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M. A.
Viernes, 24 de junio 2022, 14:18
Localizados en el precioso valle de Tena, la subida a los ibones de Anayet es una de las rutas más famosas, accesibles y bonitas de los Pirineos. Pero si además te animas a hacer noche arriba, la experiencia se vuelve única. Sin duda, esta ... es una de las actividades favoritas de los amantes de la montaña y la naturaleza.
Aunque es una excursión que se puede hacer durante todo el año, los meses de mayo a octubre son los más transitados. La ausencia de nieve y el buen clima la convierten en una de las más deseadas de la zona. Si por el contrario decides hacerla en invierno, la presencia de hielo y nieve pueden complicar un poco más la travesía y hacer que necesites una mejor preparación física y técnica.
Los ibones de Anayet son un conjunto de tres lagos de origen glaciar que se encuentran a 2.233 metros de altura. Pertenecen al término municipal de Sallent de Gállego y hasta ellos se puede acceder desde diferentes puntos:
Corral de Mulas
Este recorrido comienza en el parking del sector Anayet de la estación de esquí de Formigal y se extiende a lo largo de 5,5 kilómetros hasta llegar a los ibones. Como forma parte de la GR 11 (Senda Pirenaica), esta senda está muy bien señalizada y no tiene pérdida.
Canfranc
Esta ruta de nueve kilómetros también sigue la GR 11 y, aunque es un poco más larga que la anterior, no comprende ninguna dificultad técnica. Atraviesa la Canal Roya, que es un precioso valle que separa las estaciones de esquí de Astún y Formigal.
Portalet
Esta ruta de seis kilómetros de distancia es quizá la más sencilla para llegar a los ibones de Anayet. El camino sube por el collado Batallero, un clásico si sueles frecuentar la estación de esquí de Formigal, y cruza el barranco de Culivillas hasta llegar arriba.
Otras rutas
Panorámica pirenaica
Los ibones de Anayet regalan una de las mejores panorámicas, pues están a los pies de dos imponentes montañas: el pico Anayet (2.545 metros) y el mítico Midi d'Ossau (2.885 metros). Ver reflejadas ambas moles de piedra mientras cae el sol es una de las experiencias más bonitas que puedes vivir en la zona.
Si esta ruta se te queda corta y te apetece seguir caminando, puedes alargarla para llegar hasta el vértice de Anayet (2.559 m.) o hasta su pico. Aunque llegar hasta aquí supone un poco más de esfuerzo físico, las vistas del valle, los ibones y el Midi d'Ossau hacen que merezca la pena. Sin duda, coronar cualquiera de las dos cimas es la mejor forma de terminar esta preciosa ruta pirenaica.
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