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En Andorra, el hombre del saco y el coco se fueron al paro. Allí, entre montañas, a los niños que se portan mal les dicen «que viene el Racing». Es la bestia negra. Sufrida, pero bestia negra, al fin y al cabo. El equipo verdiblanco ... celebraba su 110 aniversario y la jornada iba para fiesta antológica. Pero como a este equipo lo que le va es el masoquismo, antes de continuar con los festejos, la tarde pasó por convertirse en batalla y supervivencia. Ya pueden degustar la tarta tranquilos y descorchar el champán. La permanencia está un poquito más cerca.
La defensa de José Alberto del partido de su equipo frente al Villarreal B se mantuvo firme aún con el paso de los días. Por eso, prácticamente mantuvo el mismo once que en La Cerámica. Sólo un cambio: Pombo por Marco Sangalli. Y Juergen Elitim, de nuevo en el banquillo. En Castellón fue demasiado lujo en la recámara. Ayer, la mitad.
En un cumpleaños, uno invita a sus amigos. Por eso los Campos de Sport mostraron una imagen mejor que en otros días de partido. Hay decoración especial: un espectacular tifo, por ejemplo. Los asistentes, bien vestidos, con camisetas preparadas para la ocasión. Hay canciones, con acordeón, gaitas, panderetas y tambores o en el minuto 13 de cada tiempo. Y algunas veces hasta hay piñatas, que eso es lo que suele ser un partido de fútbol. Abrir el melón y a ver qué sale.
Racing
Parera, Dani Fernández, Saúl García, Germán Sánchez, Rubén Alves, Íñigo Sainz-Maza, Aldasoro (Juergen Elitim, min. 76), Mboula, Pombo (Marco Sangalli, min. 76), íñigo Vicente (Pol Moreno, min. 90) y Baturina (Matheus Aiás, min. 56).
2
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Andorra
Ratti, Alti, Mika Marmol, Marc Aguado, Jacobo González, Bakis (Carlos, min. 81), Germán Valera, Bover (Bundu, 68), Iván Gil (Jandro, min. 68), Diego Alende (Héctor, min. 68) y Pampín (Almpanis, min. 81).
Equipo arbitral: Galech Apezteguía, del Comité Navarro. Asistido en las bandas por Barroso Galán (Castilla La Mancha) y Fernández Blanco (Galicia). Cuarto: García Riesgo (Asturiano); VAR: Prieto Iglesias (Navarro) y AVAR: Busquets Ferrer (Balear).
Goles: 1-0, min. 13: Mboula. 2-0, min. 34: Mboula. 2-1, min. 67: Jacobo González.
Amonestaciones: Amarilla a los locales Íñigo Vicente e íñigo Sainz-maza, este último, en dos ocasiones, y al visitante Bakis. Expulsó al técnico del Andorra, Eder Sarabia.
Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde fría y nubosa. 13.709 espectadores.
El Racing entró al juego como niños a los que les dan el pistoletazo de salida para dar cuenta de las pizzas y las medias lunas de Nocilla. A veces se suele colar algún invitado por compromiso. Ese fue el Andorra, que llegó con intención de aguar la fiesta. Si los verdiblancos querían darle vértigo al juego, los del Principado buscaban anestesiar al personal. Fiesta del pijama. Y por momentos, lograron que los anfitriones metiesen el trasero junto a su portería. El bloque bajo, que dicen los modernos. Lo que José Alberto había dejado claro en las invitaciones es que no estaban permitidos los regalos. Germán Valera le despegó el dorsal dorado a Saúl García. Menos mal que Rubén Alves llegó como un avión parar cortar la acción dentro del área.
La vida es eso que pasa entre posesión y posesión del Andorra. En el minuto 13, La Gradona invitó a todo el estadio a cantar. Karaoke en los videomarcadores. Rubén Alves salió de la tarta para ponerle un fantástico balón al espacio a Baturina. Buen desmarque y mejor asistencia. Gol de Mboula, el hombre que se ríe de las sensaciones. Quinto gol del extremo catalán. Pichichi verdiblanco. El estadio, en ebullición. Todo perfecto. Ni con un 'birthday planner' podía salir mejor.
Decía el 'Bombardero' Joe Louis –una frase que luego tomó prestada Mike Tyson– que «todo el mundo tiene un plan, hasta que le sueltan el primer mamporro». Todo el mundo, menos el Andorra, que siguió con su estilo innegociable. Eso sí, visiblemente mareado y con su entrenador, Eder Sarabia, con un mosqueo importante. Íñigo Vicente, exhibicionismo puro, pudo hacer un gol aspirante a ser uno de los mejores de los 110 años del club. Una volea desde su casa en Derio... Ay si le sale.
Saúl García era el que menos estaba disfrutando de la fiesta. Germán Valera le estaba comiendo la merienda. El extremo se marchó otra vez en velocidad y puso el balón atrás para un remate clarísimo en la frontal de Iván Gil, que no encontró portería por muy poco. Luego Bakis lo intentó con un disparo lejano que despejó Parera con problemas.
Pero bueno, como Íñigo Vicente no pudo marcar el suyo, buscó un colega. Y encontró otra vez a Mboula. Y van seis. El fantástico pase del vasco lo agarró el catalán a la espalda de la defensa y el extremo no se puso ni nervioso para batir por bajo a Ratti.
