
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Tan solo cinco días después de las elecciones legislativas anticipadas en Alemania, los conservadores de la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/ ... CSU), ganadores de los comicios, y el Partido Socialdemócrata (SPD) iniciaron este viernes los contactos previos a unas posibles negociaciones de coalición de cara a conformar un nuevo Gobierno federal. Las conversaciones se han adelantado respecto al calendario previsto, que marcaba el inicio el próximo 5 de marzo. Esta primera cita da idea de la urgencia con la que el presidente de la CDU y próximo canciller, Friedrich Merz, quiere contar con una mayoría parlamentaria para ser investido y empezar a trabajar con su Ejecutivo.
Las reuniones tienen lugar en terreno neutral, en salas de trabajo del Bundestag (el Parlamento federal) y se ha pactado una absoluta reserva y confidencialidad entre unos y otros, por lo que no es de esperar hasta que finalicen las citas información o filtración alguna sobre los resultados de estos contactos iniciales previos a unas negociaciones en firme. No será probablemente hasta mediados de la semana próxima cuando, si las conversaciones son fructíferas, las delegaciones de CDU/CSU y SPD consulten a sus respectivos partidos antes formar de las comisiones bilaterales que buscarán el definitivo acuerdo de gobierno.
El resultado de las elecciones federales establece que una alianza entre los conservadores, hasta ahora en la oposición, y los socialdemócratas, que dirigen todavía el Gobierno saliente, es matemáticamente la más probable. Nueve personas de cada formación participan en esta primera reunión. Además de Merz, por los conservadores se sentarán a la mesa Markus Söder, presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, los secretarios generales de los dos partidos hermanados, Carsten Lienemann (CDU) y Martin Huber (CSU), el secretario de organización parlamentaria de la Unión, Thorsten Frei, y el líder de la CSU en el Bundestag, Alexander Dobrindt.
El primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, y dos mujeres completan la delegación conservadora: la vicepresidenta de la CSU, Dorothee Bär, y la ministra de Educación del Estado federado de Schleswig-Holstein, Karin Prien. Ambas figuras en la lista de posibles ministrables que circula entre los medios alemanes. En la delegación socialdemócrata no figura, sin embargo, el todavía canciller federal, Olaf Scholz. Este había anunciado poco después de la histórica derrota electoral del SPD, que obtuvo su peor resultado de los últimos 138 años, que no participaría en esas conversaciones y que, una vez relevado en la jefatura de Gobierno, se convertiría en un simple diputado del Bundestag.
Los dos copresidentes de la socialdemocracia alemana, Saskia Esken y Lars Klingbeil, los titulares de Defensa y Trabajo, Boris Pistorius y Hubertus Heil, así como el secretario general del SPD, Matthias Miersch, encabezan el equipo por parte de esta formación. Completan la delegación la presidenta del Bundestag, Bärbel Bas, las primeras ministras de los Estados federados de Mecklemburgo-Antepomerania y Sarre, Manuela Schlesinger y Anke Rehlinger, respectivamente, así como el líder del partido en la región de Renania del Norte-Westfalia, Achim Post.
Hasta entonces se esperan complicadas y difíciles conversaciones ante las diferencias en los planteamientos de los partidos de la Unión y el SPD sobre todo en temas como el endurecimiento de la legislación sobre migración y asilo, la reforma del llamado freno a la deuda, la ley constitucional que prohíbe aumentar el déficit público más allá del 0,35% del PIB, y la actuación de Alemania en la guerra de Ucrania tras la invasión rusa.
Además, durante la campaña electoral para los recientes comicios resultó seriamente dañada la confianza entre CDU/CSU y SPD. Los socialdemócratas acusaron a Merz de faltar a su palabra y fracturar el cortafuegos de los partidos democráticos contra la ultraderecha al imponer una moción parlamentaria en el Bundestag para endurecer la ley migratoria con los decisivos votos de la populista Alternativa para Alemania (AfD). A su vez, el presidente de los cristianodemócratas rebasó la invisible línea de la ofensa gratuita al calificar recientemente de «majaras rojos» a los socialdemócratas. Estos criticaron a Merz por comportarse como un «mini Trump».
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