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Beatriz Juez
Corresponsal en París
Jueves, 16 de diciembre 2021, 06:59
Un presidente que todavía no quiere enfundarse oficialmente el traje de candidato a la reelección. A cuatro meses de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, el presidente Emmanuel Macron mantuvo ayer el suspense en torno a su esperada candidatura al Palacio del ... Elíseo, aunque insinuó que se presentará a la reelección porque «no se transforma un país en cinco años».
Macron hizo balance de su presidencia en una larga entrevista en las cadenas de televisión TF1 y LCI. Entonó un mea culpa, reconoció que ha cometido errores durante su mandato, lanzó una declaración de amor a Francia y a los franceses y aparcó, de momento, la reforma de las pensiones, que era una de las prioridades de su quinquenio.
El presidente esquivó, como pudo, las preguntas sobre su eventual candidatura. «En el momento en que les hablo, debo todavía asumir una responsabilidad que es la mía», dijo Macron. «Una cosa que sé es que, si hoy fuera un candidato como los otros, no podría tomar decisiones que debo tomar, ahora, teniendo en cuenta la situación sanitaria», explicó. Y prometió a los franceses que «actuará hasta el último cuarto de hora» de mandato. Lo más probable es que Macron anuncie su candidatura en enero o febrero, según algunos analistas políticos.
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Un Macron, más humilde y sensible de lo habitual, reconoció que en sus cinco años al frente de la jefatura del Estado ha cometido errores. «He cometido errores, pero intento no repetirlos», dijo el presidente. «La humildad» es la gran enseñanza que extrae de la crisis sanitaria a la que se ha enfrentado Francia y el mundo en los últimos dos años.
El mandatario lamentó haber utilizado, a veces, frasecillas que han sonado arrogantes y que pueden haber «herido» las sensibilidades de algunos franceses. «A veces he sido duro, impetuoso», reconoció. Por ejemplo, fue muy criticado en Francia cuando le dijo en 2018 a un desempleado: «Cruzo la calle y te encuentro un trabajo».
El presidente rechazó la teoría supremacista del «gran reemplazo» que defiende el ultraderechista Éric Zemmour. Esta teoría sostiene que la población blanca y cristiana está siendo reemplazada por inmigrantes musulmanes. «No creo en el gran reemplazo», dijo Macron, quien reconoció, sin embargo, que Francia ha fallado a la hora de integrar mejor a los inmigrantes en la sociedad.
El mandatario hizo un repaso por algunos de los momentos fuertes de su quinquenio, desde la crisis de «los chalecos amarillos» a la pandemia de Covid-19, pasado por la crisis de los submarinos australianos, la decapitación del profesor de enseñanza secundaria Samuel Paty por enseñar a sus alumnos las caricaturas de Mahoma o el caso Benalla, que provocó la primera crisis política de su quinquenio después de que su exguardaespaldas fuera grabado en 2018 en vídeo pegando a unos manifestantes en las protestas del 1 de mayo.
Macron defendió su balance económico y recordó que la tasa de desempleo es la más baja en 15 años. Se mostró orgulloso de haber apoyado a las empresas y a los franceses «cueste lo que cueste» durante la crisis sanitaria. Y rechazó la etiqueta de «presidente de los ricos», que le han puesto sus detractores, en un intento de acercarse un poco al electorado de izquierdas.
La entrevista de casi dos horas duración del «presidente-candidato» en hora de máxima audiencia irritó a la oposición, que reclama igual uso del tiempo de palabra que el mandatario. Para sus adversarios políticos está claro que Macron ya está en campaña electoral, aunque no haya todavía anunciado oficialmente que se presenta a la reelección. Para ellos, la entrevista ha sido propaganda electoral.
Jean-Luc Mélenchon, candidato de La Francia Insumisa (el Podemos francés), calificó a Macron de «molino de palabras egocéntrico, tibio y falto de aliento» y lamentó que no abordara con mayor seriedad temas que preocupan a los franceses como la crisis medioambiental y social.
«Macron ha dedicado su tiempo a decir que no hace política. Ya nos gustaría que hiciera política, es un político», reaccionó en TF1 el candidato de extrema derecha Éric Zemmour, quien aseguró que en las próximas elecciones presidenciales se enfrentarán «dos modelos de civilización antagonistas sobre las que los franceses deberán elegir»: la suya y la de Macron.
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