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El Racing de este año deambula entre sorpresas y desmanes como un funambulista sin vocación. Al amparo de lo que pase. Con siete bajas, una plantilla hecha a ciegas y abonado a la mala suerte, el resultado es que a los 22 minutos de ... un partido a vida o muerte el entrenador -el tercero en este improvisado peregrinar por la Sgunda División- se vea obligado a darle la manija de su equipo a un futbolista que lleva meses paseando la cometa por La Albericia. Y allí que fue...
Nkaka, que realmente nadie aún conoce -salvo Chuti Molina- la razón por la qué firmó por el Racing, se colocó en la medular tras la inoportuna lesión de Dani Toribio. Dado que sus credenciales -esas con las que se presentó al comprometerse con los verdiblancos- le definen como un futbolista potente, aguerrido y de recorrido, Oltra le mandó situarse más retrasado que Sergio Ruiz. Se metió allí, entre los tres centrales, formando un rombo defensivo supuestamente imprenetrable y... Nada de nada. El equipo, si ya no tenía ideas, se quedó sin iniciativa. Plano. No hubo un pase entre líneas que pudiera sorprender al Numancia, que con ese ritmo no se veía alterado.
Decía Oltra el viernes que «este Racing necesita un estímulo para reaccionar» y lo más normal es que el valenciano tenga razón, pero no fue la entrada de Nkaka. El belga fue una vez más una medida de urgencia que no cuajó. Un cromo repetido en una plantilla que no da de sí ni cuando se la estruja por obligación. El Racing se quedó sin delanteros hace mucho tiempo y dejó marchar la poca creatividad que tenía en el centro del campo y sin esos dos mecanismos es una tarea imposible jugar al fútbol. Y, sin embargo, ganó.
En estas líneas se podrían contar muchas cosas, pero las sensaciones desaparecen ante la evidencia de los datos: si el mediocentro del equipo toca el balón cuatro veces en los 23 minutos de la primera parte y siete en toda la segunda mitad la victoria de ayer fue un milagro. De todas ellas, sólo tres fueron un pase al compañero. Se mire por dónde se mire, el 'estímulo' que necesita el Racing no es el belga. Se marchó aburrido de Soria.
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