«Mover Vuelta Ostrera 300 metros es una aberración»

María Jesús Montealegre vive en uno de los barrios más afectados, La Aldea, y explica el por qué de su descontento: «Moverla 300 metros no tiene sentido, es una tontería. Ya destrozaron el pueblo con los camiones cuando se construyó y ahora quieren hacer lo mismo para tirarla y hacer una nueva casi al lado y más cerca de las casas». Además, se pregunta cómo se puede decidir gastar «un dineral» en ese traslado cuando «hay cosas mucho más urgentes en las que emplear el dinero de todos».

A Camino Arredondo, otra vecina que vive cerca de la estación depuradora de aguas residuales de la comarca, la decisión del Ministerio le parece «una aberración». «Si ahí está mal –señala– a 300 metros estará igual. Si hay una condena de derribo, tendrán que pagar por ella los culpables. ¿Por qué tenemos que pagar por ello los ciudadanos con nuestros impuestos si son otros los que lo han hecho mal?».

Camino hace hincapié también en el «impacto ambiental» que van a tener las obras de demolición de la depuradora vieja y de construcción de la nueva, porque «está claro que la zona no va a quedar como antes». Igualmente, se pregunta por qué si se estaban haciendo mal las cosas cuando se construyó la estación, hace varias décadas, no intervinieron antes «tanto los promotores como los denunciantes».

Esta vecina de Cortiguera de Abajo cree que hay que actuar con sentido común, algo que «cada vez escasea más en esta sociedad». «Si se ha demostrado que la depuración de las aguas ha sido buena para la ría –explica–, dejemos que siga en el mismo lugar y que se destine el dinero a actualizar los sistemas de depuración, por ejemplo. Fue una obra importante, costó mucho y el dinero de todos hay que gestionarlo como si fuese nuestra casa». Por último, avisa de otros efectos negativos que podría tener una instalación más cercana a las casas: «Si ahora nos quejamos del ruido y el mal olor, imagínate después... También se precisa un nuevo acceso, porque los camiones están agrietando las viviendas».

Los jóvenes también tienen clara su opinión. Marcos Ausina y Pablo Martínez nos dan la suya mientras comen un pincho de tortilla en el bar del pueblo. «Yo voy bastante por Vuelta Ostrera y te puedo asegurar que hay la misma biodiversidad en el sitio que ahora ocupa la depuradora que en la zona a la que se quiere trasladar. Además, ¿van a dejar allí una explanada de hormigón como han hecho con otras construcciones?», se pregunta Pablo. «Lo ha hecho mal desde el principio –añade–. Se construyó mal y donde no debían, fue una chapuza, y ahora quieren malgastar el dinero en lugar de invertirle en mejorar las instalaciones actuales o dedicarle a otras cosas más importantes». Su amigo Marcos también rechaza la decisión del Ministerio: «Si acercan la depuradora a las casas también será negativo por el mal olor, el ruido de los camiones...».

El Ayuntamiento de Suances actúa en sintonía con la opinión de los vecinos. En la mañana de ayer rechazó de forma «tajante» la posibilidad de que la nueva depuradora se construya también en Cortiguera. Los representantes municipales tienen claro que no van a dejar de pelear contra lo que consideran «injusto».

A primera hora se convocó una «comisión de urgencia» para analizar la situación y adoptar una postura unánime. Los grupos políticos que acudieron a la cita (PSOE y PP) acordaron mostrar su firme rechazo y presentar una moción en ese sentido para que sea aprobada por la Corporación, dando traslado de la misma después al Parlamento de Cantabria. También se van a mantener encuentros con colectivos sociales y vecinales para evaluar la situación y los posibles pasos a dar a partir de ahora.

«Es importante seguir mostrando unidad en este tema. Caminar todos juntos en la misma dirección para conseguir el objetivo que todos compartimos», afirman los representantes municipales de Suances, dispuestos a «seguir peleando por la vía legal y administrativa para revertir una decisión que consideramos injusta y errónea».