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Cheburashka es un personaje clásico en la iconografía infantil rusa. En toda la Europa del este y en Cuba, para más señas. Unos dibujos animados soviéticos nacidos durante la Guerra Fría a modo de alternativa a Mickey Mouse que aún perduran. Todo esto viene a ... que de ahí nace el nombre de Chebú, la banda liderada por Zhenya Popova y Nahúm Cobo con su propuesta ecléctica, atrevida, políglota y en ocasiones incluso metamórfica, porque navega entre el dúo original que gestó el proyecto y un formato con banda en el que comparten aventura y escenario con más músicos, entre ellos Iván Velasco a la guitarra. «La guitarra es un instrumento que queríamos introducir en las composiciones, sobre todo en los más rockeras, y estuvo muy bien que al principio a Iván no le enganchara mucho Chebú, porque cuando al final se convenció y lo cogió con gusto fue una mayor satisfacción», bromea Cobo (El Astillero, 1978) antes de que Popova acote para reivindicar a «Dani Simmons -bajo- y Charly Pérez -percusión-, que son incondicionales y buenísimos músicos».
«Tenemos la suerte de que podemos barajar diferentes formatos, dependiendo del lugar o la ocasión. La banda conjunta, que es lo que nos gusta, por compartir escena con los compañeros, o formatos de dúo o trío, que es una forma también de volver a los orígenes», añade Nahúm.
Así se construye Chebú, que nació con las «ganas de hacer música. Coincidimos y vimos que congeniábamos; al principio con versiones. Todo surgió muy rápidamente con muchas de esas versiones al inicio, pero creo que construyendo un estilo desde la hiperdelicadeza con que trabaja Zhenya la voz».
Highlanders
Fruto de ese trabajo al 50%, en conjunto o por separado nació un sonido característico que navega entre el indie, lo melódico, lo experimental y las innumerables influencia de una banda multicultural. Después, la llegada de nuevos músicos sirvió para explorar más mundos en un dúo en ocasiones, quinteto en otras, que se atreve casi con cualquier género. «Cuando estamos en banda nos juntamos en los ensayos y comienza una creación común que establece la base de trabajo», reflexiona Popova, que ha hecho de su voz un instrumento inimitable que caracteriza, junto a su capacidad para componer melodías, el sonido de Chebú.
Y si ella es polifacética, atrevido es Nahúm, que incluso tiene su versión de cuentacuentos, tal vez germinada en su formación como docente, profesión que sigue ejerciendo: «No sé si decir desgraciadamente o por suerte, pero sí que me atrevo con casi todo. Si te gusta la música, crear o aprender, un paso importante es atreverse con casi todo».
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El viaje comenzó en 2011, quemando etapas rápidamente hasta presentarse por primera vez como Chebú hace poco más de una década en el Rvbicón, pero su primer álbum de estudio, 'Confusión en tu casa', apareció en 2012. Después llegó 'Desorden en equilibrio', antecedentes de un nuevo trabajo ya en marcha y que tendrá, previsiblemente, formato digital con Fernando Macaya como productor.
«Con los cambios que hemos vivido ahora, los discos están en extinción. Se puso de moda el vinilo... Estamos barajando opciones: subirlo a plataforma, ir soltando canciones o hacer también el disco, sobre todo por gusto propio, para tener algún vinilo», comenta una Popova (Yaroslavl, 1986) cómoda en muchos registros y en muchos idiomas, como demuestra una discografía que visita el castellano, el inglés, el ruso e incluso el francés.
La biografía del grupo está muy ligada a la vital, con unos Nahúm y Zhenya que con una hija en común -«'Mum' surge a raíz de mi embarazo», explica Popova- deben robar tiempo al reloj para trabajar en la música y en sus otros innumerables proyectos en los que se encuentran embarcados. Y a unos orígenes muy diferentes: de la niña que llegó a España porque su padre, Dima Popov, había fichado por el Racing; el chaval de Astillero que estudió Magisterio en la Universidad de Cantabria.
Uno de los más recientes es 'Juntas', en el que la mitad del Chebú original trabaja con Marisa Lavín para desarrollar una ambiciosa -y necesaria- propuesta de música en femenino: «Marisa coordinó una iniciativa de mujeres y música y al terminar le comenté que me encantaría tener la oportunidad de juntar a varias músicas de Cantabria y cantar una canción. Al día siguiente había creado un grupo de WhatsApp y al siguiente ya éramos más de cincuenta. Nuestro objetivo es ahora grabar un disco». Embarcada también en un proyecto de historias de vida que conjuga el documental con la antropología, la eterna curiosa que se expresa también en su música crece con Chebú, como lo hace toda la banda que lidera.
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