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Hay otra guerra internacional en marcha en Ucrania y en ella el presidente estadounidense, Donald Trump, se enfrenta a su homólogo Volodímir Zelenski, al que ... este miércoles acusó de «dictador» y envió un mensaje cargado de amenaza e intencionalidad: «Debería actuar rápido o no le quedará un país». Se trata de la primera vez desde el comienzo del conflicto armado en Europa del este en que ocurre un choque dialéctico tan inaudito entre un país aliado y el gobernante de la nación invadida. Pero frases como que Zelenski es «un comediante de modesto éxito» o que Trump vive en una «burbuja de desinformación rusa» ponen de manifiesto que el vínculo -cimentado por el demócrata Joe Biden durante su mandato con un incansable apoyo y envío de armas a Kiev- ya es historia.
Apenas veinticuatro horas después de la cumbre de Riad, en la que EE UU y Rusia dieron el «primer paso» para reactivar su relación y abordar la paz en la antigua república, las tensiones latentes entre el inquilino de la Casa Blanca y el mandatario ucraniano reventaron como un misil. Ya había un resquemor mutuo. El primero había desdeñado la participación de Kiev en las primeras rondas de diálogo con Moscú y el segundo expresó su disgusto y canceló la reunión que tenía prevista este miércoles en Arabia Saudí con el jefe de la diplomacia norteamericana, Marco Rubio. Trump sugirió en un primer mensaje en su red social que Ucrania había iniciado la guerra, lo que provocó una fuerte refutación de Zelenski en la mañana de este miércoles. Confesó que le «gustaría tener más sinceridad con el equipo de Trump», de quien dijo que su visión es propia de alguien atrapado en una «red de desinformación» de origen ruso.
El duro mensaje de Trump contra Zelenski
Piensen en esto: un comediante de modesto éxito, Volodímir Zelenski, convenció a Estados Unidos de gastar 350.000 millones de dólares en una guerra que no se podía ganar, que nunca tuvo que comenzar, pero una guerra que él, sin EE.UU y sin «Trump,» nunca podrá resolver. Estados Unidos ha gastado 200.000 millones de dólares más que Europa, y el dinero de Europa está garantizado, mientras que EE.UU. no recibirá nada a cambio. ¿Por qué «Sleepy Joe» Biden no exigió una compensación, dado que esta guerra es mucho más importante para Europa que para nosotros? Nosotros tenemos un océano enorme y hermoso como separación.
Además de eso, Zelenski admite que la mitad del dinero que le enviamos está «desaparecido». Se niega a celebrar elecciones, tiene un apoyo muy bajo en las encuestas de Ucrania y lo único en lo que ha sido bueno es en tocar las cuerdas de Biden «como un violín.» Un dictador sin elecciones, más vale que Zelenski se apresure o no le va a quedar país.
Mientras tanto, nosotros estamos negociando con éxito el fin de la guerra con Rusia, algo que todos admiten que solo «Trump» y la administración Trump pueden lograr. Biden nunca lo intentó, Europa ha fracasado en traer la paz y Zelenski probablemente quiere que el «chorro de dinero» siga fluyendo.
Me encanta Ucrania, pero Zelenski ha hecho un trabajo terrible. Su país está devastado y millones han muerto innecesariamente…
La consiguiente réplica del inquilino de la Casa Blanca fue una galaxia verbal de menosprecios, intentos de humillación, autoelogios por cómo «estamos negociando con éxito el fin de la guerra» y alusiones muy claras al gasto estadounidense en Kiev. Tan increíble resultó la cadena de frases que la portavoz del Gobierno de Francia, Sophie Primas, concluyó: «No entendemos muy bien la lógica estadounidense».
Es posible que la reacción del republicano incluya una clave interna hacia los suyos y mucho resentimiento. No solo hacia Kiev, donde la crítica pudiera entenderse como una herramienta utilitarista para garantizarse la complacencia de Moscú, sino más bien a su predecesor en la Casa Blanca. Rubio ya criticó recientemente los envíos de armas «sin sentido» que había hecho Biden en casi tres años; Elon Musk se burló el pasado noviembre del «sentido maravilloso del humor» de Zelenski cuando dijo que no haría concesiones al Kremlin y luego le llamó el «campeón de todos los tiempos» en el «robo» de dinero a EE UU; y muchos republicanos torpedearon los fondos en el Congreso en 2024 mientras reprochaban al líder kievita la falta de agradecimiento a Washington por la ayuda prestada.
