Después de once años tocando juntos, los integrantes de La Maravillosa Orquesta del Alcohol se sienten en «un punto muy bueno como banda». Su vocalista, David Ruiz, reconoce que a nivel personal están «muy a gusto» y a nivel profesional «están saliendo las cosas y ... estamos muy contentos con cómo han ido yendo los discos». Mañana sábado estarán de nuevo en Cantabria, dentro del cartel del Sónica, en Castro Urdiales, a donde regresan tras haberse adentrado en el folclore de su tierra, con el disco 'Nuevo cancionero burgalés'.
- Regresan al mismo lugar un año después cual hijos pródigos
- Ha pasado un año desde que estuvimos en Castro y siento que ha pasado mucho más tiempo, más cosas. Hemos hecho un disco nuevo y estamos tocando mucho.
- La parte personal y la musical, van de la mano. ¿El funcionamiento es siempre parejo o ha habido desequilibrio?
-Yo no soy consciente, porque desde dentro las cosas se ven de una manera peculiar pero al final todo se traslada. Es indisoluble. Es imposible separar lo personal de todo lo demás en la vida. Al final todo es parte de lo mismo y más en la música, que es algo en lo que te sinceras y estás como abriéndote. Lo que menos importa en la música es lo musical. Todo lo que importa en tu vida es lo que influye en lo que vas a contar o componer.
Los inicios
«Cuando más lo necesitábamos no había nadie y tiramos hacia delante»
- ¿En la música lo que menos influye es la música?
- Yo lo veo así. Puedo estar equivocado, pero lo veo así.
- El 'Nuevo cancionero burgalés' ¿ha sido un proyecto de coherencia con su tradición sonora?
- Es un disco nuevo de la banda en el que, como siempre, hemos intentado dar rienda suelta a nuestras inquietudes artísticas y de alguna manera satisfacerlas. Nos hemos embarcado en un proyecto inédito para nosotros. Es la primera vez que hacemos un disco con letras que no son nuestras y tampoco lo teníamos previsto. Veníamos de sacar 'Ninguna ola' y habíamos hecho una gira, de muchas fechas, a pesar de la pandemia. Pero descubrimos los textos, nos inspiramos, nos motivamos y ya después pensamos: la gente va a pensar que esto solo es para los de Burgos.
- ¿Y se entendió?
- Había ese riesgo, pero es lo que nos atrae de la música popular; es la muestra de los puntos que nos unen a nivel cultural. Nos ha escrito gente de Galicia o de Huelva contándonos que su abuela cantaba 'La Molinera' pero de otra manera. Son letras que cantaban nuestras bisabuelas hace más de cien años y para nosotros ha sido muy emocionante.
- ¿Les ha gustado esa forma distinta de trabajar?
- Ha sido una novedad. Y todo lo que es nuevo lo coges con muchas ganas y motivación. Estuvimos como medio año trabajando con los textos, con el cancionero de Olmeda y el de Antonio José, seleccionando los versos que más nos decían. Flipábamos con las letras, que con, más de cien años, las leías y querías haberlas escrito tú ayer mismo. La música ha llegado de la mano de Gorka Urbizu, de Berri Txarrak, que ha ejercido como productor. Teníamos claro que no queríamos impostar instrumentos o meter sonoridades que no conocemos o no hemos trabajado, sino meter la música que nos sale. Estuvimos otro medio año trabajando en el local con él y ha sido una experiencia que hemos disfrutado mucho durante el proyecto y ahora, llevándolo al directo, aún más.
La actualidad
«Hemos conseguido ser felices siendo conscientes de lo que somos; ni más ni menos que nadie»
- No tendría sentido haber llenado de complejidad esos sonidos cuando vienen de justo lo contrario; minimizar elementos para ir a la emoción
- Realmente no lo hemos planteado de forma consciente si era coherente o no con la línea de la que veníamos, sino que hemos intentado disfrutar. Meternos en el local y pasarlo bien. Con Gorka como uno más, en el estudio, es lo que ha salido, bastante natural. Ya estaba bastante premeditado en cuanto a los textos y la orientación. Al fin y al cabo, llevamos viviendo aquí toda nuestra vida, en contacto con esto y de alguna manera, era más natural de lo que podíamos pensar.
- ¿Hay cierto prejuicio hacia lo cercano que no le ponemos a un disco de canciones de Alabama?
