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Un día más en la oficina del Racing. Con más frío de lo habitual, con lluvia y, por supuesto, con un entrenamiento sin aficionados. ¿Como siempre? Bueno, este lunes ha sido un pelín más triste que otros. A la derrota del pasado jueves en La Coruña ... y al triste empate de este domingo se suma que hoy es el blue monday (lunes triste), el que algunos expertos en marketing califican como el día más triste del año.
Y por eso en La Albericia, el silencio fue este lunes casi sepulcral en los primeros minutos de un entrenamiento en el que no estuvo presente el director deportivo, Chuti Molina, que según fuentes del club, está enfermo. La sesión de fue la habitual del día después de una derrota, pese a que el equipo empatara ante Las Palmas. Más que caras largas, lo que este lunes se pudo observar en La Albericia fueron cabezas gachas. La salida de los jugadores del vestuario fue una procesión silenciosa; todos en fila, con las mangas largas de las sudaderas haciendo las veces de guantes y sin apenas charla. Pocas palabra también en el cuerpo técnico.
La plantilla se dividió en dos: los once futbolistas que jugaron de inicio el domingo ante Las Palmas, con veinte minutos de carrera continua, algún que otro ejercicio físico y estiramientos. En el grupo faltaron Jordi Figueras y Enzo Lombardo, que por precaución no se salieron al césped. En el otro grupo los demás, acompañados de varios futbolistas del Rayo, que entrenaba en el campo anexo.
Mañana desangelada la de este lunes en los campos Nando Yosu. No hubo bromas, nadie se atrevió a romper el hielo ni esa especie de tensión que sin querer se apreciaba en el ambiente. La propia actividad del partidillo arrancó alguna palabras más alta que otra, pero sin que nada fuera destacable. Mientras tanto, los miembros del cuerpo técnico sí que charlaban entre ellos. Todos de riguroso negro y con gorro de lana, analizaban lo ocurrido la víspera. Al no haber aficionados como antes –no se permite la entrada a La Albericia hasta que finaliza el entrenamiento– las situaciones de tensión suelen pasar inadvertidas, dado que nadie puede manifestar lo que piensa desde la valla. No hubo jefes ni mandatarios. No estuvo Chuti Molina, el hombre al que la afición responsabiliza del bajo rendimiento de la plantilla. El director deportivo, que suele ser uno de los habituales en La Albericia. Suele ser un verso libre, con su teléfono de un lado a otro, pero este lunes no acudió a la cita debido a que se encuentra enfermo. Tampoco estuvo el domingo en los Campos de Sport.
Dio un pequeño susto Jon Ander, que se retiró momentáneamente por un golpe, pero pronto regresó a su puesto.
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