Secciones
Servicios
Destacamos
No dejaban de repetirlo durante la retransmisión del partido: «Sigue ganando el líder». Un tópico, sí, pero esta vez se hacía muy raro, porque el líder... ¡era el Racing! Casi daban ganas de mirar a los lados, en plan síndrome del impostor, no fuera a ... ser que se hubieran equivocado y todo esto fuera un error, o pura fantasía.
Pero... ¡nanay! Desde que esto del racinguismo es pura matemática, no hacen más que salirnos las cuentas. Aunque sea en plan binario, encadenando unos a cero con ceros a uno, como si fueran bits. Ecuaciones sencillas, o lo que se quiera, pero funcionan. Y tanto, que ya nos favorece hasta la lógica difusa, esa que invita a pensar que renovando a tu ariete lo estimulas para marcar más goles. Si esa fórmula funciona con Arana, espero que en los laboratorios de La Albericia tengan a todo un equipo algebraico buscando nuevos algoritmos, qué menos...
Noticias relacionadas
Sergio Herrero
Marco García Vidart
Lo que sí parece claro es que el equipo de José Alberto aprendió, y mucho, de la pasada temporada. Y también del primer partido de Liga. Sobre todo, esa lección que dice que hay que ser rocosos tanto mentalmente, como jugando con el marcador a favor. Y eso que en Cádiz tenían enfrente a un rival peliagudo, de los que rascan y saben más por viejos que por diablos. Sin embargo, los del Racing no se arrugaron: no solo fueron capaces de imponer el ritmo del partido y decidir a qué se iba a jugar, sino que incluso supieron jugar también al otro fútbol. Hasta consiguieron cerrar el partido sin pasar más apuros de los necesarios, de manera que ni con un alargue de nueve minutos llegaron a inquietarles realmente los locales.
Ya no es solo que el equipo juegue bien, que lo hace. O que muerda como muerde, con tanto artista por metro cuadrado. Es que es una caja de sorpresas, porque cuando uno pensaba que el club había dado con un jugador de garantías y con futuro -léase, por ejemplo, Manu Hernando- resulta que sale su sustituto y lo hace todavía mejor, como ha sido el caso de un Javi Castro que no solo es un cerrojo en el centro de la defensa, sino que lo mismo te saca un córner que se pasa a la trinchera contraria, a lo Alexanco en los tiempo heroicos. Como sigan así, se lo van a poner complicadísimo al míster.
Bueno, y a nosotros, porque hay que ver qué rápido nos estamos acostumbrando a lo bueno. Sobre todo, a esa media no inglesa sino racinguista del pleno de victorias a domicilio; ya somos el visitante menos deseado.
Lo de ayer en el Nuevo Mirandilla -que, por cierto, como en la canción esa del poliamor, sigue siendo el Carranza de siempre- uno ya no sabe si es desafiar a la tradición o la dinámica de los campeones. Porque lo de que el Racing dé la campanada y gane cuando menos se le espera no se puede descartar nunca, pero... que gane siendo favorito... Eso sí que es una sorpresa. Como sigamos así, sí que vamos a tener que olvidarnos del sufringuismo. O, al menos, meterlo en la nevera hasta que volvamos a Primera. Sí, sí, para los que no lo recuerden, era aquella categoría en la que hace década y pico éramos un clásico. Y parece que todavía siguen jugando, sin la cortesía de esperarnos. Pero ojo, que ya vamos de camino.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.