Calma tensa en una factoría de Limpias

Uno de los puntos calientes de esta nueva jornada en el sector del metal ha sido el acceso a la factoría de Ventanas Hermet 10 situada a la entrada de Limpias, una empresa que pertenece a Pymetal. Decenas de trabajadores del sector se han concentrado desde las 4.30 horas de la madrugada junto a la rotonda de acceso a la empresa, situada al pie de la vía rápida que comunica Colindres y Ramales de La Victoria.

En este punto situado junto a la ría de Limpias también se ha desplegado un importante dispositivo policial, con varias patrullas de la Guardia Civil pendientes de evitar cualquier tipo de incidente. Algo que no ha ocurrido en ningún momento, dado que los trabajadores se han limitado a hacer sonar sus silbatos ante la llegada de distintos vehículos. Sus protestas han arreciado de forma puntual ante la llegada de trailers con suministros para la empresa. Los trabajadores les han interceptado el paso, sin llegar a provocar su detención, en medio de reproches al chófer por su falta de solidaridad. «Luego seréis vosotros los que nos vendréis a pedir ayuda», gritaban algunos miembros del piquete informativo, mientras otros arreciaban en los pitidos. Todo ante la presencia de los agentes que han abierto el paso sin mayor dificultad. A ellos se dirigían los trabajadores para que verificase el contenido del remolque, ante la posibilidad de que escondiera a operarios que eludirían así el cerco para acceder a la factoría.

El portavoz de los concentrados, Iñaki Martín, miembro del comité negociador del convenio, ha explicado que «el señor que dirige esta empresa está en la negociación del convenio y se ríe de todos. No vino a la reunión de ayer, nos dejaron solos, cosa que en el ORECLA no había pasado nunca». Por este motivo, justificó que «es normal que la gente esté como está, porque se están riendo de todos». Asimismo reprochó que «luego están pidiendo a la gente, a eventuales y demás, que vengan a trabajar, casi hasta amenazados, y que pasen por esto, por lo que él no pasa». Martín ha reconocido que «la gente está muy quemada, son ya muchos días, y no estamos negociando. Estamos aguantando a una patronal que lo único que hace es reírse de nosotros», ha insistido.

La factoría, con casi 300 trabajadores, apenas registraba movimiento. El representante de los concentrados ha señalado que «apenas habrán entrado diez o doce personas, creo que no estarán pudiendo operar. Además, algunos de los que venían con intención de trabajar se han dado la vuelta en solidaridad con nuestra reivindicación», ha destacado. Todo bajo la atenta mirada de los directivos que, desde la primera planta de la nave situada a la entrada de la empresa, contemplaban la situación .

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