¿Cuál es el triunfo de estos comicios?
Roberto R. Aramayo
Profesor de Investigación en el Instituto de Filosofía del CSIC e historiador de las ideas morales y políticas
Lunes, 24 de febrero 2025, 21:05
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Roberto R. Aramayo
Profesor de Investigación en el Instituto de Filosofía del CSIC e historiador de las ideas morales y políticas
Lunes, 24 de febrero 2025, 21:05
El porcentaje de votos depositados en las urnas alemanas este domingo pasado alcanzó su mayor cota desde la reunificación. Con este alto nivel de participación, ... el partido socialdemócrata se desploma y los democristianos remontan el vuelo, mientras que Los Verdes aguantan el tipo y los liberales parecen quedar fuera del Parlamento. Las cifras decantan una gran coalición de conservadores y socialistas, contando eventualmente con los ecologistas. Alternativa para Alemania queda en segundo lugar y es la única fuerza política que sencillamente dobla sus resultados gracias a un pujante voto juvenil que será decisivo en el futuro.
Hace ahora casi un siglo los nazis tampoco accedieron al poder en sus primeras contiendas electorales, pero registraron un crecimiento exponencial según empeoraban las circunstancias económico-sociales. Nadie se tomó en serio esa grave amenaza y ni siquiera tuvo que abolirse la Constitución democrática de Weimar para transitar hacia una dictadura con un poder omnímodo. Nacionalistas y democristianos prefirieron aliarse con los nacionalsocialistas para condenar al ostracismo a una socialdemocracia convertida en traidora a la patria.
Los resultados del 23F vienen a ratificar lo pronosticado por las encuestas electorales y Friedrich Merz fungirá como nuevo canciller de Alemania, tras haberse hecho multimillonario al quedar arrinconado durante varios años por Merkel dentro de la CDU. Sin embargo, heredará corregidos y aumentados los mismos problemas con que hubo de lidiar su predecesor en el cargo. La guerra de Ucrania reveló una dependencia energética del gas ruso e incrementó aún más una presión migratoria disparada en su momento por el conflicto bélico sirio. Esto le hará asumir como propias las fórmulas exitosamente desplegadas por Alice Weidel y que cuentan con un gran respaldo de la ciudadanía independientemente del color político.
Solemos pensar que quienes votan a ciertas opciones políticas no están en sus cabales o ignoran las propuestas que deciden apadrinar, cuando lo interesante sería comprender las motivaciones que les hacen inclinarse hacia posturas tan extremas y que nos invitan a revisar ciertas lecciones de la Historia. Tres décadas y media después de la caída del Muro, las heridas de la colonización soviética en Alemania del Este siguen sin cerrarse por completo, generando un sentimiento de agravio en la población que padeció el comunismo y ahora ve prosperar en sus feudos movimientos de carácter neonazi, algo impensable hace nada.
Los vientos de la coyuntura política internacional soplan huracanados y generan serias turbulencias en una Europa donde afloran gobiernos de signo antieuropeísta que quisieran salir de la zona euro, expulsar a los países con más dificultades económicas y blindar las fronteras nacionales para impedir el flujo migratorio. La política es percibida como algo que complica la vida y por eso prosperan los partidos que abogan por desmantelar el Estado, en aras del paraíso autárquico que propugna la doctrina económica ultra-neoliberal, idónea para las fortunas con exuberantes patrimonios que no quieren pagar impuestos para no disminuir su obscena opulencia.
El otro día vi cómo un crío blandía en un supermercado una motosierra de juguete, algo que Milei y Musk han convertido en un emblema de sus fabulosos recortes presupuestarios. Haciendo girar la 'X' de Musk obtendremos una esvástica en movimiento, como refrenda el saludo fascista de Banon. Las ideas que han triunfado el 23F en Alemania y tienen visos de robustecerse a corto plazo son las defendidas por Alice Weidel, a quien Musk ha respaldado, al entender que las elecciones alemanas eran importantes para el destino de Europa e incluso del mundo.
Se ha tomado la temperatura del ambiente político en una Europa llena de tensiones internas, toda vez que los partidos conservadores hacen suyo tácitamente buena parte del programa de la ultraderecha. Incorporan premisas ajenas a su ideario, sin advertir que abren las puertas a quienes quieren acabar con el sistema democrático utilizando las urnas, como se hizo en Alemania el pasado siglo. Bajo este convulso contexto internacional se han celebrado las elecciones alemanas.
Los partidos tradicionales no logran disipar el desencanto de una ciudadanía que se siente maltratada y por eso triunfan las recetas extraordinariamente simples a problemáticas de una colosal complejidad. En poco más de un mes, Trump está consiguiendo descolocar todas las piezas del tablero político internacional en una pueril partida geoestratégica cuya única regla de juego es imponer sus caprichos, como si se hicieran realidad las distopias imaginadas por Philip Roth en 'La conjura de América'.
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