Las voces detrás de las medallas

Son tres de las grandes mujeres que ha dado el deporte nacional. Tres pioneras, tres referentes y tres deportistas que han abierto camino en disciplinas que contaban con escasa tradición en España... hasta su llegada. La medallista olímpica de natación sincronizada, Gemma Mengual, que consiguió su metal olímpico en Pekín 2008 y también obtuvo diecinueve preseas en los campeonatos mundiales y quince en los europeos de natación; la campeona olímpica de halterofilia en Londres 2012, Lydia Valentín, que además se ha proclamado dos veces campeona del mundo y tres de Europa; y la atleta paralímpica, Sara Andrés, doble medallista en los campeonatos del mundo celebrados en Londres en 400 y 200 metros lisos y que aún sigue compitiendo.

Las tres fueron las protagonistas de la última jornada del Foro Internacional del Deporte en la capital cántabra, que reunió a más de 1.000 personas en el Palacio de Festivales de Santander. Durante el acto las deportistas narraron sus experiencias vitales, que en muchas ocasiones les llevaron al extremo de estar a punto de tirar la toalla, pero gracias a su mentalidad ganadora lograron esquivar sus miedos para convertirse en todo un referente de superación.

Gemma, Lydia y Sara se reunieron ayer en la Sala Argenta dentro de la tercera y última jornada del Foro Internacional del Deporte. Las tres coincidieron en señalar la mejoría que vive el deporte femenino en cuanto a imagen, valoración y repercusión. «Pioneras fueron las primeras, las que en el siglo pasado pelearon por el simple derecho de practicar deporte», señaló Mengual, que, pese a todo, destacó la labor realizada en los últimos años. «El nuestro es un deporte en el que aprendes a madurar muy rápido, porque entrenas muchas horas», dijo la nadadora, que quiso recordar sus comienzos como profesional. «El primer logro importante fue para mí cuando ganamos a Italia en Roma en un mundial», relató.

Después llegó el pistoletazo de salida para otra campeona. Lydia Valentín, quien aseguró que aunque le gusta competir, también le da «vergüenza» que la piropeen. La de Ponferrada define el éxito como «una carretera», ya que considera que en una carrera tan larga como la suya ha encontrado «piedras, pero a veces también autopistas. Lo más importante es amoldarse al momento». También quiso recordar cómo fueron sus comienzos. «Desde pequeña quería ser olímpica y empecé a soñar con ello», confesó. Recordó que estuvo a punto de abandonar antes de los Juegos Olímpicos de Tokio por culpa de una lesión porque considera que la halterófila es un deporte muy mental, aunque al final quiso acudir. «Fue muy bonito poner el broche de oro en unos juegos», señaló. Valentín finalizó su intervención asegurando que «la halterofilia es un deporte en que no puedes pensar que estás en unos Juegos Olímpicos, Mundiales o Europeos, tienes que disfrutar en el campeonato que sea».

Por su parte, Sara Andrés recordó lo que se le pasaba por la cabeza en su infancia. «Yo de pequeña no quería ser deportista, quería ser profe», confesó. Pero un acidente de coche trastocó sus planes. «No fue fácil al principio, pero me ayudaron un montón médicos y amigos, y poco a poco salí del hoyo». Además de su segunda madre, como la llama Sara, «porque mi madre se murió cuando yo era pequeñita. «Ella me ha servido para comenzar una nueva etapa. Empecé a andar, a nadar y aprendí a correr». Al final eligió el atletismo y luego le entró «el gusanillo de la competición». Fue entonces cuando pronució las palabras mágicas. «Entonces dije: 'quiero ganar'».

Sara también recordó momentos muy gratificantes, como cuando ganó su primera medalla en el campeonato del Mundo en Londres. «Empecé a saltar, pero como había llovido me caí. Me dio igual. Había disfrutado y además había ganado».

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