pero el covid no lo permitió. Dio igual. Su entrada más que un soplo de aire fresco fue una auténtica galerna del cántabrico. Revolucionó el partido. Se encargó de abrir la lata y cimentó el triunfo del equipo. Pico, pala y también algo de fe. «Es lo más que podía hacer después de haber debutado. Marcar en El Sardinero. Una pena que no hubiese gente, sobre todo para celebrarlo con mi familia que siempre está en campo, y mis amigos. Bueno y para todo el racinguismo. Hubiese estado muy bien, pero espero que vengan más goles y con gente en las gradas», explica con soltura amigable.
Martín reconoce que no sabe con qué momento quedarse. Si con el día de su estreno con el primer equipo o con la jornada de su primer gol en los Campos de Sport. «El día del debut fue una experiencia inolvidable. Estuvo bastante bien. Tienes los nervios de cómo será el primer día, pero sin duda marcar en El Sardinero, y encima que sirva para ganar... uff, es la leche. Está ahí la balanza 'fifty fifty'. Me quedo con los dos no podría elegir», sentencia incapaz de decantarse por un solo momento.
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El chico que «desde pequeñito soñaba con Xavi Alonso, y luego Modric y Thiago», dedicó el primer gol a su madre, que «aunque no podía estar en el campo estaba viéndolo en casa por la tele», cuenta; y recuerda el arduo camino que ha tenido que recorrer hasta cumplir su sueño de jugar algún día en Racing. «Ha sido largo, pero en todas las etapas desde que estoy aquí, y entré en el Infantil B, de todas me he llevado algún recuerdo», explica. «Llegar al primer equipo es algo a lo que todos los niños que entran por la puerta aspiran y es lo más grande que hay», suspira incapaz de disimular el orgullo. Que es algo que lleva a flor de piel es innegable. Así lo atestigua un tatuaje que luce en su antebrazo y que se hizo este verano. «Es una foto que tenía de pequeño en la pista de mi casa con la equipación del Racing que me regaló mi tío, que es el que me hizo socio desde que nací», explica. Martín, como casi cualquier chico solía bajar a la calle a desquitarse sacudiendo puntapiés a un balón. «Siempre estaba ahí jugando con mi padre, mi abuelo, mi tío... Es una foto que tengo en casa en un marco y sabía que en el momento que debutase me la quería hacer y lo hice cuando terminó la temporada pasada».
A pesar de ser el hombre del partido Martín no quiere hacer castillos en aire. Cualquier jugador, canterano o no, firmaría sin dudar por cuajar una actuación como la suya el sábado, pero el santanderino ni siquiera se ve titular. «Yo no diría esa palabra porque al final juegan once, pero luego como hemos visto el sábado la gente que sale del banquillo, tanto Jon como yo, por ejemplo, pudimos ayudar al equipo. Al final la cosa es aportar más que ser titular, pero estaría muy bien sí», dice entre risas. Pero lo cierto es que valorando el choque ante el Barakaldo se siente satisfecho. «Estuvimos muy bien. En la primera parte sí que nos falló quizá el gol, pero creo que tarde o temprano iba a llegar. Si no llego a ser yo hubiera sido otro. Hicimos un gran partido»
Es un firme creyente en el ascenso. Mira a la Pro por el rabillo de ojo, pero no le vale otra opción que no sea volver al fútbol profesional. «Está claro que el objetivo es subir. Bueno, claro, si se llega a la Pro también está bien, pero todos creemos que hay que subir y devolver al equipo donde tiene que estar». Y si puede ser a base de los brotes verdes nacidos al calor de La Albericia, mejor que mejor.
El Racing ha dado un giro de 180 grados respecto a la política de cantera y parece que ya no es la asignatura pendiente de un club que quiere crecer desde abajo. El jugador, reconoce que ha habido un cambio sustancial en la política que se aplicaba en años anteriores y la que se emplea ahora, pero no se ha sentido maltratado. «El año pasado debutamos unos cuantos jugadores subíamos a entrenar... También es que era una plantilla muy larga la del primer equipo y no podíamos entrar todos, pero este año están apostando por nosotros y ya lo estamos viendo que estamos jugando a buen nivel y la verdad es que estamos muy contentos».
Martín cursa un ciclo de grado superior de técnico en animación de actividades físicas y deportivas (Tafad); y los ratos libres que le dejan los estudios y el fútbol los dedica a 'Mainstay' una pequeña empresa de moda que ha creado y en la que él mismo confeccionaba los diseños hasta hace poco. «Es una marca de ropa, camisetas, sudaderas, mascarillas... que tengo. Pequeña, muy pequeña, pero la verdad es que me gusta mucho y en los ratos libres, después de estudiar, me gusta estar en el tema de la moda», explica, y aclara que ahora cuenta con la colaboración de un diseñador gráfico que plasma sus ideas. «Yo le digo lo que quiero y él me lo hace». Pero es inevitable que la mente se le vaya a la siguiente reválida del equipo. Este miércoles, frente al Leioa y con muy poco margen de descanso. Además de la visita el domingo a Zubieta.
«Es una semana como pasaba al final de la temporada pasada con el tema pandemia, que jugábamos miércoles y domingo. La verdad es que a mí este formato me gusta mucho: entrenar dos días y partido. Eso al final es lo que nos gusta. Lo único malo el tema del descanso, pero por lo demás genial. Competición», argumenta. Y en cuanto a las armas para frenar al Leioa en un campo pequeño las tienes claras. «Con nuestro juego, con mucha personalidad, como hemos tenido ayer. Vamos a por los tres puntos en un terreno de juego muy complicado». Confianza sin remilgos y en formato sábana.
Es la joya de la cantera racinguista. Rozada se ha dado cuenta y articula los partidos en torno a él. Aunque los rivales también y no siempre le dejan desplegar su juego a placer. Hasta el momento acumula 374 minutos y un pleno de titularidades en los cinco partidos que se han disputado hasta ahora.
Se ha adueñado del lateral derecho y ejerce con solvencia. A su seguridad defensiva se suma su aportación en ataque, incluso ha marcado un gol. Si Su punto débil es el juego aéreo debido a su escasa envergadura. Ha disputado cinco partidos, cuatro de ellos como titular, y acumula 404 minutos en total.
El canterano regresó la Racing después de una temporada cedido en el Laredo, pero se ha encontrado con la competencia de Ceballos que se ha adjudicado el puesto. Hasta ahora solo a disputado el primer partido de liga, donde jugó 46 minutos. No ha vuelto a saltar al césped.
Ha cumplido como lateral y como pivote y ha disfrutado de la titularidad en los cuatro partidos que ha participado. En total suma 360 minutos. Además, es el único de los seis canteranos que ha disfrutado de los campos de Sport de El Sardinero con público, en el primer partido de Liga ante el Portugalete.
Puede jugar como mediapunta, interior o delantero, pero las lesiones no le han dejado demostrar todo a lo que apunta y que ya dejó entrever durante la pretemporada. Ha jugado 88 minutos en los tres partidos que ha disputado, uno de ellos como titular, cuando el Racing recibió al Alavés B en ElSardinero.
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