Racing

A ritmo de play off

Tras su victoria del sábado, elRacing vuelve a estar en promedio de play off de ascenso. Con su actual promedio de puntos, terminará la Liga con 68 o 69. En mayo el Albacete, sexto clasificado, marcó la frontera de la fase de ascenso con 67. El Andorra, séptimo, sumo solo 59. También hace dos años estuvo el play off en 68 puntos, aunque en aquella ocasión lo alcanzó el Girona –que después ascendió– y el Real Oviedo se quedó fuera con los mismos guarismos.

Desde que en 2010 se instauró el actual sistema de ascensos y descensos solo en una ocasión 69 puntos no han sido suficientes para disputar la promoción a Primera División, y lo más habitual es que sean necesarios muchos menos. En algunas temporadas fueron suficientes, incluso, 61.

El Racing de este curso le lleva siete jornadas de ventaja al de la temporada pasada. El triunfo del sábado en Cartagena colocó en el casillero verdiblanco 18 puntos, el mismo registro que sumaba el equipo la temporada pasada justo antes de que José Alberto López tomara el relevo a Guillermo Fernández Romo.

La transformación verdiblanca desde diciembre ha sido extrema. El equipo es octavo a tan cuatro puntos del ascenso directo, uno punto del play off y con nueve sobre el descenso cuando se ha disputado ya un cuarto de competición. La comparación con el curso pasado el elocuente. Entonces el Racing totalizaba 18 puntos, los mismos que tiene ahora, en la jornada 20. Entonces una derrota ante el Mirandés en los Campos de Sport (la quinta consecutiva) precipitó la salida de Romo.

Con José Alberto cambió el planteamiento de juego (que no el dibujo), el estatus de varios futbolistas y la vocación del equipo, más ofensiva y con muchos futbolistas delante del balón. Aquel planteamiento inicial, que ya dio buen resultado, ha madurado y unido a una delantera y mediapunta con mucho más gol que la del curso pasado (Andrés y Peque, sin ser delanteros centro, ya han igualado los números de Baturina, llegado en el mercado de invierno) han propiciado un gran rendimiento.

Después de once jornadas, el Racing promedia 1,63 puntos por partido y ha marcado 16 tantos. Pueden no parecer demasiados para un equipo con vocación ofensiva, pero la temporada pasada solo había conseguido cinco en esa misma undécima jornada.

El compromiso del próximo sábado ante el Burgos se presenta así como un examen y una oportunidad. Previsiblemente los castellanos se desplazarán masivamente para un partido que previsiblemente se declarará de alto riesgo y en el que los verdiblancos, invictos en casa, están en condiciones de atacar una posición de pay off que tiene a tiro: a un solo punto del Real Valladolid.

No interrumpir el proyecto ha resultado fundamental. El Racing ha conseguido mantener el bloque que no dejó de crecer en la segunda vuelta de la temporada pasada, pero con más experiencia en la categoría en el caso de los jugadores jóvenes. Solo tuvo tres bajas sensibles: Baturina, Juergen y Mboula, y en todos los casos las ha compensado con futbolistas que están dando el mismo o incluso mejor rendimiento. El bloque estaba así ya hecho y ha sido más sencillo para el entrenador trabajar con él.Sus ideas, que funcionaron el año pasado, ya están inculcadas. Además el proceso de maduración de jugadores como Álvaro Mantilla, Íñigo Sainz-Maza y Peque Fernández ha hecho que el equipo crezca con ellos. También ha resultado fundamental que el Racing mantuviera a su jugador franquicia: un Íñigo Vicente al que no solo no sacó al mercado, sino al que renovó hasta 2027. En cuanto a la defensa, se mantiene la misma del año pasado. José Alberto heredó el buen trabajo de Romo y el que era uno de los puntos fuertes del Racing no ha perdido potencial. Al contrario, ha ganado experiencia y estaus en la categoría.

