Medio siglo entre dos victorias

Más sonrisas de las habituales acompañaban las caras de la familia verde. Con los medios de los que se dispone, siempre escasos, tocaba celebrar ese hito del primer partido. Se esperaba algo más de público en San Román, aunque la mañana, cruda con bastante 'rasquita', quizá retrajo a más de uno. El sol, el socio número uno de ese campo, esta vez fue atropellado por una melé de nubes. Apenas por unos instantes, en la segunda parte, con un pequeño ruck logró abrir un tragaluz para iluminar el campo. Como si no quisiera perderse el aniversario de su equipo. Al menos no llovió, que era el gran temor que tenía la gente del Mazabi Santander Independiente para que todo se desluciera.

Y ese día gris, espeso y plomizo también contagió a lo que se vio en el 'prao'. Tras las buenas maneras de Vicente y Manuel en el saque, el oval empezó a circular entre Mazabi Santander Independiente y Uribealdea. Y eso que el encuentro no empezó nada mal para los verdes. A los tres minutos, tras una touche y un maul bastante raro –lo fueron todos los del partido– Goljanek posaba para el 5-0. Damián Huber, hoy en labores de apertura, pateaba para el 7-0.

Los vizcaínos no demostraban grandes alardes en la ofensiva. Pero sí que eran un conjunto rocoso, bien ordenado y que no le perdía la cara al partido. Con un golpe de castigo, Ramiro García recortaba la distancia para el 12-3. Tuvieron que transcurrir bastantes minutos de rugby anodino para que Bachi Peña, el 'tryman' de los verdes –logró tres marcas– posase el balón tras una touche en la 22 vasca y varios rucks. Huber lo pasaba para el 12-3. Pero el Uribealdea seguía erre que erre. Poco a poco, para decirle a los verdes que no todos los partidos van a ser las palizas de los dos primeros encuentros. Dos golpes de castigo subieron el 12-9 con el que se llegó al descanso.

A los verdes les había costado plasmar su superioridad ante el Uribealdea y tras el descanso, salieron con una marcha más. A los dos minutos de la reanudación, Peña aumentaba la renta con un ensayo pasado por Huber. Y mediada la segunda mitad, de nuevo Bachi, con otra marca pasada por Huber, llevaba la tranquilidad al marcador (26-9) y conseguía el punto bonus de ataque, al lograr ya tres ensayos más que el rival. Con un gran ensayo de Iván Moreno en el minuto 31, quebrando desde el medio campo a varios rivales, parecía que todo estaba ya encarrilado. Pero los vascos respondieron en la siguiente jugada con su único ensayo de la mañana, obra de Gaizka Isasi, para el 31-14.

Y como si fuese un recordatorio de que la Liga no será un paseo, el Uribealdea, con solo tres efectivos en el banquillo –entre ellos Fernando Llona, de 49 años– y su rugby sin alardes, metió en su campo a los verdes. Un ensayo vasco y adiós al punto bonus de ataque. Tocó remangarse para contener a un equipo rival que terminó el partido jugando sobre la misma línea de ensayo verde. Con el 31-14, el señor Belarmino Álvarez pitó la conclusión para alivio de la parroquia local.

Y tras el pequeño susto, la pequeña fiesta. La célebre paella de San Román, tortillas, embutidos... La estancia que sirve de pequeña sala de recuerdos del club se convirtió en el mejor lugar para echar atrás la memoria. Porque sus paredes están llenas de camisetas y antiguas fotografías. Varios exjugadores compartían una cerveza, muchas risas y mil anécdotas contemplándolas. «El respeto entre los jugadores y hacia el árbitro no ha cambiado desde aquel primer partido», señalaban Vicente Bengochea y Manuel Sigler. «Y tampoco el tercer tiempo». Eso que hace único a este deporte y que sirvió a los verdes para recordar medio siglo de historia y coger fuerzas para iniciar el camino que llevará al 7 de noviembre de 2071. Será a los rugbiers de los actuales equipos de base a los que les toque recoger el testigo y celebrar ese primer siglo de historia. Ya queda un día menos.