La química social de Solvay
SOCIEDAD SOLVAY Y CÍA / 114 AÑOS ·
La llegada de la empresa química a Barreda no sólo trajo bonanza y empleo, sino unos avances para su plantilla que anticiparon las bases del denominado estado del bienestarSecciones
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SOCIEDAD SOLVAY Y CÍA / 114 AÑOS ·
La llegada de la empresa química a Barreda no sólo trajo bonanza y empleo, sino unos avances para su plantilla que anticiparon las bases del denominado estado del bienestarLa chispa se encendió cuando un joven químico belga, Ernest Solvay (1838-1922), ideó un método revolucionario, y aún vigente, para fabricar carbonato sódico, un producto muy demandado en la industria siderúrgica, textil y vidriera. Su éxito económico permitió expandir no sólo su método, sino ... también el carácter filantrópico y científico de Solvay que aplicaría en los diversos centros de producción que abriría en Europa, como el de Torrelavega que comenzaría su producción en 1908 con unos avances sociales para sus trabajadores que anticiparon las bases del denominado estado del bienestar.
Torrelavega se impuso a Cabezón de la Sal a la hora de elegir el lugar de España donde se ubicaría la fábrica. Fue determinante comprobar el potencial del yacimiento de sal de Polanco, de la que se nutre actualmente. En 1903 Solvay ya adquiere la mina de carbón de Lieres (Asturias) para alimentar los hornos y las calderas de su futura planta, y al año siguiente se inician las obras de construcción en la mies de Barreda. A mediados de 1907 la planta ya estaba levantada, con sus tres grandes chimeneas, las conexiones ferroviarias, un muelle en la ría de Requejada -cuyas condiciones hubo de pactar con la Real Compañía Asturiana, que tenía todos los derechos- y un transportador aéreo para llevar la caliza desde la cantera de Quintana a la fábrica. Las primeras toneladas de sosa comenzaron a producirse en 1908 y ese mismo año se celebró la inauguración oficial que contó con la presencia del rey Alfonso XIII.
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La construcción de la planta, además de las naves industriales, incluyó otras edificaciones que confirmaban los planes sociales del fundador para sus empleados, de tal manera que contaría con centro médico-farmacéutico, un comedor y más adelante se construirían viviendas, lavadero público, escuelas, círculo social, instalaciones de recreo y deportivas que en su conjunto se conocerían como 'la cité'.
Solvay fue la primera empresa que dio vacaciones pagadas a los trabajadores, en adoptar la jornada laboral de ocho horas, en crear una cooperativa de consumo y una sociedad de socorros mutuos para sufragar médicos y medicinas antes de que se crease el Instituto Nacional de Previsión.
Desde su fundación, la planta producía sosa Solvay (carbonato sódico), sosa cáustica y bicarbonato sódico, materias primas fundamentales para la elaboración de productos como el vidrio, otros relacionados con la alimentación humana y animal, los productos sanitarios y farmacéuticos, detergentes e higiene personal. Más adelante la fábrica añadió a su producción el cloro, obtenido por la descomposición electrolítica de la sosa Solvay, y en 1935 se construye la planta electroquímica de cloro-sosa cáustica. A partir de esa fecha se van abriendo en el complejo químico otros enclaves que afectan a diversos derivados clorados. También a partir de uno de los productos de la electrolisis del cloruro sódico se dispuso de la materia prima para la producción de agua oxigenada que cesaría en 2006. En 1947 Solvay producía todo el carbonato de sosa y el bicarbonato que consumía el país, el 92 por ciento de la sosa cáustica, el 79 por ciento del hipoclorito y el 33 por ciento del cloruro de cal.
En las décadas de los sesenta y setenta la fábrica experimentó un periodo de esplendor con grandes inversiones que aumentaron la producción. De las 381.000 toneladas de carbonato que se elaboraba en 1965 se pasó a las 594.000 de 1976 gracias a la introducción de nuevas tecnologías. También iniciaría sus exportaciones.
Solvay producía mucho más, pero con menos personal. Como en la mayor parte de las grandes empresas, la plantilla ha ido disminuyendo progresivamente con los años hasta reducirse a menos de 400 trabajadores.
Las materias primas fundamentales que Solvay precisa para su producción son la caliza y la sal gema, rocas de origen sedimentario de las que se obtienen respectivamente el carbonato cálcico y el cloruro sódico, que junto al amoniaco participan en el proceso patentado por Ernest Solvay. La caliza se venía obteniendo en la cantera de Cuchía (Miengo) hasta que se agotó y dejó paso a una ejemplar restauración paisajística realizada por la empresa y premiada por el Consejo Europeo de Federaciones de la Industria Química (Cefi). Desde 2007 la caliza se obtiene en otra cantera abierta en San Felices de Buelna con modernos equipamientos para reducir el impacto ambiental y optimizar la productividad. Por su parte, la sal se sigue obteniendo en el yacimiento de Polanco.
Solvay dispone de la segunda planta más grande de Europa de producción de carbonato sódico, una planta de bicarbonato sódico con especialidades orientadas a los sectores farmacéuticos y alimentarios, una planta de cloruro sódico y una planta electrolítica de cloro-sosa-cáustica.
Su política de buena vecindad con el entorno ha venido siendo su seña de identidad minimizando el inevitable impacto ambiental que genera su actividad. Ha realizado importantes inversiones para reducir las emisiones de CO2 e incorporar el uso de energías renovables. Como la mayor parte de las grandes empresas de Cantabria, Solvay vive en la actualidad en una encrucijada energética, ya que el proceso productivo del carbonato sódico y del bicarbonato sódico requieren un enorme consumo de energía, principalmente en forma de calor.
Esta empresa, pionera en la eficiencia, viene adoptando la cogeneración de energía térmica y eléctrica desde 1957, adelantándose unos treinta años a su uso en España.
Pero ahora está pendiente de desarrollar un plan de transición basado en la descarbonización, donde se incluye la sustitución de su caldera de carbón por otra de combustible derivado de residuos no peligrosos (CDR), plan que necesita la línea de ayudas que el Gobierno de España ha anunciado para el año que viene y a la que acudirá para mantener viable su producción.
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