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Andábamos los racinguistas preocupados por si nos íbamos a quedar sin asiento para el España-Chipre de septiembre en los Campos de Sport, y al final resulta que lo que nos hemos quedado es sin partido. Y es que ya había que ser ingenuos para ... no darnos cuenta de que El Sardinero no iba a pasar una evaluación mínimamente seria; mucho menos, si los inspectores de la UEFA venían buscando un estadio de categoría cuatro –las antiguas «cinco estrellas»– y se han encontrado con esa ruina que los aficionados sobrellevamos con resignación y enormes dosis de fe. Fe, en concreto, en que es más fácil librarse de las tragedias que de los descensos.

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eldiariomontanes Un ridículo previsible