- Estamos cambiando esa manera de enfocarlo. Gracias también a las nuevas generaciones y a que en estos últimos años las cosas han evolucionado. Cuando éramos pequeños, todo el mundo miraba a lo británico, a lo americano, pero los nuevos artistas miran más América Latina, a lo de cerca. Ni siquiera se cruzan océanos. Vemos proyectos de lugares que no son los de siempre, las grandes ciudades que han nutrido de grupos el panorama. Hay proyectos independientes increíbles en Galicia, Cantabria, Andalucía... La riqueza de este país también reside en esa diversidad.
- Y gente muy joven metida en esos proyectos, además, reconvirtiendo la tradición
- En algo nuevo totalmente, sí. Y están enganchando a los de su edad a escuchar cosas distintas que se salen de lo que está previsto por las discográficas, por el algoritmo o lo que sea. La gente joven ha cambiado el panorama en general. Fíjate en los carteles de los festivales: hay más diversidad de estilos. Somos conscientes de que no se preocupan tanto por las etiquetas o las divisiones. Viven la música con naturalidad; lo que les mola les mola.
- Ha mencionado el tiempo, y han pasado once años desde que empezaron. ¿En qué lo notan especialmente?
- Si te soy sincero, nosotros no lo sentimos aún. Ya vendrá y nos golpeará como a todos los demás. Pero realmente, tenemos más ilusión a día de hoy que cuando empezamos y más después de la pandemia, por cada concierto, por cada grabación. Nos sigue gustando la vida de la carretera casi más que al principio. Nos sentimos como si estuviéramos empezando y eso es gracias a este cambio del panorama estatal de los últimos años. A todos nos ha llegado esa frescura.
- ¿Van a repetir la experiencia de tocar en núcleos poco frecuentados?
- La gira de pueblos que hicimos vamos a intentar hacerla este verano. Esperamos poder anunciar pronto las fechas, dos o tres, en varios pueblos de Burgos. Fue en 2019 una de las cosas más bonitas que hemos hecho.
- Apostaron desde el minuto uno por la autogestión. ¿Esa idea se mantiene clara?
- Sí, seguimos siendo un grupo que se autoedita e intenta ser lo más autónomo posible, dentro de que hay aros por los que hay que pasar. También intentamos trabajar con gente en la que confiamos, con un grupo cercano, casi familiar. Al principio, cuando empezamos, no nos hacía caso ni Dios. No teníamos mucha alternativa, así que optamos por la que había. Cuando ya se interesaron, nosotros pensamos que ya habíamos empezado como un equipo de barrio y no íbamos a pedir ahora un entrenador. Cuando más lo necesitábamos no había nadie y hemos tirado para delante como muchas otras bandas. Eso es algo que admiramos de las nuevas bandas, que tienen mucho más claro ese concepto y se van a dejar engañar menos.
- ¿Todo empezó en el garaje de Joselito?
- (Ríe) Sí, en el de sus padres, exactamente. Ahí empezamos a ensayar. Recuerdo que era finales de febrero, en Burgos, un frío que flipas, con el gorro y los guantes puestos. Han pasado once años pero son recuerdos que sentimos todavía muy vivos y que intentamos tener presentes para no perder el norte y no olvidarnos de por qué empezamos.
- Steve Jobbs también empezó así.
- Pero nosotros no tenemos sus ambiciones
- Hay siempre en su discurso un elemento que es la humildad y otro que es la curiosidad.
- No dejamos de ser un grupo de música de una ciudad, de un país pequeñito. Hemos conseguido lo que querrá todo el mundo: estar felices y ver que hemos cumplido el sueño que teníamos de niños, siendo conscientes de lo que somos. Ni más ni menos que nadie.
- Mientras avanzan hacia la gira de verano, ¿ya hay algo nuevo en el horno?
Sinceramente no, y además hemos dicho que hay que parar. En once años hemos sacado cinco discos, dos de directo, 3 o 4 EP, uno en inglés…Tras el Nuevo Cancionero, tranquilitos de temas nuevos, chavales. Estaremos tocando este año y el próximo y después pararemos. Un año o dos. Es necesario. Hasta que hagamos el siguiente disco. Estamos intentando disfrutar, sin cansarnos ni cansar a la gente.
- ¿Aprendizaje, cambio de ritmo y satisfacción como balance?
Pues sí. Tras 'Ninguna Ola', esta gira está siendo también muy bonita y estamos disfrutando mucho, muy enfocados en el presente. Es lo que hemos sacado del coronavirus, saber que esto se puede ir a la mierda en cualquier momento y hay que focalizarse en el presente.
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