El segundo tanto trajo cierta relajación a los verdiblancos. Un córner mal defendido permitió un centro al área que Rubén Alves sacó como pudo a apenas dos metros de la portería. En la segunda jugada, Iván Gil cabeceó alto.
Íñigo Vicente es el tipo que hace falta en todas las fiestas. El que hace divertirse al personal. El vasco acabó ayer con el debate. Ni mediapunta ni extremo. Es muy bueno y tiene que estar. Simplemente. Aunque sea llevando el botijo y dándole sombra. Robó en la presión y se plantó en el área, pero su centro no encontró quien lo quisiera. José Alberto, que entró tres metros al terreno de juego por la rabia, casi se come a Baturina por no ir a posición de remate. Llegó el descanso y Matheus Aiás ya llevaba un rato calentando. Y eso que el croata no andaba mal.
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Arrancó la segunda parte y Baturina permaneció en el campo y el brasileño, en la banda. Sin cambios. Ya dejó claro José Alberto en la previa que la posesión no era el objetivo, sino ganar el partido. Los números que valen, los de la clasificación. Los otros, para el postureo. Como explica el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, «el dataísmo es una forma pornográfica de conocimiento que anula el pensamiento». Pues eso, 2-0. Pero llegó un momento en que el Racing ya hasta le quitó el balón a un Andorra completamente ofuscado. Pampín disparó alto y, ahora sí, Matheus Aiás se quitó la sudadera para entrar al terreno de juego por Baturina. Visto lo visto, el cambio no le sentó bien al equipo cántabro, que bajó revoluciones y perdió presencia en campo rival.
Lo intentó Germán Valera con un tiro raso que se envenenó y atrapó Parera. En una jugada en la que Mboula estaba tendido en el terreno de juego tras una acción con Pampín. A Eder Sarabia le pasó factura la incontinencia verbal. Roja. Y El Sardinero, donde no se ha ganado muchas amistades el técnico pese a declarar su amor al Racing, lo celebró casi como el 3-0. Que estuvo a punto de llegar tras un genial pase de Dani Fernández a Matheus, pero el remate, flojo, del brasileño, no llegó a la portería tras salvar a Ratti.
El 'Cumpleaños feliz' no podía faltar. Llegó en el minuto 65, momento que aprovechó el Andorra para apagar las velas chutando contra la tarta. El Racing había perdido colmillo y Jacobo González recibió demasiado solo en el área. Su duro disparo se convirtió en el 2-1. A ver si todavía se estropea la fiesta.
Los verdiblancos volvieron a apretar y José Alberto, minuto 71, decidió meter a Juergen Elitim a recuperar el control perdido. Pasaron casi cinco minutos hasta que el colombiano pudo entrar. De hecho, se unió a él Marco Sangalli. Los sustituidos fueron Aldasoro y Pombo. No olvidar que el árbitro era un protagonista habitual en sus actuaciones en El Sardinero, Galech Apezteguía, y esta vez le dio por perdonar, en dos ocasiones, la expulsión a Bakis. Como perdonó Jacobo González al Racing. Con todo a favor, el jugador del Andorra se dio la vuelta y, en lugar de ver portería, la mandó a saque de banda.
Los verdiblancos, muy cansados y con poco orden, estaban hace rato en modo supervivencia. Mika Mármol disparó demasiado cruzado. Al míster le quedaba aún dos cambios, pero tenía pinta de que no veía muy claro por dónde tirar. Jandro sí lo sabía y buscó el palo largo, pero se encontró con la respuesta genial de Parera. Como paró después un tiro rebotado de Germán Valera. Y acto seguido, el lanzamiento venenoso de Héctor. Un enorme Dani Fernández le echó un cable al balear para tapar el intento de Jacobo González. Finalmente, Pol Moreno, al 'prao'. El catalán ha quedado para las escenas peligrosas. Íñigo Vicente, a descansar. Cinco defensas y siete minutos de añadido.
Ayer, esto sólo lo podía finiquitar Mboula. El catalán, agotado, sacó fuerzas para robar un balón, ganar la carrera a su par y plantarse delante de Ratti. Gastó lo que le quedaba, porque a la hora de rematar, tiró a dar al portero. El amigo Galech Apezteguía no tuvo tanta paciencia con Íñigo Sainz-Maza como anteriormente con Bakis y al capitán racinguista lo mandó a la calle tras enseñarle la segunda amarilla por una falta que... Sin más.
Las pulsaciones, a mil. La grada, rabiosa. Los futbolistas verdiblancos, apelando al coraje. Germán Sánchez se hizo grande para evitar tres tentativas visitantes. Y Rubén Alves se volvió a dejar el tobillo izquierdo para evitar la cuarta. Como el final de una batalla, con vencedores y vencidos, con guerreros yacentes sobre el césped, el árbitro señaló el final y los Campos de Sport estallaron. Máxima alegría. Sobre todo porque los triunfos, como este, acercan un poquito más al racinguismo a poder celebrar el próximo aniversario, el 111, en Segunda División, que en el infierno no hay quien sople las velas.
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