El Racing ha fichado poco, pero bien. Apenas tiene delanteros, peroArana, sin tener unos números destacados, ya suma dos tantos pese a incorporarse con la temporada iniciada y da muy buenas sensaciones. Ekain ya se ha estrenado y todos los fichajes aportan gol, en especial un Andrés Martín que ya suma cuatro. En el centro del campo Martija se la jugó con Clement Grenier, un futbolista de indudable clase pero veterano y que había tenido poca continuidad en el Mallorca, en primera División. Al menos por el momento, le ha salido bien. Incluso Lago Junior, el fichaje con menos protagonismo, tiene minutos e incluso ha marcado un tanto. La decisión de armar una plantilla corta y echar en resto en unos pocos futbolistas ha funcionado en el arranque de temporada. El riesgo, que la competición se haga muy larga.

Muchos factores inciden en el crecimiento de un equipo que mantiene el objetivo de la permanencia, pero que ya mira hacia arriba, pero la generación de ocasiones y el índice goleador es diferencial. El Racing actual corre hacia delante cuando duda, mientras que el del curso pasado se lo pensaba mucho antes de dar un paso a campo ajeno. Solo cinco equipos, Espanyol, Levante, Eibar, Mirandés y Villarreal B han marcado más goles que los de José Alberto, algo que choca frontalmente con lo ocurrido el curso pasado donde ya no en la jornada 11, sino en la 18, los racinguistas eran, con nueve tantos en el casillero, el conjunto menos goleador de la categoría. Hasta el Lugo, colista en aquellos momentos, había firmado doce dianas. Esta apuesta por la ofensividad y la creatividad tiene un precio. Los futbolistas asumen más riesgos y por lo tanto pierden con más facilidad el balón, pero el entrenador está dispuesto a asumirlo. Las ocasiones generadas compensan el peligro que provocan por estas pérdidas, máxime con una delantera con más calidad o, al menos, puntería, como demuestran los números.

La eficacia goleadora es el motor de este equipo que ilusiona con sus resultados. Ha generado una dinámica ganadora. Mientras que en el curso anterior los partidos trabados y con pronóstico incierto la balanza casi siempre terminaba inclinándose del lado del rival, con derrotas por la mínima en los últimos minutos o empates cuando el marcador parecía a favor, ahora la tendencia es otra. Victorias como 3-2 ante el Sporting, cuando los verdiblancos no fueron mejores pero se repusieron a los empates asturianos y el del sábado en Cartagena tras comenzar perdiendo evidencian un enorme salto. Conseguir igualar los números del año pasado siete jornadas antes no deja de ser algo que probablemente ni en el cuerpo técnico pensaban que pudiera ocurrir pasar. Este tipo de dinámicas ganadoras son las que han facilitado que proyectos que en principio no tan ambiciosos se hayan reinventado.

El tópico dice que un equipo ganador se construye en casa. En el caso del Racing es cierto. Ser fuerte en los Campos de Sport era una de las principales preocupaciones del entrenador cuando en diciembre se hizo cargo del equipo. Lo ha conseguido. Once puntos de quince posibles (tres victorias y dos empaten) así lo demuestran.Si consigue mantener esa fiabilidad en su estadio el Racing no tendrá ningún problema para estar en la zona temporada y, a poco que los resultados a domicilio acompañen, buscar la parte alta de la clasificación. Los verdiblancos afrontan ahora dos partidos consecutivos en su feudo ante rivales de la zona templada: Burgos (domingo, 18.30 horas) y Racing de Ferrol, (domingo 29, 21.00). Si mantiene su racha ante dos equipos muy similares a los suyos, está en condiciones de asaltar los puestos de privilegio. Aunque el entrenador inste en que la diferencia entre el Racing de casa y el de fuera está en el diferente calendario y fortuna que ha tenido de cara a gol, al margen de los factores «mejorables» que siempre tiene el juego, los verdiblancos se han mostrado más seguros y posesivos ante su público.

Tener que preocuparse solo por lo deportivo, algo que en Santander se había convertido en excepcional, también redunda positivamente en el equipo. La venta de este verano y la consolidación del entrenador y el director deportivo –aunque está por ver si Mikel Martija continuará el año que viene– han dado estabilidad a un equipo que la necesita, y mucho. La masa social llevaba ya muchas temporadas respondiendo a su equipo en circunstancias muy complicadas y ahora, con buenos resultados y sintonía con la directiva, se ha volcado aún más hasta superar los 12.000 abonados, récord de los cántabros fuera de Primera División. No es nuevo, pero también cuando juega a domicilio el equipo suele estar arropado.