Trump da la mano al agresor y culpa a la víctima. En línea con el discurso de sus asesores, afirma en su tuit que el presidente ucraniano «convenció a Estados Unidos de gastar 350.000 millones de dólares en una guerra que no se podía ganar, que nunca tuvo que comenzar, pero una guerra que él, sin Estados Unidos y sin Trump, nunca podrá resolver. EE UU ha gastado 200.000 millones de dólares más que Europa, y el dinero de Europa está garantizado, mientras que EE UU no recibirá nada a cambio», subraya en una tergiversación de los datos. El Instituto Kiel de Alemania, un organismo de absoluta confianza, cifra en 190.000 millones de dólares la asignación de Washington en ayuda a Ucrania.
Una palabra se repite en su desahogo verbal: elecciones. Trump insiste en las urnas después de que el líder ruso, Vladímir Putin, calificase el martes a Zelenski de mandatario ilegítimo. «Es un dictador que no se somete a elecciones y debería actuar rápido o no le quedará un país», atacó este miércoles el magnate, quien sugirió que la guerra se hubiera evitado con la admisión antes de 2022 de la pérdida de varios territorios (Crimea y Donbás).
Moscú ha puesto como condición para iniciar el proceso de paz que ansía el inquilino del Despacho Oval la celebración de unos comicios posteriores a la firma de un alto el fuego. Pero el Gobierno de Kiev no está en ello, aunque su jefe reconoció hace unos días en una cadena alemana su voluntad de convocarlos cuando llegue esa normalización y, con ella, el respeto a la soberanía ucraniana y unas «garantías de seguridad» llamadas OTAN o misión internacional de paz.
«Se niega a celebrar elecciones» y solo «cuenta con el apoyo de menos del 4% de la población», acusó Trump. Y el aludido replicó con encuestas como la del Instituto de Sociología de Kiev, según la cual, el 52% de la población confía en su liderazgo. Otros sondeos le sitúan entre el 45% y el 57% de aceptación, alejado del 73% que obtuvo en 2019 cuando ganó los comicios a sus 41 años pero aún en un rango elevado. «Por lo tanto, si alguien quiere reemplazarme ahora mismo, eso no va a suceder», remachó.
Tras asumir su apartamiento de Riad, el mandatario teme que Trump compre todo aquello que le venda Putin -«ayer (por este miércoles) hubo señales de hablar con ellos (los rusos) como víctimas», le reprochó a la comitiva de Rubio- y que los dos mandatarios busquen «asegurarse de que Ucrania sea débil», lamentó. En esa línea, teme que si llama a las urnas deba enfrentarse a interferencias electorales de Moscú y maniobras para imponer un candidato prorruso que subviertan la auténtica voluntad de los ucranianos.
«No olvidemos nunca que Rusia está dirigida por mentirosos patológicos, no podemos confiar en ellos»
«Un comediante modestamente exitoso convenció a EE UU de gastar 350.000 millones»
El país debía haber celebrado comicios hace más de un año, pero el proceso se ha pospuesto en virtud de la ley marcial. Aunque la oposición se las ha reclamado, Zelenski argumenta que ahora serían poco realistas, con parte del país invadido, más de un millón de electores en el extranjero, decenas de miles de fallecidos y una evidente imposibilidad técnica de montar las urnas en el frente.
Ahora bien, si el magnate pretendía lacerar su legitimidad, la jugada le ha fallado. La clase política nacional cerró filas este miércoles alrededor de Zelenski y defendió que «ninguna criatura de EE UU o Rusia puede sacarle del cargo arbitrariamente». «Quizás a los ucranianos no les guste su Gobierno, pero son fanáticos del valor de la libertad de elección. Se enfadan cuando se les quita, y eso es exactamente lo que hizo Trump cuando les dijo que necesitaban elecciones», ilustró en 'The New York Times' Oleh Saakyan, cofundador de la Plataforma Nacional para la Cohesión Social. El analista político Yevhen Dykyi escribió: «Adiós, Estados Unidos».
La fragilidad del vínculo es máxima y Zelenski jugó este miércoles a plantar cara a Trump, pero con la inteligencia de desviar las culpas a Rusia. Recibió al enviado especial de Washington, Keith Kellogg, en una visita programada a Kiev. El exmilitar le confió que venía a «sentarse y escuchar». El presidente ucraniano le invitó a viajar con él al frente y conversar con los civiles y soldados para que traslade esos relatos a su jefe en la Casa Blanca y le ayuden a descoser la «red de desinformación» tejida por Putin.
El presidente francés, Emmanuel Macron, organizó este miércoles la segunda reunión para coordinar una respuesta europea a lo que considera una «amenaza existencial» de Rusia, tras el giro de Estados Unidos sobre cómo acabar con el conflicto de Ucrania. Con ese fin, dialogó con los mandatarios de 19 países, la mayoría de ellos de forma telemática. El mandatario galo, y también el primer ministro británico, Keir Starmer, serán recibidos la próxima semana en la Casa Blanca.
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Ana del Castillo
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